miércoles, 30 de enero de 2013
Asesinos de guante blanco
EL DISPARATE ECONÓMICO
Rajoy está desangrando a la sociedad civil
La política de Rajoy, dirigida
prioritariamente a mantener los privilegios de las oligarquías política,
financiera y monopolista, está desangrando literalmente a la sociedad civil, y
a la vez agudiza la crisis, lo que llevará a mediados 2013 a la necesidad de un
rescate duro. Pensionistas, parados, empleados públicos y clase media se
llevarán la peor parte. La sociedad civil está siendo aplastada por la sociedad
política, y sin sociedad civil no hay Estado legítimo. Si alguien piensa que es
catastrofismo lo que en realidad son hechos y matemáticas, que espere y verá.
Sus acciones están arruinando a varias generaciones de españoles y harán
permanentes los efectos de una crisis que no terminará en 2014, sino hacia
2020, como afirma Walter Münchau, el analista estrella de Financial
Times.
Desde que Rajoy ganó las elecciones, los
españoles hemos visto reducida nuestra riqueza en un
20% y hemos experimentado el mayor
aumento de la pobreza de toda la Unión Europea, hasta el punto de que lideramos
las tasas de pobreza solo por detrás de Bulgaria y Rumanía. Rajoy ha endeudado
a los españoles en 146.000 millones de euros adicionales –pasivos en
circulación o deuda total–, lo que representa ¡un 25% más que el endeudamiento
de 2009 y 2010 juntos!; ha elevado o creado casi 30 impuestos y tasas sobre
familias y empresas, el nivel de presión fiscal más alto de nuestra historia; ha
destruido 715.000 empleos (1) y acelerado la tasa de incremento del paro del
8,7% interanual –cuando tomó el poder– al 11% de hoy; y ha reducido un 10% el
poder de compra –no compensación del IPC enero y noviembre más subida del IRPF–
de 8,5 millones de pensionistas. Y el déficit público en tasa interanual al
tercer trimestre era casi igual al de 2011: el 8,6% del PIB, sin contar
ayudas a la banca, mentiras de las comunidades autónomas y facturas en los
cajones, más del 10% en conjunto.
Y de toda esta ingente cantidad de dinero,
endeudamiento y expolio fiscal, ni un solo euro ha ido a la economía
productiva, que se ha reducido en 90.000 millones: ¡el mayor desplome del
crédito a familias y empresas de toda la serie estadística iniciada hace 50
años! Mientras tanto, el crédito a la economía improductiva (Administraciones
Públicas) crece un inaudito 42%, hasta 124.000 millones. Y en 2013, entre
vencimientos y deuda nueva –toda improductiva–, necesitaremos 190.000 millones
adicionales. Además, a la banca y a las grandes empresas les vencen otros
140.000 millones, más de la mitad de los cuales tendrán que ser refinanciados
con aval del Estado, mientras los pagos por intereses llegarán a los 40.000
millones. Rajoy nos lleva a la ruina y está convirtiendo España en un país
tercermundista con salarios bajos, la inversión en caída libre, la
industria en extinción y la mayor diferencia entre ricos y pobres del mundo
desarrollado.
Lo que Rajoy debió hacer y no hizo
El mandato de Rajoy está caracterizado por la
incompetencia, la mentira a gran escala y una insensibilidad rayana en la
crueldad ante la miseria y la desesperación que sus políticas generan a
millones de familias, particularmente a las más débiles. Ha puesto los
intereses de los oligarcas, la acumulación de la renta y la riqueza en manos de
unos pocos y sus intereses políticos a corto plazo por encima de los
intereses del pueblo español. ¿Cuál hubiera sido la alternativa?
Cualquiera, porque es imposible encontrar ninguna política económica con
efectos tan devastadores a corto y largo plazo como la seguida por Rajoy. Ni
siquiera los disparates del indigente mental fueron peores.
Las medidas clave para detener el hundimiento
económico y darle la vuelta a la situación son inequívocas: reducción de
impuestos a la economía productiva y a las familias –justo lo que dijeron
que iban a hacer y no hicieron–; dejar quebrar a comunidades y ayuntamientos e
intervenirlos –justo lo que Montoro dijo que iba a hacer y no hizo–; y
cerrar todos los bancos inviables, como han hecho todos los demás países
–aunque esto no lo han dicho nunca, ya que han sido ellos, la casta política
parasitaria y corrupta, los principales responsables del desastre de las
cajas–.
