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sábado, 2 de junio de 2018

Tristemente real. Parte de Guerra laboral.

SEMANA NEGRA PARA LA CLASE TRABAJADORA12 muertos y 16 heridos graves por accidentes de trabajo en la última semanaSemana negra para la clase trabajadora con graves accidentes y situaciones dramáticas como la de los dos albañiles desaparecidos durante días en Madrid.
SERGIO MESA  25/05/2018
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Son cifras propias de un parte de guerra: 12 muertos y 16 heridos graves. Dos de los fallecidos desparecidos durante días. Y no es un informe exhaustivo: son los accidentes que han llegado a la opinión pública; otros no pasan de ser un número en la estadística del Ministerio de Empleo y Seguridad Social. Según éstas, de enero a marzo del 2018 hubo 122 muertes y 921 heridos graves mientras trabajaban. En 2017 fallecieron 618 trabajadores. Un sencillo cálculo nos indica que no fue una semana excepcional: es la norma, como normal es ya la precariedad para la mayoría de la clase trabajadora.

Esta conexión entre siniestralidad y precariedad es advertida por el principal sindicato del país, CCOO, desde el que se señala que la subcontratación en cadena sin justificación, que "se hace simple y llanamente para abaratar costes salariales y costes en prevención de riesgos laborales". Así lo denuncia su secretario general, Unai Sordo: “una trabajadora o un trabajador al que durante un año se le hacen doce, catorce o diecisiete contratos laborales y que rota por cinco o seis puestos de trabajo es más proclive a sufrir un accidente de trabajo".


Solidaridad de clase frente a la precariedad y los accidentes

Esta semana ha sido especial por las trágicas circunstancias de los accidentes, como el de los dos albañiles sepultados bajo toneladas de escombros tras desplomarse el edificio propiedad de la familia Rockefeller que estaban rehabilitando y cuyos cadáveres tardaron en ser encontrados más de dos días. Pero también, por la respuesta social y sindical a los mismos, especialmente la vivida en el sector industrial de la Bahía de Cádiz tras el fallecimiento de dos trabajadores de una subcontrata habitual de la empresa pública Navantia al ser aplastados por una pieza metálica.

Lo vivido en estos días en la Bahía de Cádiz no es demasiado habitual. Nada más conocerse el accidente, centenares de trabajadores de las empresas del polígono – entre ellas Dragados Off Shore y las públicas Navantia y Airbus – pararon cinco minutos en señal de duelo y protesta y centenares se concentraron ante la fábrica. Pero no quedó ahí: el pasado lunes, centenares de trabajadores del sector naval, de Navantia y especialmente de las subcontratas, decidieron en asamblea no trabajar en las siguientes 24 horas.

Pero parece que prende la solidaridad frente a los accidentes: los sindicatos SATCCOO y UGT han convocado tres días de huelga en el matadero de la empresa Procavi, situado en Arahal, en protesta por el accidente sufrido por un trabajador y por el que perdió un ojo. Para Anabel Segado, responsable de Movimiento Obrero del PCE, estas movilizaciones “ademas de para luchar contra la precariedad sirven luchar por la dignidad y por la vida”, considerando que “la solidaridad y la unidad son imprescindibles para frenar este despropósito”.

Además se produjeron fallecimientos en la industria azulejera en Onda al quedar atrapado en una máquina, al igual que en Algamesí al ser atropellado por una segadora, en el metal en Narón por el impacto de una pieza de chapa, en el sector minero en Alicante al caerle encima 150 kilos de roca, en el el sector forestal en Teruel in itinere, en la construcción en Valenciaal caer desde 16 metros y al volcar la hormigonera que conducía enRello (Soria).

Hoy se ha conocido la muerte de una trabajador del Metro de Madrid por asbestosis debida a la exposición al amianto, apenas un mes después de haberle sido reconocida la enfermedad profesional. Este fallecimiento sí está reconocido como derivado del trabajo. pero la mayoría no. Como advierte el secretario general de CCOO, “no es de recibo que miles de enfermedades que se han contraído en el puesto de trabajo aparezcan camufladas como enfermedades de origen común”, añadiendo que “la pregunta que se debe hacer a las y los trabajadores en los centros de salud no es si fuma o si bebe, sino que dónde trabaja y dónde ha trabajo”.


Más precariedad, más accidentes

También se ha contabilizado casi una docena de heridos graves en esta semana: en la construcción en A Coruña y Alicante y en la Escuela de Ingeniería de Bilbao, en la que una trabajadora cayó por unas escaleras permaneciendo en coma desde entonces. Un trabajador con graves quemaduras en Lazkao, en Málaga un joven 24 años tras volcar un “torito”, otro de 32 al caer desde 6 metros en Las Pedroñeras (Albacete), otro de 20 años al caer a un foso cuando reparaba un camión en Mérida.

Un obrero de 29 años cae desde 5 metros de altura en plena calle Atocha, otro de 47 años el mismo día, desde 6 metros también en Madrid y por la misma causa otro hombre de 36 años en Llanes. En Arbucíes (Girona) un trabajador sufre la rotura de las dos piernas y traumatismo craneoencefálic al salir despedido por una explosión de una tubería que conducía productos químicos. En Arobes(Asturias) un trabajador atropellado mientras repara una carretera y en Aibar (Navarra) otro de 54 cuando trabajaba en el campo.

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