Un amigo me felicito hace años un año nuevo con una frase inolvidable decia así:
"Si tienes que perder algo , te deseo que sea... el miedo"
Escrito el 22 de octubre de 2012.
Tristeza, las cosas como son, que a nadie se le ocurra mezclar politica con este ¿artículo? escrito, carta, o como se la quiera llamar es simplemente un atisbo de la pura y simple verdad mas lejos de cualquier posible y habitual manipulacion politica que se quiera hacer de él.
Tristeza me produce tener que leer algo que yo y otros compañeros estamos sufriendo día a día de mano de alguien "ajeno" palabra esta pues nace el escrito de un observador que aunque cause seguramente estupor en ciertas personas no deja por lo que yo puedo imaginar de ser otra verdad de las muchas que pronto leereis si quereis.
¿Por que digo atisbo? creo sí utilizo bien la palabra que detras de este escrito se esconden verdades mas profundas, hay mas, mucho mas de lo que ciertos politicos intentan dejar ver o pregonan, quízas sea este el punto de partida para sacudirnos de una vez ciertos complejos y empezar a sufrir de verdad pero pregonando a los cuatro vientos lo que de verdad ocurre en esta aparente balsa de aceite que es o quieren que sea Azuqueca, algo esta fuera de control y les esta costando controlarlo por eso utilizan el palo y la zanahoria , mas el palo, quede claro.
Leed pues y sacad vuestras propias conclusiones ...como debe ser y por favor no os dejeis convencer si bien es cierto que los malos podrian ser muchisimo peor, eso nos lo han dejado siempre muy clarito, los malos decia no son los y las trabajadoras del Comite de Empresa y La Junta de Personal, esos saben que haceros daño implica autolesionarse y eso duele, otros no valoran el daño que hacen por que simplemente podria ser mucho peor si ellos quisieran gracias a las armas que el Partido Popular les a puesto en la mano y que no dudan en usar contra sus trabajadores sin contemplaciones como buenos socialistas y obreros españoles.
Que lastima que tengan que ser así las cosas.
22 de octubre de 2012
Autoritarismo del señor Bellido
Mucho
se han estropeado en el último año las relaciones entre el gobierno
municipal y la representación de los trabajadores, malestar que se ha
extendido a grupos enteros de empleados públicos hartos de torpezas,
recortes, amenazas y otros rayos, truenos y centellas que les llueven,
sin misericordia, desde los cuatro puntos cardinales.
El
gobierno del señor Bellido, cuando aún mandaba Zapatero, en julio de
2011, recortó los salarios de los profesores de la Casa de la Cultura,
sin negociación ni aviso, negando además, en las misma narices de los
damnificados, que tal cosa fuese cierta. En diciembre de ese mismo año,
se equivocó en el modo de anunciar y gestionar la finalización de los
contratos de trabajadores municipales sujetos en su integridad a
subvención regional, encrespando torpemente unos ánimos ya muy
caldeados. Poco tiempo después, recortó de manera brutal los salarios
de las trabajadoras de la contrata de limpieza de edificios municipales,
que se vieron obligadas a manifestarse, en mañana fría y lluviosa,
frente a las puertas del Ayuntamiento, sin que el señor Alcalde o alguno
de sus concejales se dignaran recibirlas. Cerró también servicios
municipales, como la ludoteca, y echó a la calle a otras dos
trabajadoras municipales, una de la biblioteca y otra del Centro de
Mayores, al haberse negado Cospedal a aportar la subvención que
sufragaba una parte de sus nóminas, que en el caso concreto de la
bibliotecaria no llegaba ni a 5.000 euros al año. Estas trabajadoras,
abocadas al despido, en el ejercicio de su derecho a protestar, se
encerraron en el salón de plenos, lo que provocó en el señor Alcalde una
reacción airada consistente en impedir que se les pasara comida o agua a
partir de las 20’00 horas, en decretar que tenían que cerrar las
persianas del edificio para que no se supiera que se cocía por allí o en
prohibir el acceso al Ayuntamiento al concejal de IU a partir de las
20’00 horas, como si la casa consistorial fuese su cortijo particular.
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Por si no fuese bastante, el
señor Alcalde ha vedado el acceso de los concejales de la oposición a
las asambleas convocadas por los trabajadores; deslegitima al comité y a
la junta de personal, negándoles la interlocución que por naturaleza les
corresponde; desautoriza el trabajo de algunos funcionarios a los que
dispensa un trato inaceptable; lanza homilías a los trabajadores
municipales para recordarles que pueden ser privatizados; abre
expedientes sin ningún fundamento que luego tiene que retirar, o sin
comunicación al trabajador afectado, o los lleva hasta sus últimas
consecuencias, la suspensión de empleo y sueldo, con ánimo de
escarmiento general, estando el último expedientado, un conserje que es
además representante sindical, manifestándose ahora mismo ante las
puertas del Ayuntamiento denunciando el atropello sufrido. Añádase a
todo lo anterior que ciertos concejales del equipo de gobierno, abusando
de su poder, piden explicaciones a los trabajadores que, en uso libre de
sus períodos de descanso, informan al concejal de IU sobre su situación
laboral o sobre el canto de la avutarda o el mejor modo de cocer los
macarrones, ejerciendo sobre ellos una presión intolerable y
antidemocrática.
Para finalizar, añadamos a
este cuadro los recortes de Rajoy, que ordenan el hurto de la paga de
diciembre, la enésima congelación de salarios y la obligación de
trabajar más horas, mandatos que culminarán, antes que después, con la
ejecución de despidos en masa. Ayuntamientos jibarizados y dóciles
dirigidos por Alcaldes peleles, eso es lo que quiere Rajoy. ¿Cuál es el
plan del señor Bellido?
Dicho lo anterior, se entiende
el enfado creciente que hay entre los trabajadores municipales,
apaleados y convertidos en víctimas de una crisis de la que no son
responsables. Sorprende, por tanto, no que algún trabajador, presa de
los nervios, pueda haber dicho en algún momento algo inconveniente o
grueso, sino la paciencia y entereza con la que los empleados
municipales están aguantando una situación próxima a lo insoportable.
Mientras tanto, el mismo señor
Bellido que tanto prohíbe y recorta en su casa, va a las manifestaciones
contra las indecencias del PP, se calza camisetas reivindicativas de
colores y recibe y agasaja a los mineros de la marcha negra como bien
merecen. No cabe mayor contraste.
El gobierno del señor Bellido,
sostenido por una confortable y engañosa mayoría absoluta, cree que el
mundo acaba en los límites de la sala de juntas del Ayuntamiento.
Atrapado en un creciente autismo, el Alcalde y sus concejales creen que
no hay más verdad que la suya, ni mejor interpretación de los hechos que
la que ofrecen a través de unos medios de comunicación municipales
crecientemente manipulados.
El señor Bellido ve fantasmas,
conspiraciones e illuminatis donde no hay más que enfados, injusticias y
hartazgo. Comete abuso de poder creyendo que la sanción, el miedo y la
censura aplacarán la cólera. Se equivoca y haría bien en rectificar
inmediatamente una derrota que lleva al naufragio seguro
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