La crisis incrementa las muertes por suicidio en la población de 45 a 59 años en Asturias
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Desde 2008, la mortalidad por esta causa aumentó un 57% en mujeres y un 40% en hombres de ese tramo de edad
Crisis y suicidios parecen caminar desafortunadamente de la mano. Una
investigación acaba de revelar un dato preocupante y es que la recesión
ha dejado en Asturias «un aumento significativo» en la mortalidad por
suicidio en la población de 45 a 59 años, la más castigada precisamente
por la inestabilidad económica y las políticas de austeridad implantadas
en el último lustro.
Un equipo de la Unidad de Investigación del Área Sanitaria V que
dirige el epidemiólogo Patricio Suárez Gil llevó a cabo un detallado
trabajo estadístico con el que se intentaba averiguar qué efectos ha
tenido la crisis en la salud de los asturianos y, en particular, sobre
las conductas suicidas. Hasta la fecha mucho se ha hablado y teorizado
sobre este delicado asunto, que se hizo muy mediático durante los peores
meses de la crisis griega y al que España no es ajeno, pero lo cierto
es que pocos son los estudios de los que se puede echar mano. El informe
más reciente en España es el de la Sociedad de Salud Pública y
Administración Sanitaria (SESPAS) que señala que la tasa de suicidios no
se ha visto incrementada por la crisis, pero se trata de un estudio
limitado ya que abarca solo hasta 2011.
La investigación realizada en el Principado aborda un periodo más
amplio. Va de 2002 a 2013 y hace hincapié en lo ocurrido a partir de
2008, año en el que se inició la crisis. El estudio, en el que se
analizan datos extraídos del Registro de Mortalidad de la Consejería de
Sanidad, busca aportar algo de luz en un tema espinoso y de complejo
abordaje. La conclusión es «cuando menos interesante», detalla Patricio
Suárez: «En términos globales tenemos que decir que la tasa de suicidios
se mantiene estable en Asturias en la última década, ya que pasamos de
11,8 suicidios por cien mil en el año 2002 a 12,4 por cien mil en 2013.
Sin embargo, lo que sí observamos es que hay un cambio de patrón, una
modificación en la estructura por edades de los suicidios, ya que a
partir de 2008, año que coincide con el inicio de la crisis, detectamos
un aumento significativo en la población de 45 a 59 años de edad».
Precisamente, en ese tramo de edad, la mortalidad por suicidio entre
2008 y 2013 subió un 40% en los hombres y un 57% en las mujeres. Por el
contrario, las muertes por conductas suicidas descendieron entre los más
jóvenes (15 a 29 años), con una bajada del 58%.
Con estos resultados sobre la mesa, los autores del trabajo tienen
claro de que «existe una relación entre crisis y suicidios. Todo parece
indicar, esa es al menos nuestra hipótesis, que el paro y la falta de
expectativas laborales y vitales pueden estar detrás de ese incremento.
Llama la atención que sea justamente ese grupo de adultos el que muestra
un aumento. Parece ser que el paro tiene algo que ver con esto, lo que
nos lleva a pensar que está suicidándose gente que está dentro del
colectivo de personas que se quedan sin trabajo y para las que ya casi
no hay expectativas de empleo». Suárez apunta otro dato a tener en
cuenta, la evolución del desempleo en el periodo estudiado.
Según datos del Sadei, en 2008 había en el Principado 52.843 personas
en el paro. La cifra se elevó en 2009 a 71.774 desempleados y en 2013
ya estaba en 103.992. Este epidemiólogo cree que «estamos ante un cambio
en la mortalidad por suicidios sobre el que habrá que ahondar más,
entre otras cosas, porque la crisis no ha terminado».
1.545 casos en once años
El trabajo ha permitido saber, además, que entre 2002 y 2013 Asturias
registró 1.545 muertes por suicidio. Es decir, que de media, cada año
se quitan la vida de forma intencionada 129 asturianos. Históricamente,
el Principado se situó a la cabeza en conductas autolíticas, seguida de
Galicia. La edad media está en 60 años y entre los fallecidos por esta
causa hay 2,5 hombres por cada mujer.
Otra pregunta a la que se intentó encontrar respuesta es si la crisis
había influido de alguna manera sobre la distribución geográfica de los
suicidios en la región. En hombres no se han observado muchos cambios.
Son los municipios del Occidente los que siguen mostrando un mayor
riesgo debido a que sus tasas de mortalidad por suicidios se sitúan por
encima de la media regional. Hablamos de Navia, Coaña, la comarca del
Eo, Oscos, Allande... «Hay rasgos y características que hacen que esa
comarca occidental sea similar a lo que ocurre en Galicia», detalló
Suárez Gil. También hay más muertes por esta causa en Llanera, Las
Regueras, Grado, Siero, Langreo y Mieres y Riosa. Por el contrario, «las
tres ciudades mayores, Oviedo, Gijón y Avilés, presentan riesgos muy
bajos. Este patrón no cambia con la crisis, al menos en hombres, y se
mantiene casi inalterable de 2002-2013».
No pasa lo mismo cuando se analiza esos parámetros en mujeres, donde
sí hay modificaciones. «Hemos encontrado un patrón distinto. Antes de la
crisis, el mayor riesgo estaba en la mitad de la zona occidental. Es
decir, se suicidaban más las mujeres del occidente que las del oriente.
Pero tras la recesión, ese riesgo alto, que se mantiene en municipios
como Tineo y Cangas del Narcea, se extiende a Oviedo, Gijón y la cuenca
del Caudal. Es decir que con la crisis hemos detectado que hay más
suicidios de mujeres que viven zona urbana».
Los resultados de esta investigación, una de las pocas llevadas a
cabo en España, fueron presentados en el II Congreso Iberoamericano de
Epidemiología y Salud Pública celebrado del 2 al 4 de septiembre en
Santiago de Compostela, organizado por la Sociedad Española de
Epidemiología. La intención de los autores es darle continuidad y
analizar el comportamiento y la evolución que la mortalidad por
suicidios muestra en Asturias en años posteriores a 2013.
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