viernes, 17 de febrero de 2017

SUICIDIOS EN ESPAÑA.




Suicidios en España


Por Gloria Díez
Resultado de imagen de suicidio 
Una de las razones por las que el problema del suicidio es un fenómeno que permanece relativamente oculto es su tratamiento en los medios de comunicación. Por ello, la función de los medios, fue la primera ponencia ante ciento setenta personas, especialistas, voluntarios y supervivientes, en unas Jornadas para intentar comprender el proceso doloroso que lleva a un ser humano a quitarse la vida y para buscar la mejor forma de prestar ayuda.

Está demostrado que hay que informar sobre el suicidio huyendo tanto del silencio, como de la información sensacionalista. Durante mucho tiempo, se creyó la teoría de que publicar noticias sobre suicidios ejercida una especie de “efecto llamada” y a ese recelo hay que unir el deseo de anonimato de las familias que atraviesan la tragedia de una muerte.

Si pudiésemos verlos, el conjunto de las personas que abandonaron la vida de forma voluntaria, formarían una gran comitiva. En España, en 2015, fueron casi 4.000. Y aunque la cifra de los fallecidos por esta causa triplica el número de los muertos por accidentes de tráfico o multiplica por sesenta y ocho el de las víctimas de la violencia de género, el suicidio no dispone de un Plan de Prevención, ni de un número específico de atención.

El suicidio arrastra más de un estigma. Empezando por el religioso. El suicida se supone arbitrariamente que muere sin “arrepentirse” y eso llevó a la Iglesia a prohibir su entierro “en suelo sagrado”. Un suicidio se ve como una especie de fracaso de todo el grupo social: familia, amigos, incluso compañeros de trabajo.



Cuando alguien se suicida, la familia queda destrozada, se convierte en una auténtica “zona 0” y los supervivientes se plantean: ¿Por qué me has hecho esto? ¿Podría haberlo evitado? ¿Qué pensarán de mí los demás? E incluso ¿mi familia está maldita? 
La ponente sabe de lo que habla, no sólo por su profesión sino por propia experiencia. A partir de la muerte de un hijo, fundó una asociación para prestar ayuda los que viven un duelo de estas características: “Después del suicidio. Asociación de supervivientes” (DSAS).

Es probable que un suicida no desee morir y su acto se oriente a dejar de sufrir. Y la vida puede presentar situaciones muy dolorosas. La doctora Noblejas, centró su intervención en la logoterapia y en la vida de Viktor Frankl, el psiquiatra austríaco, que, tras pasar por un campo de concentración nazi y perder a toda su familia, experimentó él mismo ideaciones suicidas, pero decidió decir sí a la vida “a pesar de su aspecto trágico”. Frankl señala que la vida no ofrece placer, sino sentido. Y ese sentido de la vida, es lo que nos capacita para soportar el dolor.

El suicidio es un drama personal y familiar, también un problema de salud pública. Deberíamos multiplicar por seis el número de afectados por cada acto suicida. Y aconsejó trabajar para separar la memoria de la persona de su forma de morir. Se trata de recordarles por su vida, sin que el hecho de suicidio suplante todo lo demás.

La aplicación de herramientas informáticas en el campo de la medicina es cada vez más frecuente. Se presentaron el programa ATENSIS y el proyecto MeMind.

ATENSIS puede representar una gran ayuda para los voluntarios del TE a la hora de evaluar a una persona que llama para expresar tendencias suicidas. Frente al tópico de que el suicido es un acto cobarde, la realidad es que se necesita mucho valor para quitarse la vida.

MeMind es una herramienta electrónica de seguimiento del estado mental de pacientes que tiene su base en una página web: www.memind.net. Reconoció que aún no somos capaces de evitar las conductas suicidas pero podríamos derivar a algunas personas para que fueran atendidas, a través de un chat, por voluntarios sociales bien preparados.

Por cada suicidio consumado hay 100 o 200 intentos y muchas más ideaciones. Entre los adolescentes son frecuentes los intentos múltiples y no debemos malinterpretar los síntomas: “son cosas de adolescentes”, “si lo dice es que no lo va a hacer. Hay que tomarse en serio las amenazas, ejercer una escucha activa en la que no se debe juzgar o culpar.

El suicidio es la tercera causa de muerte en menores de 25 años en todo el mundo, capítulo aparte lo constituyen los miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. La gran diferencia es que estas personas tienen acceso a un arma.

El jefe del Servicio de Psicología de la Guardia Civil dijo que cada quince días se suicida un policía nacional. Y que el estigma que pesa sobre la salud mental, impide a los miembros de los cuerpos policiales pedir ayuda. La Guardia Civil realiza una investigación de todos los actos suicidas de sus miembros. Es lo que se denomina autopsia psicológica.

No hay comentarios:

Publicar un comentario