“Rajoy ha puesto los intereses de los
oligarcas, la acumulación de la renta y la riqueza en manos de unos pocos y sus
intereses políticos a corto plazo por encima de los intereses del pueblo
español”
Antes de acabar 2011, subió los impuestos a
familias y empresas al nivel más alto de nuestra historia. De haber hecho lo
contrario, bajar los impuestos tanto como los subió, el agujero habría
sido de unos 20.000 millones. ¿Y cómo se cubre? Bajando gasto inútil,
por supuesto, en un presupuesto de gasto de 470.000 millones, donde el
despilfarro en duplicidades y exceso de un Estado con tres administraciones
paralelas supera los 100.000 millones. Habría infinidad de recortes posibles y
esta es una de ellas: el cierre del 50% de las empresas públicas, como había
prometido Rajoy. 25.000 millones ahorrados. Y así, las que quieran.
A continuación antepone sus intereses
electorales a los de España y retrasa tres meses los Presupuestos, la
clave de la política económica de la nación. En febrero, la mayoría de las
comunidades estaban quebradas. En las semanas anteriores, Montoro se había
inflado a asegurar que aquellas que no cumplieran serían intervenidas y
pasarían a estar gestionadas directamente por los hombres de negro. Lo
mismo que dice ahora. Se reúne con todas y ¿qué ocurre? Pues que hace todo lo
contrario. ¡Dice que no dejará quebrar a ni una sola! Por muy golfos,
despilfarradores y corruptos que hayan sido, y uniendo la acción a la palabra,
les suelta 15.000 millones de euros para tapar los agujeros más urgentes. En
total han despilfarrado 60.000 millones de euros de nuestro dinero para
rescatar a un hatajo de irresponsables y granujas, y para 2013 han
preparado ya 30.000 más.
Y ahora, en el colmo del cinismo, dicen que van a
reducir en las comunidades y los ayuntamientos porque son insostenibles. O sea,
que acaban de enterarse. Pero son tan cobardes que, cuando se propone que en
Cataluña –¡olé por Wert!– los niños puedan estudiar en español y los
separatistas ponen el grito en el cielo, se bajan los pantalones. ¿Cómo van a
recortar nada, sin son incapaces de hacer cumplir la Constitución y de
hacer respetar la Ley
y los derechos más elementales de sus ciudadanos?
Y no, señor Rajoy, en la Constitución no cabe
todo. Y aunque su cobardía patológica le ciegue, la Constitución es una
norma fundamental de una unidad política de carácter nacional en la que no
caben ni la secesión ni la autodeterminación ni el derecho a decidir, y
muchísimo menos la discriminación y la vulneración de los derechos humanos.
Rajoy carece de la dignidad y del coraje para ser jefe de ningún Gobierno.
Hasta permite sin rechistar que unos empresarios tramposos y rapaces
destruyan Iberia, una de las grandes líneas aéreas mundiales.
Antes de que quiebren los bancos, que quiebre
España
Pero además, Rajoy ha hecho lo que ningún
gobierno del mundo: el salvamento indiscriminado de todo el sector
financiero, con independencia de la viabilidad o no las entidades. Y lo que
es infinitamente peor, permitir que los bancos acreedores –culpables con sus
préstamos irresponsables de la burbuja– se vayan de rositas a costa de arruinar
a los bonistas minoritarios, a los tenedores de preferentes, a los
pequeños accionistas y a los contribuyentes, ya que el impago habría supuesto
demandas internacionales contra las mismas, y convertido en inevitable el
procesamiento de los responsables –todos los cuales son altos cargos del PP,
del PSOE y de los nacionalistas–. Esta es la razón de la sinrazón por la que
Rajoy está haciendo recaer todo el peso del ajuste sobre los ciudadanos y
sobre los pequeños ahorradores, impidiendo que ninguno de los culpables
haya respondido por nada.
