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lunes, 19 de junio de 2023

Año.10.N.º322.xx años. Teleoperadora. Madrid. Sus compañeros obligados a seguir trabajando con ella muerta al lado.

 

Fallece una teleoperadora en Madrid y la empresa obliga al resto a seguir trabajando junto al cadáver

Los sindicatos han denunciado esta práctica por parte de la firma Grupo Konecta BTO ubicada en el barrio de San Blas Canillejas de Madrid



Los sindicatos de CGT, UGT y USO han denunciado los hechos alegando una «falta de humanidad, empatía y respecto a raudales» y han escrito una carta en recuerdo de la compañera fallecida.
«Desde CGT se ha mantenido una reunión del Comité de Seguridad y Salud con la empresa para dirimir responsabilidades, que se reconozca lo sucedido, ver cómo se va a investigar todo lo ocurrido, y que se establezca un protocolo de actuación para estos casos. No puede volver a pasar», concluye el comunicado.

«Una compañera tuvo que sujetarla para que no se cayese de la silla, acto seguido intentaron por activa y por pasiva reanimarla, que permaneciese un poco más entre nosotros, que los latidos siguiesen entonando los acordes de la vida, pero no, el reloj antes de las 14:00 se paró para siempre. No nos preparan para estas cosas y reaccionamos sobre la marcha, tarde y mal. Este es el momento de Inma y por el respeto que nos merece nos vemos en la obligación de contar lo sucedido sin intención de hacer daño, herir sensibilidades y sobre todo evitar que ciertos acontecimientos Kafkianos no vuelvan a producirse», señalan.

«Inma no estaba sola, la plataforma bullía como cualquier otro día y poco a poco todos y todas se sumieron en el desconcierto. Al conocer la noticia por confusos WhatsApp no dábamos crédito “Está tirada en el suelo y nosotros cogiendo llamadas” “¿Estáis cogiendo llamadas?” “Sí, nos dicen que sigamos cogiendo llamadas»», exponen desde CGT.

Añaden que «no veíamos el momento de llegar, los segundos parecían horas y al entrar en la 6ª planta de San Romualdo, todo parecía una película de terror de serie B. Al lado de nuestra compañera alguien atendía una llamada. El servicio proseguía como si tal cosa. Era necesario PARAR PARAR PARAR, desalojar el centro. Llamar a la cordura mientras alguien repetía insistentemente Somos un servicio esencial ¿Y la vida? ¿Hay algo más esencial que la vida? La respuesta parece clara pero los hechos no indican eso. Expresamos nuestra repulsa a los responsables de Konecta por semejante comportamiento. Nos ha faltado humanidad, empatía y respeto a raudales».

«¿Quién no ha pensado en los viajes en el tiempo cuando alguien se va? No podemos evitar lo sucedido, no obstante, ahora toca minimizar los daños. Konecta debe brindar apoyo emocional y psicológico, comunicarse de forma clara, olvidar las llamadas y pensar en las personas a las que les costará curar la herida. Poner tiritas al alma», inciden en su comunicado.

Desde CGT al día siguiente se mantuvo una reunión del Comité de Seguridad y Salud con la empresa para dirimir responsabilidades, «que se reconozca lo sucedido, ver cómo se va a investigar todo lo ocurrido, y que se establezca un protocolo de actuación para estos casos. No puede volver a pasar». Por último, concluyen, «mandar todo nuestro cariño a la familia, a sus amigos y compañeros, un beso muy fuerte de toda la plantilla de Konecta que ha sufriendo esta perdida irreparable».

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