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martes, 10 de diciembre de 2024

¿Luchar merece la pena?

 

Artículos imperecederos, "La lucha"



Creo que nuestra vida es una pescadilla que se muerde la cola, los que acaban pueden ver como los que empiezan repiten sus errores y se supone que cuando ellos acaben les pasará lo mismo con los que les sigan, así ha debido ser durante generaciones y generaciones, es importante formar a la gente sindicalmente para evitar ese vicio, no podemos caer una y otra vez en las ,mismas trampas, las mismas dilaciones, la más grosera de las soberbias y caemos y caemos y caemos... en fin deberá ser así.

LA LUCHA.

 
Han ocurrido muchas cosas en estas últimas TRES semanas, algunas veces la sensación de que todo se precipita de que, de alguna manera se pierde el control de los acontecimientos, amargo sabor.

Asistí a la manifestación contra la instalación en Guadalajara de un cementerio nuclear, con una participación que estimo más que decorosa y pude observar muchas cosas que me llamaron la atención y también conocer un poco más a determinadas personas.

Días después volvimos a la carga esta vez para manifestarnos en contra del retraso de las pensiones, acudí con otras pretensiones quería saber, ver, observar, la excusa una cámara de fotos e ir por libre, durante días antes insistí machaconamente en la necesidad de que asistieran los compañeros, una y otra y otra vez daba a entender de la importancia de llenar las calles de Guadalajara y ciertamente la sensación de fracaso personal esta presente, no dejo de preguntarme por qué somos tan pocos los que decidimos manifestarnos contra un ataque claro y directo a la clase trabajadora. Incluso me planteo si la clase trabajadora existe, mas lejos de todo cuanto no sea la agresión directa al salario o al trabajo diario.

Durante semanas y después de una asamblea general de trabajadores hemos tenido la oportunidad de hablar directamente por departamentos, saber que es lo que le preocupa a la mayoría de nuestros compañeros, de dos en dos, cuatro, diez o veinte pudimos hablar con ellos, hubo de todo, criticas mordaces, alusiones a políticas directas, se nos acuso de mansedumbre, incluso de la no necesidad de unos sindicatos que parece ser ya no representan a nadie. También hubo cosas buenas e incluso felicitaciones por dar la cara después de la vergüenza de la asamblea.

Si pudiéramos entender que muchas de las sinceras opiniones que nos han sido manifestadas son atribuibles también a la inmensa mayoría de otras ciudades, pueblos y centros de trabajo las conclusiones serian realmente desmoralizadoras, pero ¿Por qué? ¿Cuál es el motivo por el que muchos trabajadores no se sienten defendidos o representados por un sindicato?

Desde mi personal visión del tema son varias las causas y en ciertos casos la culpa si podemos hablar de culpas, podría entenderse que es del propio sindicato, me explico.

Los sindicatos están formados por los propios trabajadores, la mayoría de las veces por trabajadores que participan del entorno social común a todos los ciudadanos, ¿por que debemos esperar un comportamiento distinto de los demás?, cuántos delegados y delegadas de nuevo cuño desconocen los fundamentos básicos de la lucha de clases, cuántos conocen el entramado real, histórico y formativo de su propio sindicato, cuantos se sienten partícipes de una lucha contra un capitalismo salvaje y del sálvese quien pueda, cuantos entienden que a los trabajadores nadie les ha regalado nada en el transcurso de la historia y que si ahora disfrutan de unos derechos , cada vez mas recortados, es gracias a que otros dieron llegado el momento hasta su sangre por defender los intereses de los trabajadores, cuántos son conscientes de que, mantener y ampliar esos derechos va a seguir costando mucho trabajo y que a veces el duro trabajo no obtiene un beneficio inmediato, si no que es el computó de la suma de pequeñas batallas libradas la mas de las veces de forma diversa y difusa pero que con el tiempo van a juntarse en algún lugar.

Personalmente insisto pues esto que ahora leéis es más que nada un canto al vacío, sin otro objetivo que desahogarme un poco, me encuentro decía con verdaderos problemas algunas veces para defender posturas sindicales y o personales, mientras se negocia un convenio que creo bastante decente para los tiempos que corren, veo y trabajo con otros conflictos y convenios que ni por asomo se acercan a lo que se esta negociando en mi empresa, compañeros de empresas particulares incluso de grandes empresas les parece casi un crimen ciertas “prebendas” conseguidas en arduas negociaciones, que si fueran negociadas en empresas particulares serian vistas como verdaderos logros sindicales.

Por el contrario desde dentro nos encontramos con verdadero enfrentamiento en las posturas de los sindicatos representativos que van mas lejos de lo puramente sindical, incluso dentro del mismo sindicato parecen florecer pequeñas intrigas y mal encaramientos por un párrafo o un artículo que creo obedece mas a problemas personales que realmente sindicales pero que si no se cortan nos llevaran sin duda a un enfrentamiento, casi entre hermanos, gente luchadora hasta hace bien poco, se desliga por temas que no deberían influir ni mucho menos desmoronar el objetivo principal.

