viernes, 15 de agosto de 2014

Muertes laborles CIFRAS DE ESCANDALO...


...MUERTES DE SEGUNDA LAS QUE A NADIE INTERESAN, LAS QUE NO SALEN EN LOSINFORMATIVOS, NI LAZOS NEGROS NI ROSAS NI BANDERAS A MEDIA ASTA "ACCIDENTES CREO QUE LO LLAMAN Y CON ESO ESTA TODO DICHO DOS MUERTOS DIARIOS EN ESPAÑA Y NO PASA NADA, SI FUERA EL EBOLA SERIA UNA PANDEMIA SI FUERA CUALQUIER OTRA COSA TODAS LAS ALARMAS SALTARIAN PERO NO SON OBREROS Y TRABAJADORES SOBRAN EN ESPAÑA" NO PASA NADA FUE UN TRISTE ACCIDENTE INEVITABLE
 
Editorial de diario de noticias

Insistir en la seguridad y prevención laboral

La muerte de un trabajador en Tudela exige esclarecer al máximo los hechos y aclarar responsabilidades y recuerda que, pese a las medidas legales y la concienciación, la siniestralidad en el trabajo sigue arrojando cifras escandalosas 

Jueves, 14 de Agosto de 2014 - Actualizado a las 06:07h


el artículo 40.2 de la Constitución de 1978 encomienda a los poderes públicos velar por la seguridad e higiene en el trabajo. Esto es también lo que plasma el primer párrafo de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, pero lo que dicta la realidad, al menos la recogida en las estadísticas de cada año, es que la siniestralidad laboral sigue arrojando cifras escandalosas. Es cierto que el endurecimiento de la legislación, la presión de los sindicatos, la concienciación de empresarios y trabajadores y la crisis -uno de los sectores más afectados por la recesión económica de estos años ha sido la construcción, que también acumulaba un alto porcentaje de accidentes laborales-, han reducido progresivamente las cifras de muertes y heridos en su trabajo, pero aún así, las cifras siguen siendo muy altas. De hecho, en Navarra, en 2013, la siniestralidad laboral subió un 1,6% -12 personas perdieron la vida trabajando, cuatro más que en 2012-, y también aumentó el número de percances graves y de accidentes por cada 1.000 personas ocupadas, hasta una tasa del 27%. La muerte el martes en Tudela de Felipe Alevesque Jalle, de 45 años de edad y vecino de Ribaforada, ha sido el último accidente laboral grave en Navarra. Queda para la investigación policial y judicial delimitar las responsabilidades de cada cual, pero un accidente laboral, más aún con resultado de muerte, es un fracaso colectivo. En primer lugar, para la empresa en caso de que no haya puesto todos los medios a su alcance para garantizar la integridad de sus trabajadores y trabajadoras en el ejercicio de sus tareas. Y para éstos, que son quienes en un momento dado pueden llegar a jugarse la vida en su jornada de trabajo. Es, en este sentido, necesario esclarecer al máximo los hechos y valorar las posibles responsabilidades. Sobre todo porque el del martes no puede considerarse un caso aislado. Sin olvidar que los sindicatos están denunciando insistentemente que la prevención está siendo otra de las víctimas de la crisis en las empresas navarras, con la pérdida de personal específico, una deficiente evaluación de riesgos y la falta de una planificación eficaz preventiva como principales carencias. Porque además de la realidad de factores objetivos como la subcontratación, la precariedad o la falta de cualificación, la pérdida de derechos sociales y laborales y la consideración del trabajo como un gasto y no como un valor añadido, aumentan una desregulación laboral donde se origina la siniestralidad mortal. Es, por tanto, una fatalidad humana en gran medida evitable.

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