lunes, 19 de marzo de 2012

Cándido Méndez

 
 
"Con la imposición de la reforma laboral, las malas artes se han convertido en acción de gobierno. Se engañó y se engaña. Se desprecia y se divide"
 
 
Ganar la huelga general del 29 de marzo
 
Con la imposición de la reforma laboral, las malas artes se han convertido en acción de gobierno. Se engañó y se engaña. Se desprecia y se divide.
 
Se engañó al electorado. Comprometieron la defensa del estado de bienestar y los servicios públicos. Los recortes que anuncian y los que ocultan, niegan esas promesas. Hechas hace cuatro meses, no lo olvidemos. Ocultaron toda intención de reducir derechos de los trabajadores y han sancionado la destrucción del derecho laboral. Se pronunciaron contrarios a medidas fiscales que mejoraran los recursos de la hacienda pública y han aprobado una subida de impuestos que exprime las rentas del trabajo. Se engaña prometiendo empleo a cambio de derechos laborales.
 
Se desprecia el diálogo y el consenso social. A los treinta días del primer Consejo de Ministros, sindicatos y empresarios firmaban un acuerdo de contención salarial. Era la primera vez que esto sucedía en España. Queríamos contribuir a fortalecer la posición de nuestro país en la demanda de otras políticas que no nos arruinen, como está sucediendo. ¿Lo uso el presidente en su primer Consejo Europeo? No, lo despreció. Recordemos: “la reforma me va a costar una huelga”. Nada dijo del acuerdo.

Se divide. Ciudadanos contra funcionarios. Desempleados contra esos “privilegiados” que, para la derecha, son todos aquellos que tienen un empleo. Jóvenes en paro contra trabajadores adultos cuyos derechos, nos dicen de nuevo, impiden que consigan trabajo. Y todos contra los sindicatos que, como se sabe, somos los responsables del desempleo. No olvidemos: todo esto en menos de cien días.

Por eso, los ciudadanos y ciudadanas, los funcionarios, los trabajadores con empleo y sin él, los jóvenes, tienen que ganar esta huelga general. Los sindicatos, convocándola, cumplimos con nuestra obligación: contribuir a la defensa de los intereses que nos son propios. Lo establece nuestra Constitución. Parecía desconocerlo la vicepresidenta del Gobierno, cuando amenazaba veladamente a los sindicatos, en comparecencia tras un Consejo de Ministros. No olvidemos: de todos los españoles.

El Partido Popular tiene tiempo para corregir, acertaría haciéndolo y a nadie extrañaría, visto el valor de sus promesas o compromisos. Sabe de nuestra voluntad para restablecer el consenso.

Cándido Méndez es secretario general del sindicato UGT

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