He dicho y mantengo que formar parte de un sindicato aunque sea como militante de base o de primera línea que me gusta más, requiere como todas las cosas una formación sindical previa mas si cabe cuando decides presentarte como delegado, entonces se hace indispensable, al igual que siempre he opinado que no se puede llegar (perdón, no se podría porque poder se puede vaya que sí se puede) a concejal o alcalde o político sin una formación adecuada a las responsabilidades a asumir, que no se puede y sabemos que se puede, esperar de una persona no preparada ni formada que por mor de unas listas políticas se ve de golpe y porrazo lanzado o lanzada a una concejalía x los resultados solo pueden ser lo que tenemos, descorazonadores.

Y que nos hace pensar que, salvando las distancias, es decir los sueldos entre otras cosas, cuando un currito decide dar el paso de ser delegado de personal con muchas buenas intenciones y ganas de pelea, si no tiene una formación adecuada a lo que se va a encontrar, va a resultar un buen sindicalista, cuando falla esa formación aparecen los vividores, los supervivientes natos que utilizan los sindicatos por intereses personales o como pretendido trampolín a posibles mejoras personales o como defensa personal y cuando fallan en sus pretensiones al no tener ninguna formación aparece o la dejadez o la inoperancia, la envidia o en el mejor de los casos la simple dimisión.

Por supuesto no falta quien aprovechando de la circunstancia , "enchufa " a su hermano o su cuñada, que pa ra eso se lo curran, acabara  donde jamás debió de salir y manteniendo alguna conexión hasta relamerse las heridas y volver a morder...

Pero veamos ahora que ocurre cuando se cuenta con algo de formación sindical, con un conocimiento mas o menos intenso de la historia del sindicato que vas a representar y el convencimiento de pertenecer a un engranaje que te supera y del cual eres un mecanismo mas que debe ponerse en movimiento siguiendo una directriz que sabes que de una forma u otra va encaminada siempre a defender y mejorar las condiciones de trabajo de la inmensa mayoría o simplemente unas convicciones adecuadas a las funciones que te piden.

¿Qué se siente? Al ver que algunas veces precisamente quien debería comprender es precisamente quien mas y peor te ataca, nos enseñan a tener en cuenta que eso va a ocurrir, te enseñan a hacerle frente con relativa solvencia y facilidad, pero y cuando observas posiciones inexplicables en tus propios compañeros delegados, cuando ves que la falta de preparación es manifiesta y clara, por que escuchas y ves lo mismo que antes, en tu formación, te han explicado que verías y escucharías. Impotencia es lo que yo siento, impotencia y cierta amargura, por no saber más aun, sobre como pelear contra lo que vislumbras, sabes que es la misma historia de siempre, sabes que son cosas que se estudian y que son conocidas pero nadie te ha enseñado a contrarrestar este tipo de cosas, lo difícil que es mantener un equipo funcionando con unas premisas claras y lo frágiles que son al desmoronarse sin posibilidad de apaño.

Resumiendo que aquí cada uno va a lo suyo, por que es lo que prima en la sociedad de cual formamos parte y que quien no entra en ese juego acaba o puede acabar no formando parte de esa misma sociedad o asumiendo con toda la fuerza de su ser que así son las cosas y entrando a trapo en la manipulación, la soberbia, el desencuentro, cuando las cosas no van según mis intereses particulares y eso lo tengo ahora de primera mano lo estoy viviendo con un cierto shock por ser imprevisto para mí que eso nos pudiera suceder no ya fuera del grupo como llevo observando años , pero desde dentro sinceramente no lo esperaba creía estar rodeado de gente con principios y formada sindicalmente, pero lo mas importante es que también tengo alrededor gente tan dispuesta o mas que yo con una formación adecuada y mejor que la mía.

De las ruedas informativas llevadas a cabo he sacado una idea importante entre otras, pero esta muy clarificadora, siempre y de forma inequívoca, cuando tratas de explicar las modificaciones a un convenio que afecta a casi 400 trabajadores y trabajadoras las cosas terminan y derivan hacia problemas personales, cunden los ejemplos de “a mí me pasó” pues a mí nadie me ayudo” “lo mío”, pero al mismo tiempo que da la impresión de que te lo echan en cara suelen ir acompañados de un “los sindicatos no hacen nada”o “ no sirven para nada” “solo traen complicaciones”.Curiosamente los días de libranza por diferentes temas, nacimiento, enfermedad etc. Las mejoras salariales , o cuáles otras mejoras , se ven como algo normal que ya estaba ahí , que han debido llegar por el espíritu santo o algo así es como si se diera por hecho que no se han trabajado en ellas, y curiosamente todos incluidos los que aseguran la inutilidad de los sindicatos disfrutan de ellas incluso abusan de ellas en algunos casos y es ahí cuando tienes que tirar de todo tu amor propio cuando trabajadores compañeros sindicados que te insultan o menosprecian por tu labor sindical , sabiendo que son los primeros en usar y en concreto abusar de lo pactado, es cuando decía, te tienes que parar respirar y pensar que a pesar de todo seguir luchando merece la pena.

Debemos pensar y asumir que las cosas cambian, pero al mismo tiempo mantener a capa y espada unos principios ideológicos que son y deben ser permanentes en el tiempo y en cualquier situación, son esos principios básicos los que nos mantienen. Lo demás sin dejarlo de lado dándole la importancia que se merezca es parte de la vida misma que debemos asumir pero jamás compartir.

Difícil tarea, no dejarse llevar, no ser uno mas, de ese gran montón de “primero yo, luego yo y después también, yo”.

Pero recordar LUCHAR SIGUE MERECIENDO LA PENA.

Saludos Fraternales.

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