Una persona, un cargo
ALGUNOS firmantes de esta carta, todos militantes del PSOE de
Extremadura que hemos impulsado la petición en 'change.org' «Exigimos el
cumplimiento de la agenda del cambio: una persona, un cargo
institucional», queremos transmitir mediante estas líneas nuestra
posición al respecto, ante las diversas interpretaciones que pueden
hacerse.
Es importante que quede claro que lo que reclamamos en la petición es
el cumplimiento de un compromiso, que somos el único partido que lo ha
planteado y lo esta empezando a cumplir sin que ninguna ley le obligue.
Entendemos que los compromisos deben ser claros, explícitos y firmes.
Y el hecho de que no haya sido así en este caso, es el origen de los
problemas. Este es un compromiso que, es importante recordarlo, fue
variando a lo largo de los meses en su forma de expresarse. Primero se
formuló en resolución del Comité Regional del PSOE, de 8 de enero de
2015, donde se decía que «ningún militante del PSOE de Extremadura
ostentará más de un cargo institucional» y se realizaban dos
excepciones: el de Presidente de la Junta (por ser imprescindible la
condición de diputado) y el de diputado provincial (por ser
imprescindible la condición de concejal).
Cuatro meses después, durante la campaña de las elecciones
autonómicas, se elaboró la conocida «Agenda del Cambio», que fue
difundida por dos medios, un documento extenso y una serie de tarjetas
gráficas. En el documento se hablaba de una «modificación legislativa
para que solo sea posible desempeñar un cargo público», y se recordaban
las dos excepciones, siendo muy contundente después al decir que «no se
podrá ser diputado autonómico y alcalde o concejal, ni consejero y
diputado, ni senador o diputado nacionales y cualquier otro». En las
tarjetas gráficas se era aún más contundente: «Una persona, un cargo y
una retribución. Y punto».
En el discurso de investidura de Guillermo Fernández Vara el 1 de
julio de 2015, una vez ganadas las elecciones, se recogió este
compromiso, pero había sido modificado. Por un lado se hablaba de
«máxima incompatibilidad», algo más ambiguo y menos contundente; por
otro lado, la formulación de las excepciones fue diferente, más abierta y
confusa, al decir que «con la excepción obligada de ser diputado
provincial, alcalde o concejal o senador elegido por esta Asamblea, y la
presencia en la Fempex».
Así pues, entendemos que hay un primer problema: la ambigüedad y
falta de rigor a la hora de establecer el compromiso. Hay un segundo
problema: las modificaciones realizadas en pocos meses, introduciendo
matices importantes dentro del mismo compromiso. Y hay un tercer
problema, que lo formularemos como pregunta: ¿Por qué el mismo Comité
Regional que aprobó la norma el 8 de enero de 2015 es incapaz de hacerla
cumplir después? ¿Qué legitimidad y autoridad le queda a dicho Comité?
Estamos obligados a recordar que muchos de los avances realizados por
el PSOE durante los últimos años («un militante, un voto», «un
socialista, un cargo», la generalización de primarias, etcétera) han
sido gracias a la presión de sus bases y de la opinión pública, aunque
luego esos avances no se formulen siempre con el rigor necesario ni se
apliquen siempre en tiempo y forma. Este es el caso. Y, simplemente,
estamos aquí para recordarlo: que hay que cambiar, que hay que
comprometerse en firme para el cambio y que hay cumplir los compromisos.
Es importante también que recordemos el ansia de cambio político que
existe en España. El PSOE solo logrará liderar ese cambio si entiende,
no solo en Extremadura, que el cambio debe ser de verdad y no solo
cosmético o publicitario. De arriba abajo y de abajo arriba. Un cambio
que, por cierto, tiene que ver con las personas pero no solo ni
fundamentalmente con las personas, sino con los procedimientos y con la
organización.
Un cambio, por cierto, que tampoco tiene nada que ver con la edad,
aunque en ocasiones se quiera utilizar este criterio para excluir a
personas válidas de las instituciones. Recientemente hemos comprobado
que la ciudad de Madrid ha depositado su confianza en una mujer
septuagenaria que nunca había hecho política; al mismo tiempo hay
jóvenes de cuarenta años que no logran el aval de la ciudadanía porque
llevan ya dos décadas en ella. No es la edad, es la oxigenación.
Del mismo modo que no es una cuestión de edad, no es una cuestión de
nombres. Queremos que se apliquen los procedimientos, una vez aprobados y
difundidos con claridad, afecten a quien afecten. Da igual el poder que
esa persona tenga en el partido. Y hemos de recordar que a día de hoy
persisten socialistas con más de un cargo, incumpliendo el compromiso.
Y, finalmente, nos gustaría destacar que una buena parte de las
polémicas que surgen en torno a la elección de cargos, provienen
precisamente de que se realizan a partir del ejercicio del poder
orgánico en el partido, y no de la capacidad de cada persona. Dicho de
otra forma: alguien llega a un lugar no por sus méritos, sino por su
cercanía al poder.
Las bases del PSOE que llevamos años comprometidas con su total
renovación no vamos a parar en la exigencia. Porque, si así fuera, el
PSOE dejaría de cambiar y perdería la relevancia política que queremos
para él. Esperemos que nuestros Secretarios Generales, a todos los
niveles, lo entiendan.
(*) Firman esta carta abierta: Óscar Pérez Nevado, Piedad Rubio
Obregón, José María Ramiro Nieto, Mar Costa Carmona, Enrique Pérez
Romero, Catalina Pacheco Brito, Ramón J. Santos García, María del Pilar
Martínez Martínez, Francisco José Bernal Martínez, Aniceto Bernal
González, Antonio Merino Hurtado, Paco Martín, Alejandro Duque Flores,
José Bermejo García, Manuela Campano Calvo, Juan Luis Gutierro
Maldonado, Ruht Rodríguez, Fernando Díaz Merchán, David Carrasco...
No hay comentarios:
Publicar un comentario