Este viernes nacía en nuestro país un nuevo derecho social. El Gobierno de coalición ha aprobado el Ingreso Mínimo Vital, una medida de justicia social fundamental para acabar con la situación de la pobreza estructural en España y avanzar en la reducción de las desigualdades. Es el mayor avance en los derechos sociales en nuestro país desde, al menos, la aprobación de la Ley de Dependencia.
Unas semanas antes de declararse la crisis de la COVID-19, el relator especial sobre la extrema pobreza y los derechos humanos de las Naciones Unidas, Philip Alston, hablaba de la existencia de «dos Españas muy distintas» donde, según había podido comprobar en su reciente visita a nuestro país, un amplio porcentaje de la población vivía al límite de sus posibilidades, mientras la supuesta recuperación económica estaba beneficiando, sobre todo, a las grandes empresas y a los más ricos.
La crisis sanitaria no ha hecho sino agravar una situación que necesitaba ser abordada con urgencia, y acelerar esta medida que se estima que podrá llegar a más de un millón de familias en situación de vulnerabilidad. Se trata de un avance en justicia social, además de una iniciativa de eficiencia económica, que contribuirá a la reactivación económica de nuestro país. |
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