Un gato callejero de Alovera herido de gravedad por un """disparo"""
Apodado Tuno, fue intervenido por la Fundación Mascoteros por la fractura que le había ocasionado un proyectil y que le fragmentó el húmero de su pata izquierda.
Hace una semana la Fundación Mascoteros recibía la llamada de una familia de Alovera (Guadalajara), solicitando ayuda para un gato callejero que ronda frecuentemente la zona donde residen y que había aparecido cojeando. Tras varios esfuerzos para capturarle, lo consiguieron y lo llevaron a un centro veterinario local, donde comprobaron a palpación que tenía fracturada la pata anterior izquierda.
En un principio todo parecía indicar que Tuno, como le han apodado a este gato negro ‘aloverano’, habría sufrido un atropello o caída, como les ocurre muchas veces a los felinos que pueblan las calles de cualquier municipio.
La sorpresa fue cuando en el Centro Veterinario Mascoteros en Rivas-Vaciamadrid hicieron las pruebas radiológicas al gato para valorar qué tipo de fractura sufría y encontraron que tenía el húmero destrozado en pedazos y que además se podía observar en las radiografías restos de un proyectil alojado en su pata. El equipo veterinario se dispuso entonces a buscar la herida del disparo, que fue encontrado en el cuello. Desde la Fundación Mascoteros no es el primer animal que atienden con heridas de disparos, especialmente gatos, pero la familia no daba crédito a lo sucedido con Tuno, conocido y querido por muchos vecinos. Un gato que, según cuentan, no molesta a nadie y mantiene ‘a raya’ a los roedores de la zona a cambio de poder pasearse de vez en cuando por los jardines.
Tuno, tras unos días bajo tratamiento para mejorar la infección de su pata provocada por el destrozo, fue intervenido el pasado 27 de julio por el equipo veterinario de Carlos Rodríguez, un popular veterinario dedicado a la protección animal desde hace casi 30 años y que preside la Fundación Mascoteros. Por su quirófano han pasado miles de animales, muchos de ellos víctimas de atropellos y maltrato de todo tipo, lo que le han convertido en un referente en la cirugía traumatológica.
Tres horas de intervención
A pesar de que, en un principio, se dudó si se podía salvar la extremidad de Tuno, finalmente y tras una larga intervención quirúrgica de casi tres horas, se ha conseguido resolver la fractura mediante la instalación de una aguja, una placa y seis tornillos, tras la retirada de los fragmentos óseos y los restos de proyectil. Además, se ha utilizado como injerto tejido óseo del propio animal para evitar rechazo. Las últimas noticias es que Tuno está evolucionando favorablemente, aunque aún es pronto para determinar si recuperará totalmente la movilidad de su pata.
La familia que lo encontró ha decidido hacerle un hueco en su hogar. Es un gato callejero y tendrán que trabajar mucho para sociabilizarle y que tolere el contacto humano cercano, y ya han conseguido grandes avances en los días que llevan con ello. Pero en caso de que no lo consigan, le proporcionarán una zona en el exterior de su vivienda.
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