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martes, 27 de agosto de 2024

El paro mata.


Artículos imperecederos. El paro mata.

Paro y suicidio, España diez diarios.


SALUD PÚBLICA

Datos de 63 países

Un nexo entre paro y suicidios

  • Un estudio señala la relación entre el desempleo y la cifra de personas que se quitan la vida

  • Una de cada cinco muertes de este tipo se debe a la falta de ocupación laboral 

     


La inestabilidad laboral y la recesión tienen un impacto directo sobre la salud mental. JAVIER BARBANCHO.


Entre el desempleo y los suicidios, hay un estrecho lazo, según destaca una investigación publicada ayer en The Lancet que ha analizado datos de 63 países de todo el mundo entre 2000 y 2011. Sus conclusiones muestran que una de cada cinco personas que se quita la vida lo hace por causas relacionadas con el paro, aunque el impacto de la falta de trabajo no es igual en todos los entornos. 

"Hemos visto que en los países donde el desempleo no es común, un aumento del paro tiene un efecto más pronunciado sobre el suicidio", explica Carlos Nordt, investigador de la Universidad de Zúrich (Suiza) y primer firmante del trabajo, que cifra en entre un 20 y un 30% el aumento del riesgo relativo de suicidio asociado al paro.

Su equipo quiso analizar el periodo entre 2000 y 2011 para comprobar los efectos directos de la crisis sobre la decisión de poner fin a la propia vida y, aunque comprobó que, entre 2007 y 2009, con el inicio de la recesión, se produjo un incremento de unos 5.000 casos adicionales, los suicidios atribuibles al desempleo, tanto antes como después del inicio de las vacas flacas, superaron los 40.000 casos incluso en el mejor de los escenarios.

En la revista médica, Nordt destaca que el incremento en la tasa de suicidios observado "precedía seis meses a los cambios en las cifras de desempleo", lo que, según apunta, puede deberse al estrés, la inestabilidad y la inseguridad que también vive la población activa en un contexto de recortes y recesión.
Con todo, el investigador suizo reconoce que su trabajo se basa en un modelo matemático y que, para sacar conclusiones definitivas sobre desempleo y crisis, es necesario realizar "estudios a nivel local" y analizar todo el entramado de factores que pueden influir en las tasas de suicidio. 

«La conducta suicida es un fenómeno complejo, por lo que es muy difícil establecer una relación directa de causalidad», explica Jerónimo Saiz, miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de Psiquiatría. De hecho, tal y como apunta Andoni Anseán, presidente de la Fundación Salud Mental España para la prevención de los trastornos mentales y el suicidio, las investigaciones que hasta ahora se han realizado en nuestro país sobre el tema «han generado resultados contradictorios». 

Aunque este especialista subraya que «cada vez existe más evidencia que relaciona el aumento de desempleo con un incremento de los suicidios y los trastornos mentales», como un estudio que en 2013 asoció la crisis económica con un aumento del 8% en este tipo de muertes, otros trabajos no han encontrado esta asociación. Corrobora este punto José Luis Ayuso, catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid, investigador del CIBERSAM y director del Centro Colaborador de la OMS para Docencia e Investigación en Servicios de Salud Mental, uno de cuyos estudios concluyó recientemente que no existe una relación directa entre los citados factores y que que la prevalencia de intentos e ideaciones de suicidio en España apenas ha cambiado en la última década. 

De cualquier forma, los psiquiatras consultados por EL MUNDO coinciden en señalar que «no se requiere una crisis económica para poner atención sobre el suicidio y tomar las medidas oportunas para frenar su incidencia». En 2012 en España se produjeron nada menos que 3.539 suicidios, prácticamente 10 al día y «muchos de los factores de riesgo asociados a estas muertes son prevenibles», tal y como señala Ayuso. La depresión, subraya, tiene un impacto mucho más directo y de fácil abordaje que otras cuestiones, como el desempleo. Sin embargo, para hacer frente a su efecto, hace falta una apuesta real por desarrollar los recursos y la protección sanitaria necesarios que aún no es la suficiente.

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