Fotografías recogidas de varios medios El
viernes 18 de julio se puso a prueba el sistema de extinción de
incendios de Castilla La Mancha en la provincia de Guadalajara. Con
cinco incendios activos a la vez, dos de ellos en Nivel 2 de Alerta, en
Bustares (Sierra Norte), y en Aleas (Cogolludo), se escucharon las
primeras quejas. Quejas que no vienen por la actuación de
las autoridades en el momento del incendio, sino por su gestión del
monte a lo largo de todo el año. José María (nombre
ficticio para evitar su identificación), es técnico forestal de la Junta
desde hace muchos años. Este sábado era uno de los profesionales
destacados a uno de los dos incendios y no podía ocultar su decepción y,
a veces, rabia. “Los fuegos no se apagan en verano, sino
todo el año, y el último ERE de la Junta puso en la calle a muchísimos
compañeros, los que de verdad apagan los fuegos, los retenes, no los de
la UME, que vienen un rato y luego se van”, lamenta en declaraciones a
EL HERALDO DEL HENARES. Es de noche, desde su posición se
ven los dos fuegos, el que devora a marchas forzadas el Alto Rey y el
que avanza lento pero inexorable por Cogolludo. “No solo
es el ERE, con el que han despedido a la mitad de los retenes y ahora
solo se trabaja nueve meses al año, es la falta de inversión y
mantenimiento. Por ejemplo, algunos camiones hasta pierden agua. ¿Cómo
se puede trabajar así?”. José María reconoce que tras el
incendio del 2005, cuando murieron los once miembros del retén de
Cogolludo, se empezaron a hacer las cosas mejor. “Pero en los dos o tres
últimos años todo ha ido a peor. En Condemios, por ejemplo, antes eran 9
miembros y ahora solo cinco, la mitad. Por no hablar de que no se
cubren las bajas por enfermedad. Hubo un caso en que faltó un capataz de
retén y se nombró en su lugar a un conductor. Eso no es serio”. En
los incendios de esta semana también cree que hubo falta de previsión.
“En el de Bustares se activaron los medios sobre las 11,00. Pues bien,
los técnicos llegaron a las dos y pico. Y en uno de los casos, tuvo que
ir un técnico que ni siquiera estaba de guardia”. José
María cree que de haber habido más medios en el incendio de Bustares se
podría haber parado el fuego a su llegada a la carretea. “Pero no había y
no se pudo, por lo que el fuego se metió en el Alto Rey”. Este
técnico forestal de la Junta espera que esta confluencia de incendios,
uno provocado por una cosechadora, el de Aleas, y otro, el de Bustares,
se cree que por el `ahumador´ de un apicultor, “hagan reflexionar a las
autoridades y se dote de más medios a los verdaderos profesionales de la
extinción de incendios, para que puedan trabajar todo el año”.
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