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lunes, 7 de diciembre de 2009

Libertad ¿de que?A la Alcarria les traia yo a algunos.

06/12/2009


El Plural / Artículos de opinión



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MARCOS PARADINAS

06/12/2009









España cae al puesto 46 en el ránking de la libertad de prensa



Nuestros políticos tienen un serio problema de comunicación. Quizá lo tengamos los españoles que, poco a poco, les hemos permitido que nos traten como a niños de guardería. Sólo así se explican los mensajes machaconamente ramplones que esta semana han estado repitiendo algunos miembros del Partido Popular o los gravísimos errores en los que, una y otra vez, el Gobierno se empeña en caer.

Una de las mayores meteduras de pata del Ejecutivo de Zapatero es la ley del aborto. Pocas veces una ley tan positiva fue tan mal explicada. Se ha permitido que se hable en exclusiva sobre fetos, cigotos y holocaustos del siglo XXI y muchos se llenan la boca señalando que la solución está en la educación sexual, más que en el aborto.



Aborto y masturbación

Sin embargo, pocos saben que el nombre completo del texto impulsado por el Ministerio de Igualdad es Ley de Salud Sexual y Reproductiva e Interrupción Voluntaria del Embarazo y que sus páginas recogen varias disposiciones sobre ese aclamado tipo de educación. En cambio, da la impresión de que muchos se cruzan de brazos cuando aparecen manipuladores dispuestos a acusar a la Junta de Extremadura de malgastar 14.000 euros en dar lecciones de masturbación y obispos que aseguran que el Gobierno practica perversión de menores.



De tapadillo

Cuando parecía que no podía hacerse peor, aparece la necesaria Ley de Economía Sostenible para durar su debate menos de 24 horas. Unas líneas de tapadillo para defender los derechos de autor incendia la red de redes por su más que evidente confrontación con derechos tan fundamentales como la libertad de expresión. ¿Quién se acuerda ahora de la creación rápida de empresas, el impulso al alquiler, el cambio de modelo económico?



Todo un comunicador

Pero si todo esto es grave, las estrategias comunicativas del PP son para echarse a llorar. ¿Qué tipo de aleación facial es la que usa Esteban González Pons para acusar al Gobierno de inventar la censura en Internet cuando sus diputados votaron a favor de ello en el Parlamento Europeo? O González Pons es capaz de cambiar de opinión en menos de dos semanas, o cree que insultar a la inteligencia de los votantes no tiene coste político. Lo último sería todo un error en el caso del vicesecretario de Comunicación del partido que aspira a gobernar España.



¡Nos quitan los belenes!

La polémica de los crucifijos, que esta semana ha escrito un nuevo capítulo, decorada con minaretes suizos de fondo, da una nueva muestra de mensajes simplones. A nadie extraña que Curry Valenzuela se eche la mano a la cabeza y descubra una conjura judeomasónica contra belenes y niños-pastorcillos. Pero de la número dos del PP se esperaría un poco más de talla política, o al menos que no dé la impresión de que González Pons está detrás de sus discursos.



El chascarrillo de la semana

La guinda de la semana se encargó de ponerla Mariano Rajoy. La polémica con el Ministerio de Cultura no merece ser despachada con un chascarrillo como el que soltó ayer el líder del PP. Su cita semanal con el humor podía haber esperado. Zapatero no va a cerrarle su blog, puede estar tranquilo. Los aficionados de Rajoy en acción podrán seguir disfrutando de sus andanzas y su fina ironía.



De aplauso

Sí merece aplauso, en cambio, la postura de Rajoy en contra de que se pueda vulnerar “un derecho fundamental para la gente como el de recibir información”. Ahora bien, ¿es éste el mismo Rajoy que impulsó el veto al Grupo Prisa para que nadie del PP hablara con medios tan importantes como la Cadena Ser, El País o Cuatro? ¿El mismo que ordenó en el último Comité Ejecutivo que nadie hiciera más declaraciones públicas sobre qué se cuece en sus filas?



Gracias, señores

Desde luego, no puede ser el Rajoy que es capaz de estar medio año sin dar una rueda de prensa en Génova. Ni el que se niega a responder preguntas tras sus comparecencias, moda que parece hacer furor entre nuestros representantes. Uno de los detalles que, señor Rajoy, ha hecho que España caiga hasta el puesto 46º en el ránking de libertad de prensa de Reporteros sin fronteras. Ya estamos a sólo tres puestos de Italia. Gracias, señores.





Marcos Paradinas es Redactor Jefe de El Plural

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