La muerte este miércoles del quinto trabajador en un accidente laboral en apenas 22 días en Aragón certifica el julio negro en el primer mes de vacaciones estivales. Un varón de 33 años, de origen marroquí y vecino de Huesca, se ha precipitado desde un tejado que reparaba en unas obras en la plaza del Ayuntamiento de Albelda (Huesca) cuando el reloj daba las cuatro de la tarde, falleciendo en el acto para engrosar la lista de accidentes mortales tan solo 24 horas después del deceso de un hombre que manipulaba una excavadora en Calatayud fuera aplastado por el edificio que trataba de demoler.
El trágico mes en el tajo dispara hasta 13 los muertos en sus puestos de trabajo en lo que va de año, una cifra que supera con creces a los nueve que se registraron entre enero y julio de 2022. El año pasado ya se registró un repunte en el cómputo anual con 28 muertos. Solo en el séptimo mes del año se han registrado los fallecimientos de un hombre atrapado en una mezcladora en Fraga, de un trabajador en las obras de la línea del Canfranero, de un agricultor tras quedar atrapado por la cosechadora con la que trabajaba en Barcabo y el ya citado de la ciudad bilbilitana.
La evidencia es que algo falla con la seguridad laboral en la comunidad. Y las alarmas han saltado en los sindicatos. Precisamente este miércoles por la mañana, antes de conocer el suceso de Albelda, CCOO se concentró en su sede de Zaragoza para exigir el fin de las muertes en el trabajo.
"No es una preocupación de primer nivel"
La razón primera que hallan los responsables sindicales para estos hechos es sencillamente que nadie se toma la siniestralidad laboral como una preocupación de primer nivel. Lo dice con contundencia José de las Morenas, uno de los pesos pesados del asunto a escala nacional como coordinador de la secretaría confederal de Salud Laboral de UGT, además de secretario de Política industrial de UGT en Aragón. Más causas: la formación en prevención laboral es eminentemente teórica y por tanto estéril, los autónomos y subcontratados están más desprotegidos porque la cadena de responsabilidades en la vigilancia se diluye entre la empresa matriz y la secundaria o, por resumir, que la concienciación es mínima, sobre todo cuanto más pequeña es la empresa.
«El gran fallo está en la concantenación de factores. Falta concienciación, cumplimiento con los planes de prevención, fondos reales para que sea efectiva y que la inspección de trabajo esté detrás.
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