Sindicatos presionan a FIFA por muertes de obreros inmigrantes
Fuente : "Solidaridad.net"
16/06/2015
Nadie recibió con más alegría la
noticia de la dimisión de Joseph Blatter como presidente de la FIFA que
la Confederación Sindical Internacional, que desde el momento que la
celebración del Mundial 2022 fue otorgada a Catar, hace cinco años, ha
denunciado las terribles condiciones a las que los trabajadores de la
industria de la construcción, inmigrantes en su mayoría, serían
sometidos y que como consecuencia ocasionaría la muerte de
aproximadamente 4,000 personas, a razón de 600 por año, según un estudio
realizado por dicha organización en 2013.
La
Confederación Sindical Internacional considera que éste es el momento
propicio para que la FIFA tome medidas y obligue a Catar a modernizar
sus leyes laborales “conforme a las normas internacionales como
condición para poder acoger la Copa del Mundo”, según apunta la
Secretaria General de ITUC, Sharan Burrow, en un comunicado de prensa.
“Aunque
la actualidad se centra ahora en las acusaciones de corrupción (a los
altos mandos de FIFA), el mundo no debe olvidar que los trabajadores
migrantes en Catar continúan perdiendo la vida en el trabajo conforme se
acelera el calendario de construcción de las infraestructuras para la
Copa del Mundo a fin de terminar las obras a tiempo para 2022”, señalo
Burrow, pues considera que el órgano rector del futbol debe asumir la
responsabilidad por “el daño causado” desde 2010, fecha en que se
adjudicó la sede mundialista al emirato árabe.
Y
es que de acuerdo al organismo, cerca de 1,200 trabajadores han perdido
la vida en los trabajos de construcción en los últimos cinco años. Una
cifra estimada ya que Catar no ha hecho públicos sus registros por lo
que las diversas organizaciones que velan por los derechos humanos han
tenido que confiar en los números proporcionados por las embajadas de la
India y Nepal, países de origen de la mayoría de inmigrantes
trabajadores en la industria de la construcción.
“Las
cifras de mortalidad publicadas en la prensa no son sino estimaciones
prudentes, y creemos que la realidad podría ser mucho peor”, destacó
Burrow, algo que ya había advertido desde hacía más de un año.
El
problema, aseguran tanto la ITUC como Amnistía Internacional en su
reporte anual publicado en noviembre de 2014, radica en la ‘kalafa’ el
sistema laboral en funciones en el país árabe.
De
acuerdo al último censo que data de octubre de 2010, el país árabe, uno
de los más ricos del planeta con un PIB per capita de 88,000 dólares
según el Fondo Monetario Internacional, registró una población de 1.69
millones habitantes. Sin embargo, sólo 200 mil son ciudadanos locales.
El resto pertenece al grupo de trabajadores inmigrantes,
mayoritariamente procedentes de Nepal, India, Bangladesh y Filipinas.
Para
poder trabajar legalmente en el país, deben atenerse a la ‘kalafa’, un
sistema que el ITUC califica de “brutal y medieval” pues permite a los
ciudadanos y empresas locales a tener poder absoluto sobre los
trabajadores, pues de ellos depende que se les otorguen visas de trabajo
y residencia temporal. Para ello, la mayoría de trabajadores
inmigrantes atraviesan un proceso de reclutamiento en el que un
“patrocinador” se hace cargo de las cuotas legales y transporte con
sumas que pueden llegar hasta los 2,500 dólares, lo que permite que los
empresarios se perciban como “propietarios” de sus trabajadores,
sometiéndolos a jornadas y condiciones laborales abusivas y reteniendo
sus pasaportes, restringiendo así su libertad de movimiento. De acuerdo
con el último reporte de Amnistía Internacional, cerca los ‘patrones’
han confiscado el pasaporte a cerca del 90 por ciento de trabajadores
inmigrantes.
De
todos ellos, los que viven en peores condiciones son los trabajadores
en la industria de la construcción, quienes viven confinados en campos
especiales -- algunos en casas de campaña bajo el mismo sitio de la
construcción -- con jornadas laborales de hasta 16 horas al día y
salarios que no rebasan los 165 dólares al mes, según reporta la ITUC.
“Bajo
la presidencia de Joseph Blatter, la FIFA no sólo concedió la Copa del
Mundo a Catar, sino que ha ayudado a ese país a proteger su brutal
sistema de ‘kafala’ frente a cualquier reforma”, sostuvo Sharan Burrow.
Para
la organización, es imperativo que no sólo la FIFA asuma la
responsabilidad de “corregir el daño causado”, sino que las empresas
patrocinadoras del órgano rector del futbol “ y las multinacionales
gigantes de la construcción que están obteniendo enormes beneficios del
sistema de la ‘kafala’ en Catar”, presionen al gobierno catarí.
“Los
patrocinadores también están salpicados por la pestilencia de la
esclavitud moderna en Catar y no deben dejar de presionar hasta acabar
con la doble plaga de la corrupción y la explotación laboral”, dijo
Burrow, quien a tal efecto, envió cartas a ocho patrocinadores -- entre
ellos Adidas, McDonald’s, Gazprom, Budweiser, Coca-Cola y Visa --
instándolos a “utilizar su posición para presionar a la FIFA” a que tome
una postura de rechazo ante las leyes laborales que imperan en Catar y
evitar así que aumente la mortandad y el número de accidentes de trabajo
entre los inmigrantes.
Según
los estimados iniciales, Catar invertiría cerca de 100 billones de
dólares en infraestructura para albergar la Copa del Mundo; ente ellos,
12 estadios, decenas de hoteles y redes de transporte. Para completar el
titánico proyecto, la ITUC estima que Catar deberá contar con cerca de
un millón de trabajadores inmigrantes nuevos y todos, por supuesto,
sometidos a la misma ley.
“El
masivo programa de infraestructura de Qatar está totalmente orientado
hacia la Copa del Mundo de 2022. Conforme nos vamos acercando al plazo
para la finalización de los estadios, hoteles, red de transporte
público, carreteras, servicios y todo lo que se requiere para acoger el
Mundial, la presión sobre una mano de obra ya de por sí agotada, no hará
sino aumentar", aseveró Burrow.
Autor: Paola Núñez
Autor: Paola Núñez
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