El fallecido en el incendio de una fábrica de puertas de Barro estaba de baja laboral
Fuentes de la Fiscalía de Pontevedra indicaron que solo restan algunas diligencias para cerrar la instrucción judicial
Barro /
La Voz, 08 de octubre de 2015.
La Voz, 08 de octubre de 2015.
Transcurridos más de tres años y medio del
incendio que devastó la nave de Comercial Vilanova en Curro (Barro),
desde la Fiscalía de Pontevedra pusieron de manifiesto ayer que solo
restan algunas diligencias para cerrar la instrucción judicial. Tras
precisar que el enfoque de la investigación apunta a un accidente
laboral, el responsable del ministerio público reseñó que el operario
fallecido en el momento de producirse el fuego se encontraba
oficialmente de baja laboral.
«Hay quien sostiene que no estaba», apuntó, si bien
dejó claro que «documentalmente» no se tiene constancia de que «nadie le
había dado de alta. En la Seguridad Social no consta el alta, ni a
nivel médico. Eso oficialmente implica que estás de baja». El problema
reside en que, de confirmarse este extremo, la muerte de Juan Ogando, de
33 años, no se consideraría un accidente laboral y, por lo tanto, no
estaría cubierto como sí lo están el resto de sus compañeros lesionados.
No en vano, una de las causas de exclusión del seguro en caso de
fallecimientos en accidentes de trabajo es, precisamente, que la víctima
se encuentre en una situación de incapacidad temporal.
De este modo, las diligencias que faltan por
practicar tendrían que ver con el acotamiento de la responsabilidad de
lo ocurrido y confirmar de manera taxativa que Juan Ogando se hallaba de
baja aquel 28 de marzo del 2012.
Por otro lado, el informe de los especialistas en
investigación de incendios de la Guardia Civil descartó, en principio,
que se tratase de un incendio intencionado. En este punto, se incide en
que la posible causa de la deflagración se encuentra en el estado en el
que se encontraba la caldera que, desde el primer momento, se señaló
como foco del incendio al explosionar, vinculado, supuestamente, con un
mal funcionamiento de la misma.
La situación se agravó, según puso de manifiesto el
fiscal, por la existencia de una presunta serie de irregularidades en la
nave dedicada a la fabricación de puertas. Así, apuntó que no había
suficientes vías de evacuación en caso de emergencias, lo que hizo que
una parte de los trabajadores se viesen atrapados y no tuviesen más
remedio que saltar por las ventanas para huir de las llamas. Explicó que
las dos plantas de la fábrica carecían de salidas de emergencia
autónomas, de tal modo que el único camino que tenían los operarios del
piso superior era descender por una rampa que, precisamente, estaba al
lado de la caldera.
En este punto, destacó que la Inspección de Trabajo, a
la vista de estas irregularidades, impuso en su momento una fuerte
sanción económica a la empresa. Además de este organismo, también el
Instituto Galego de Seguridade e Saúde Laboral (Issga) llevó a cabo una
inspección.
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