CARTA DE UN ENFERMERO. EXISTE UN RIESGO MAYOR QUE EL ÉBOLA Y ESTÁ TRAS EL CRISTAL.
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Soy un enfermero de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del
Hospital La Paz. El motivo de dirigirme a Ud. Es poner en conocimiento
de la opinión pública los hechos que han ocurrido recientemente en
relación con la “Crisis del virus Ebola”. No quiero con ello crear
alarma social, pero si narrar lo que está siendo una realidad en el día a
día desde hace unos meses del personal de enfermería de dicha UCI entre
los que me incluyo.
Desde que se nombró al hospital La Paz como centro de referencia para
el diagnóstico y tratamiento de dicha infección, en Abril 2014, el
personal ha estado poniendo de manifiesto su disconfor con tal medida y
con las irregularidades que han estado cometiendo la dirección de
enfermería de dicho hospital en su conjunto. (Ver archivo adjunto Notificación Juez).
Estas Irregularidades por resumir, se centran en que:
• El hospital no tiene la infraestructura adecuada para ingresar a
pacientes afectados con este tipo de enfermedad (las famosas
habitaciones de aislamiento de con presión negativa).
• Los protocolos originales del Ministerio de Sanidad fueron
modificados a gusto para poder adaptarse a las carencias que tenía el
hospital: Si no tenemos “presión negativa” decimos que “como no está
demostrada la trasmisión aérea no es necesario tal medida”.
• Los protocolos generales de actuación (modificados o no) NO fueron
entregados al personal para su conocimiento, ni tampoco fueron expuestos
en las varias reuniones con la dirección de enfermería.
• Como Unidad de cuidados Intensivos exigíamos la realización de
protocolos específicos de UCI (A día de hoy siguen sin existir o por lo
menos al personal no han llegado)
• El personal exige la realización de cursos formativos y de capacitación para trabajar en situaciones como esta.
• El servicio de Medicina Preventiva del hospital imparte dos charlas
informativas (45 minutos) de como son los equipos de protección
personal necesarios. En aquellas charlas y por la inexperiencia del
mismo personal que las impartía, los trajes se rasgaban, sustituían las
calzas por bolsas de plástico, no existían escafandras completas y
venían a decir poco más o menos que había que hacer un apaño para
cubrirse la cara con cinta de carrocero.
Sin ser resuelto ninguno de estos temas por la Dirección del
hospital, va pasando el tiempo y se comunica al personal que será el
Hospital de la defensa “Gómez Ulla” quien asumirá estas emergencias pero
como está en proceso de reforma para crear unas instalaciones
adecuadas, hasta el mes de Octubre seguiremos siendo hospital de
referencia.
Así, sin hacer nadie nada nos presentamos en la noche del 5 de
agosto, y el personal de guardia aquella noche entre los que me incluyo,
a través de los medios de comunicación nos enteramos que se va a
repatriar al sacerdote. Avisamos a nuestro inmediato superior
(Supervisor de Guardia) el cual desconoce por completo el modo de
proceder teniéndose que poner en contacto con el Jefe de Hospital de
guardia aquella noche, el cual a su vez desconocía la noticia y comienza
a activar el protocolo establecido (recordemos que hasta esa misma
noche el paciente iba a ser ingresado en la paz). Siendo el personal de
UCI el encargado del recibir al sacerdote no se pone en conocimiento del
mismo dicho protocolo.
Fue a la mañana siguiente, 6 de agosto, cuando gracias a dios,
alguien advierte del peligro potencial de ingresar al sacerdote en un
hospital de las dimensiones de la Paz, y sin las instalaciones
adecuadas. Sobre las 14 horas se toma la decisión de que sea llevado a
la 6ª planta del Hospital Carlos III dotada de salas de aislamiento con
presión negativa. Desde ese mismo instante se comienza a dotar al
hospital Carlos III de lo necesario para albergar al paciente. Aquí hay
que señalar que dicha planta del hospital estaba cerrada y sin dotación
de personal ni equipos pues a mediados de agosto darían comienzo las
obras de transformación en una unidad de hospitalización para enfermos
crónicos. – Estaremos de acuerdo en que a esto se le llama
“IMPROVISAR”.
Así durante toda la tarde del 6 de agosto y a toda prisa personal de
ambos hospitales fueron dotando de medios dicha planta. Dándose casos
curiosos en los que enfermeras del hospital La Paz transportaban en su
propios vehículos material carente en el Carlos III. (Esto sí que es
“Marca España”).
