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jueves, 8 de octubre de 2015

Un socialista un cargo.

Una persona, un cargo

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ALGUNOS firmantes de esta carta, todos militantes del PSOE de Extremadura que hemos impulsado la petición en 'change.org' «Exigimos el cumplimiento de la agenda del cambio: una persona, un cargo institucional», queremos transmitir mediante estas líneas nuestra posición al respecto, ante las diversas interpretaciones que pueden hacerse. 

Es importante que quede claro que lo que reclamamos en la petición es el cumplimiento de un compromiso, que somos el único partido que lo ha planteado y lo esta empezando a cumplir sin que ninguna ley le obligue.

Entendemos que los compromisos deben ser claros, explícitos y firmes. Y el hecho de que no haya sido así en este caso, es el origen de los problemas. Este es un compromiso que, es importante recordarlo, fue variando a lo largo de los meses en su forma de expresarse. Primero se formuló en resolución del Comité Regional del PSOE, de 8 de enero de 2015, donde se decía que «ningún militante del PSOE de Extremadura ostentará más de un cargo institucional» y se realizaban dos excepciones: el de Presidente de la Junta (por ser imprescindible la condición de diputado) y el de diputado provincial (por ser imprescindible la condición de concejal). 

Cuatro meses después, durante la campaña de las elecciones autonómicas, se elaboró la conocida «Agenda del Cambio», que fue difundida por dos medios, un documento extenso y una serie de tarjetas gráficas. En el documento se hablaba de una «modificación legislativa para que solo sea posible desempeñar un cargo público», y se recordaban las dos excepciones, siendo muy contundente después al decir que «no se podrá ser diputado autonómico y alcalde o concejal, ni consejero y diputado, ni senador o diputado nacionales y cualquier otro». En las tarjetas gráficas se era aún más contundente: «Una persona, un cargo y una retribución. Y punto». 

En el discurso de investidura de Guillermo Fernández Vara el 1 de julio de 2015, una vez ganadas las elecciones, se recogió este compromiso, pero había sido modificado. Por un lado se hablaba de «máxima incompatibilidad», algo más ambiguo y menos contundente; por otro lado, la formulación de las excepciones fue diferente, más abierta y confusa, al decir que «con la excepción obligada de ser diputado provincial, alcalde o concejal o senador elegido por esta Asamblea, y la presencia en la Fempex». 

Así pues, entendemos que hay un primer problema: la ambigüedad y falta de rigor a la hora de establecer el compromiso. Hay un segundo problema: las modificaciones realizadas en pocos meses, introduciendo matices importantes dentro del mismo compromiso. Y hay un tercer problema, que lo formularemos como pregunta: ¿Por qué el mismo Comité Regional que aprobó la norma el 8 de enero de 2015 es incapaz de hacerla cumplir después? ¿Qué legitimidad y autoridad le queda a dicho Comité? 

Estamos obligados a recordar que muchos de los avances realizados por el PSOE durante los últimos años («un militante, un voto», «un socialista, un cargo», la generalización de primarias, etcétera) han sido gracias a la presión de sus bases y de la opinión pública, aunque luego esos avances no se formulen siempre con el rigor necesario ni se apliquen siempre en tiempo y forma. Este es el caso. Y, simplemente, estamos aquí para recordarlo: que hay que cambiar, que hay que comprometerse en firme para el cambio y que hay cumplir los compromisos. 

Es importante también que recordemos el ansia de cambio político que existe en España. El PSOE solo logrará liderar ese cambio si entiende, no solo en Extremadura, que el cambio debe ser de verdad y no solo cosmético o publicitario. De arriba abajo y de abajo arriba. Un cambio que, por cierto, tiene que ver con las personas pero no solo ni fundamentalmente con las personas, sino con los procedimientos y con la organización. 

Un cambio, por cierto, que tampoco tiene nada que ver con la edad, aunque en ocasiones se quiera utilizar este criterio para excluir a personas válidas de las instituciones. Recientemente hemos comprobado que la ciudad de Madrid ha depositado su confianza en una mujer septuagenaria que nunca había hecho política; al mismo tiempo hay jóvenes de cuarenta años que no logran el aval de la ciudadanía porque llevan ya dos décadas en ella. No es la edad, es la oxigenación. 

Del mismo modo que no es una cuestión de edad, no es una cuestión de nombres. Queremos que se apliquen los procedimientos, una vez aprobados y difundidos con claridad, afecten a quien afecten. Da igual el poder que esa persona tenga en el partido. Y hemos de recordar que a día de hoy persisten socialistas con más de un cargo, incumpliendo el compromiso. 

Y, finalmente, nos gustaría destacar que una buena parte de las polémicas que surgen en torno a la elección de cargos, provienen precisamente de que se realizan a partir del ejercicio del poder orgánico en el partido, y no de la capacidad de cada persona. Dicho de otra forma: alguien llega a un lugar no por sus méritos, sino por su cercanía al poder. 

Las bases del PSOE que llevamos años comprometidas con su total renovación no vamos a parar en la exigencia. Porque, si así fuera, el PSOE dejaría de cambiar y perdería la relevancia política que queremos para él. Esperemos que nuestros Secretarios Generales, a todos los niveles, lo entiendan. 

(*) Firman esta carta abierta: Óscar Pérez Nevado, Piedad Rubio Obregón, José María Ramiro Nieto, Mar Costa Carmona, Enrique Pérez Romero, Catalina Pacheco Brito, Ramón J. Santos García, María del Pilar Martínez Martínez, Francisco José Bernal Martínez, Aniceto Bernal González, Antonio Merino Hurtado, Paco Martín, Alejandro Duque Flores, José Bermejo García, Manuela Campano Calvo, Juan Luis Gutierro Maldonado, Ruht Rodríguez, Fernando Díaz Merchán, David Carrasco...

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