¡¡¡ Ultima hora !!! revocada privatización Ayto de Azuqueca.
Fuente: Página Wed de I.U, de Azuqueca de Henares (excepto escudo y logo)
23 de julio de 2013
Los tribunales revocan la privatización de la recaudación en ejecutiva del Alcalde Bellido, por ser contraria al derecho a la intimidad personal y a la protección de datos de los contribuyentes
Uno de los núcleos del Estado, quizás el más primitivo y sobre el que se sostiene cualquier acción pública, es la hacienda y la fiscalidad. Esto es lo que pide, por ejemplo, Maquiavelo para Italia: el monopolio público de la fiscalidad para que Italia sea.
Hacienda, ejército, relaciones exteriores, monopolio de la violencia legal, justicia y emisión y control de la moneda son la base del Estado moderno.
Privatizar los cimientos del Estado (externalización es un eufemismo de la neolengua neoliberal) es acortar sus competencias en otras materias adicionales asumidas por la administración tras siglos de luchas políticas. El resultado del ensanchamiento del Estado ha traído los derechos sociales allí donde hubo, además, movilización obrera y democracia.
La recaudación privada de impuestos, propia de la poliarquía medieval, daba lugar a corruptelas generalizadas y a una merma de la capacidad de la administración para desenvolverse con soberanía. Por eso el Estado reclamó desde muy temprano para sí esa competencia que es una de las tres fuentes del poder, junto con las armas y las ideas.
Pensábamos que este tema estaba fuera de discusión pero la ola de privatizaciones y de desguace de la administración es tan extrema que nada está a salvo.
Es incomprensible que un gobierno que se llama socialista, el del Alcalde Bellido, privatice al completo la recaudación ejecutiva municipal, y que lo haga contra un informe negativo y muy fundado de la intervención municipal, por mucho que sostenga que tenía otro favorable de la tesorería que, por ser valoración de parte, no puede ponerse en el mismo plano.
Además de lo anterior, concurre el hecho de que un ciudadano impugnó ante los tribunales la decisión de la Junta de Gobierno presidida por el señor Bellido, por vulneración del derecho fundamental a la intimidad personal y a la protección de datos, recurso al cual se avino la fiscalía y que ha sido fallado a favor del demandante debido a que en el contrato suscrito entre el Ayuntamiento y la empresa adjudicataria (Coordinadora de Gestión de Ingresos S.A.) no había ninguna previsión sobre el tratamiento de la información de los contribuyentes, lo cual significa que no había constancia de garantía alguna sobre el uso legal de esa información, afirmándose en la sentencia, para vergüenza del Ayuntamiento que paga unos servicios jurídicos privados, que las respuestas de los abogados de la corporación sobre este particular fueron “genéricas, infundadas y manifiestamente absurdas”
En su momento deploramos la decisión privatizadora del Alcalde Bellido y la comparamos con lo que hace Lasquetty con la sanidad madrileña. Lo que no sabíamos entonces es que a Bellido, al igual que a Lasquetty, los tribunales le iban a tumbar la decisión por errores graves en los contratos.
Deseamos que este varapalo judicial haga reflexionar al señor Alcalde para que residencie toda la labor de recaudación en los trabajadores de la tesorería municipal, lugar del que nunca debió salir.
Uno de los núcleos del Estado, quizás el más primitivo y sobre el que se sostiene cualquier acción pública, es la hacienda y la fiscalidad. Esto es lo que pide, por ejemplo, Maquiavelo para Italia: el monopolio público de la fiscalidad para que Italia sea.
Hacienda, ejército, relaciones exteriores, monopolio de la violencia legal, justicia y emisión y control de la moneda son la base del Estado moderno.
Privatizar los cimientos del Estado (externalización es un eufemismo de la neolengua neoliberal) es acortar sus competencias en otras materias adicionales asumidas por la administración tras siglos de luchas políticas. El resultado del ensanchamiento del Estado ha traído los derechos sociales allí donde hubo, además, movilización obrera y democracia.
La recaudación privada de impuestos, propia de la poliarquía medieval, daba lugar a corruptelas generalizadas y a una merma de la capacidad de la administración para desenvolverse con soberanía. Por eso el Estado reclamó desde muy temprano para sí esa competencia que es una de las tres fuentes del poder, junto con las armas y las ideas.
Pensábamos que este tema estaba fuera de discusión pero la ola de privatizaciones y de desguace de la administración es tan extrema que nada está a salvo.
Es incomprensible que un gobierno que se llama socialista, el del Alcalde Bellido, privatice al completo la recaudación ejecutiva municipal, y que lo haga contra un informe negativo y muy fundado de la intervención municipal, por mucho que sostenga que tenía otro favorable de la tesorería que, por ser valoración de parte, no puede ponerse en el mismo plano.
Además de lo anterior, concurre el hecho de que un ciudadano impugnó ante los tribunales la decisión de la Junta de Gobierno presidida por el señor Bellido, por vulneración del derecho fundamental a la intimidad personal y a la protección de datos, recurso al cual se avino la fiscalía y que ha sido fallado a favor del demandante debido a que en el contrato suscrito entre el Ayuntamiento y la empresa adjudicataria (Coordinadora de Gestión de Ingresos S.A.) no había ninguna previsión sobre el tratamiento de la información de los contribuyentes, lo cual significa que no había constancia de garantía alguna sobre el uso legal de esa información, afirmándose en la sentencia, para vergüenza del Ayuntamiento que paga unos servicios jurídicos privados, que las respuestas de los abogados de la corporación sobre este particular fueron “genéricas, infundadas y manifiestamente absurdas”
En su momento deploramos la decisión privatizadora del Alcalde Bellido y la comparamos con lo que hace Lasquetty con la sanidad madrileña. Lo que no sabíamos entonces es que a Bellido, al igual que a Lasquetty, los tribunales le iban a tumbar la decisión por errores graves en los contratos.
Deseamos que este varapalo judicial haga reflexionar al señor Alcalde para que residencie toda la labor de recaudación en los trabajadores de la tesorería municipal, lugar del que nunca debió salir.
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