23 años, muerto al intentarlo, uno mas.
“Era muy trabajador, aunque allí la vida es muy dura”
15 Mayo 2016
Silvia Vivancos
Para Guenoune Fortas, hablar de su sobrino Hussein no es fácil. El joven, de 23 años y origen argelino, murió ahogado al intentar colarse en un barco la noche del pasado jueves. Fortas llegó ayer a nuestra ciudad procedente de Alemania donde reside, para tramitar la documentación necesaria y repatriar el cuerpo del que ha sido como un hijo para él. “Hussein es el hijo de mi hermana y su padre había muerto. Yo lo había criado desde pequeño”.
Nadie esperaba esta dura noticia porque ningún miembro de su familia conocía que el joven se encontraba en Ceuta. “Hacía tiempo que no hablaba con él, ni siquiera le había dicho a su madre o a sus seis hermanos que iba a venir a España”.
Hussein vivía con su madre y a duras penas sobrevivían de la pensión de su padre, pero el joven tenía esperanzas de encontrar una vida mejor. “El había estudiado hasta los 12 años. Después no hizo nada, pero no encontraba trabajo. Era muy trabajador, aunque allí la vida es muy dura y no es fácil salir adelante. No hay porvenir, a no ser que tengas un negocio”.
El destino quiso que, en su primer intento de venir a España a buscar una vida mejor, Hussein terminara sus días bajo las aguas del Puerto. Varios argelinos que viven en nuestra ciudad reconocieron su cadáver y avisaron a la familia. Fue así como Fortas se enteró de la tragedia. Su cara aún demuestra que no se ha sobrepuesto a la llamada de su hermana desde Argelia. “Me llamaron desde allí para decirme que mi sobrino estaba muerto aquí”.
Durante su conversación con este medio, hay instantes en que Fortas es incapaz de hablar, afectado por la emoción que le embarga y por la muerte de Hussein al que consideraba más un hijo que un sobrino. Ni siquiera puede hablar de él para recordar su forma de ser. Sólo sabe que su hermana, a miles de kilómetros en Argelia, está ingresada en un hospital, víctima de un ataque de ansiedad al conocer la noticia de la suerte que había corrido su joven hijo. “La familia está muy mal, mi hermana está hundida y no sabemos cuando le darán el alta”.
Fortas comprende perfectamente la situación a la que se enfrentan estos jóvenes que, desesperados, se lanzan en busca de una vida mejor a otros países. “No tienen otros medios y tienen que hacer lo que pueden”.
Él ha sido inmigrante, llegó a Alemania en 1996 y “lo pasé muy mal, es muy triste estar solo, sin familia ni amigos, en un país donde hablan otra lengua. A veces no tienes un techo donde dormir y nada que echarte a la boca. La palabra es impotencia”. Esa palabra es la que obliga a muchos inmigrantes a diario a marchar en busca de una aventura que, desgraciadamente en la mayoría de los casos, terminan en tragedia.
Así ha ocurrido con Hussein. La noche del pasado jueves pretendía alcanzar a nado uno de los buques atracado en el Muelle de la Puntilla. Sin embargo, la larga distancia que quiso recorrer terminó con sus fuerzas y se hundió. Aunque los tripulantes del buque vieron al joven acercarse nadando y le arrojaron un salvavidas, finalmente el mar pudo más y terminó bajo la embarcación, de donde fue rescatado por los GEAS de la Guardia Civil.
Hussein tenía un pequeño bolso a la espalda, vestía mucha ropa y una chaqueta, lo que pudo jugarle una mala pasada ya que le impidió mantenerse a flote.
Esa fatídica tarde, la comunidad argelina del CETI se concentraba en el muelle con la única intención de probar suerte para cruzar a la península. Algunos lo hicieron en los camiones, pero Hussein optó por el mar, después de que sólo llevara unos cuantos ías en nuestra ciudad.
Los trámites de la repatriación del cadáver tardarán entre tres y cuatro días
Tras la tragedia vivida por esta familia argelina, ahora tienen que hacer frente a una serie de trámites para repatriar el cuerpo del joven Hussein hasta Argelia. Su tío, que llegó ayer procedente de Alemania, se trasladará hasta Argelia para estar con su hermana y el resto de familiares en estos momentos tan duros.
Se estima que, una vez se acometa toda la documentación, la repatriación puede llevarse a cabo en un periodo que variará entre los tres y cuatro días, ya que también entra en juego el hecho de que no todos los aviones transportan ataúdes en sus bodegas. Su tío confía en que esta pesadilla acabe lo antes posible y que su hermana pueda salir del hospital a la mayor brevedad.
La lejanía de la familia hace más doloroso el luto por la muerte del joven Hussein. Ellos esperan impacientes velar el cuerpo de un joven que un día se aventuró hacia Europa en busca de un futuro mejor y, únicamente, encontró una trágica muerte bajo un buque.
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