¿Y de cuánto dinero estamos hablando? La falta de
transparencia es total, pero de forma aproximada, entre dinero entregado,
comprometido y coste del banco malo, estamos hablando de unos 160.000 millones,
y otros 150.000 millones en avales, parte de los cuales serán ejecutados. Una
cifra absolutamente obscena para salvar solo el 40% de los bancos con
problemas. Si este 60% que va a cerrarse se hubieran hecho desde el
principio, los españoles no habrían perdido un solo euro, porque la liquidación
de sus activos habría bastado y sobrado para devolver los depósitos cuentas de
hasta 100.000 euros, cuyo pago es el prioritario. ¡Decenas de miles de millones
en efectivo tirados por la fregadera a costa de la miseria, el sudor y las lágrimas
de millones! Un Gobierno que hubiera realizado la mitad de la mitad de las
tropelías del de Rajoy habría sido sentado en el banquillo.
“El Gobierno está haciendo recaer todo el peso del
ajuste sobre los ciudadanos y sobre los pequeños ahorradores, impidiendo que
ninguno de los culpables haya respondido de nada”
Lo del banco malo es tan absolutamente obsceno
que merece explicación aparte. Nombran a su presidenta, no una profesional,
sino una enchufada sin la menor idea del tema, se pone un sueldo de lujo
–500.000 euros, que está cobrando desde ya–, coche con chófer y un equipo de
amiguetes a juego. En lugar de buscar una oficina en las afueras, como las
grandes multinacionales, buscan lo más caro del centro. El banco malo comprará
los activos tóxicos con un descuento medio del 50%, frente al 75% que los
expertos y Bruselas estiman que es el de mercado, lo que significa que perderá
la mitad de su inversión. Y si esto es un expolio, súmenle el hecho de que
a los bancos que invierten, el Estado les garantiza que recuperarán su dinero
con unos intereses de escándalo. Añadan los costos de gestión y la pérdida
oscilará entre en 60.000 y 65.000 millones si invierte los 100.000 previstos.
Esto es de cárcel.
No es de extrañar que el jueves, a la entrada del
Senado, una señora indignada le gritara a María Dolores de Cospedal:
“¡Ladrona, que robas a los pobres para dárselo a los ricos, ladrona, ladrona,
ladrona!”. Es lo que piensa la mayoría de los españoles y es exactamente lo que
sucede con la casta política. Tan solo les interesa su riqueza, su poder y sus
privilegios. Rajoy es como un Robin Hood a gran escala, pero al revés. Y la
señora De Cospedal, tan contenta con sus dos sueldos, su rechazo frontal a
eliminar privilegios, sus 41 asesores a dedo y una alta dirección con un
gasto de 67 millones, con 20 coches oficiales y sus conductores esperándola a
ella y sus consejeros, que viven en Madrid, en el AVE de Toledo cada mañana,
para que no se molesten en caminar 800 metros hasta sus oficinas-palacio. La gente
debería recibirles y despedirles con pancartas cada día.
Y termino con las grandes cifras del desastre
financiero: deuda de la banca con el BCE avalada por los españoles, 341.000
millones –más del doble de lo que correspondería en función del PIB–; deuda con
el Estado español, de los préstamos de todo tipo recibidos o a recibir en
breve, 160.000 millones; morosidad estimada 2012 con datos a junio, 190.000
millones; deuda de promotores de suelo y vivienda “difícilmente
recuperables”, según el Banco de España, 180.000 millones; la deuda neta con
las empresas cotizadas asciende a más de 300.000 millones –240.000 con las del
IBEX–, irrecuperable en una buena parte ya que, para muchas de ellas, la deuda
supera ampliamente su valor en bolsa. Si alguien piensa que esto tiene arreglo,
que se haga mirar por un psiquiatra. La pregunta es, ¿quiénes son los
delincuentes que se van a comer los turrones de millones de familias españolas
estas Navidades?
Desde la Salamanca de mi niñez,
siempre quise ser ingeniero. Después trabajaría toda mi vida en el mundo de los
hidrocarburos. En ENAGAS como Director General, en CAMPSA como
Consejero-Delegado, y a la desaparición del Monopolio asociado con Massimo
Moratti, Presidente del Inter., y propietario de la mayor refinería del
Mediterráneo. A la enseñanza llegué de la mano de Ramón Tamames, y gracias a su
inestimable ayuda, obtuve la
Cátedra de Economía de la Escuela de Minas.
Roberto Centeno es Doctor
en Ingeniería de Minas y en Ciencias Económicas.