Ante la carencia de personal en el Hospital Carlos III por los
motivos antes citados, las Direcciones de Ambos hospitales determinan
que personal de la UCI de la Paz sea enviado al Carlos III. Y es aquí
donde debido a la improvisación y la falta de criterio se comete otra
negligencia más enviando a un personal sin formación alguna en Riesgos
Biológicos a tratar a un paciente afecto de una de las infecciones más
peligrosas conocidas declarada por la OMS a nivel mundial como
Emergencia en Salud Publica. (Aquí conviene recordar que existe una
unidad específica con formación para tratar estos casos: la Unidad NBQ o
la Unidad Militar de Emergencias UME).
Y aquí se comete otra tropelía, Supervisores de enfermería y la
propia Dirección de Enfermería de la Paz conocedores de que el personal a
su cargo no está bien formado por que no se ha dado formación
específica y no se le ha informado de los protocolos a seguir, ni cuál
es su función cuando acudan a allí, se le obliga a desplazarse con
coacciones y amenazas de perder su puesto de trabajo o abrírsele un
expediente disciplinario si se niega a ser enviado al Carlos III.
A día de hoy y a pesar de que estas personas llevan varios días
ingresadas, ni la dirección de enfermería ni dirección médica se ha
ocupado de organizar simulacros de actuación impartidos por personal
competente en las medidas de protección personal para el personal
desplazado. Son las mismas enfermeras/os los que una vez allí en el
Carlos III se informan de unos a otros como es el proceder y como hay
ponerse las medidas de protección. Siendo justos, el personal del Carlos
III que aún quedaba allí trabajando, con alguna más formación en estos
casos que nosotros, nos intentan adiestrar y tranquilizar en este
sentido. Pero esto ocurre allí minutos antes de entrar en la sala del
paciente. Como dato curioso, la Guía para la selección y uso de Equipo
de Protección Personal en ámbitos de atención médica, consta de 50
páginas. Y la Guía para la Atención de Pacientes con Virus Hemorrágico
en los hospitales de EEUU consta de 225 páginas. Ambas del CDC de
Atlanta y disponibles en “PDF” para cualquiera en su página web. Aquí no
tenemos nada.
Es cierto que el personal muestra sus reticencias a acudir al Carlos
III pero nadie se ha negado a tratar a un paciente. Solo advertimos que
no hemos sido formados convenientemente y que dadas las características
de la enfermedad el riesgo de contagio y posible trasmisión fuera de los
muros del Carlos III es una realidad que como profesionales de la
sanidad debemos poner en conocimiento de quien sea ya que nuestros
superiores directos no nos escuchan. Las preguntas son claras: ¿Por qué
se envía personal sin formación? ¡Es incongruente! ¿Por qué la
responsabilidad última de evitar la propagación recae en personal sin
formación específica? ¿Los americanos harían una cosa así?.
Perdón por este último comentario. Me he prometido a mí mismo no caer
en demagogia y ser lo más aséptico posible narrando de forma veraz los
hechos.
Por otro lado la selección de este personal se ha hecho de forma
arbitraria y sin criterio. Todo el personal de la UCI va a rotar por el
Carlos III. Bien, protocolo de la OMS advierten que el personal
sanitario o no, debe minimizar el tiempo de exposición en la sala con el
enfermo así como reducir lo máximo posible el número de personas que
atiendan de forma continuada al paciente. Pues bien si todo el personal
de la UCI pasara por allí, ¿No estamos aumentando de forma exponencial
el riesgo a una posible trasmisión? No es lógico y contraviene las
medidas dictadas por la OMS.
Sigo; Al personal que pasa por allí no se le hace ningún tipo de
seguimiento ni medida epidemiológica cautelar. Una vez terminado su
turno se marcha alegremente a su casa y al día siguiente, si no te toca
volver al Carlos III pues vas a trabajar a la UCI de la Paz con enfermos
de diversa etiología en muchas ocasiones Inmunodeprimidos. Es un
contrasentido que para subirte a un avión se tomen medidas y controles y
yo pueda ir y venir y hacer mi vida normal como si nada. Esto no es
coherente.
Para finalizar solo queda por recalcar que en todo este asunto hay
mucha improvisación y mucha actitud temeraria por parte de los que de
verdad, de verdad… NO van a estar delante del virus mirándole a la cara.
Escuchemos a los que están en la primera línea de fuego que algo
tendrán que decir.
Le saluda atentamente:
xxx
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