jueves, 8 de enero de 2015

Absurdos, Reino de la confusión.


Ni siquiera la prueba de lo absurdo de sus sospechas podrá consolar al celoso, porque los celos son la enfermedad de la imaginación”. 


Y no hay peor enfermedad de la imaginación del poderoso que contagia  a sus seguidores, incapaces de ver por si mismos, ni interés en hacerlo fuera del guion marcado por el líder enfermo.

Va por ti que tanto me odias, y va por los que te creen en tu enfermedad.

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