La Cueva de Los Casares.
Bueno esta semana voy sorpresa tras sorpresa, tras caer en mis manos y propiedad este libro de forma inesperada, mi librera me lo tenia apartado por si lo quería...y resultó que este interesantisimo, reportaje gráfico ya que las imágenes se suceden hoja tras hoja con maravillosas fotos en muchos casos totalmente desconocidas por este que escribe, conocedor como no, del famoso caballo seña de identidad de dicho lugar y que sin duda de estar ubicado en otra región, estaría perfectamente preparado para el turismo de interior con unas buenas vías de comunicación un pequeño museo explicativo e interactivo tipo Castillo de Zorita y Recopolis, tienda de recuerdos oficial etc... pero estamos en Guadalajara y el sueño de Zorita de los Canes cuesta llevarlo por toda la provincia.
Se encuentra en los alrededores de La Riba de Saelices (Guadalajara) ubicada en la ladera oriental del valle trazado por el río Linares, a los pies del escarpe rocoso. Para llegar a la Cueva de los Casares, salir de la Riba de Saelices por la carretera GU-951 en dirección a Ciruelos del Pinar y, tras cruzar el puente sobre el Río Salado, tomar la pista de tierra que se encuentra a la izquierda.
Riba de Saelices (Guadalajara)
Contacto. Información
Tel 620 39 63 26
Javier Angulo y Emilio Moreno junto con la fotografía de Pedro Pablo Cerrato son los autores.
El conjunto arqueológico visitable de los Casares está compuesto por una caverna prehistórica, mundialmente conocida por sus grabados paleolíticos, un poblado de época hispanomusulmana que se extiende por la ladera del cerro y un torreón islámico que corona el conjunto. Estos yacimientos arqueológicos pertenecen al término municipal de Riba de Saelices, Guadalajara, ubicado en plena Sierra del Ducado, casi en la divisoria de aguas entre las cuencas del Tajuña y el Tajo. Las excavaciones practicadas han puesto de manifiesto una de las secuencias culturales más amplias del ámbito de la Meseta, que abarca desde el Paleolítico Medio hasta la Baja Edad Media.
El inicio de la serie histórica de estos lugares es el mismo: un hábitat musteriense que debió extenderse tanto por el exterior como por el interior de la caverna. A éste se superpusieron uno o varios asentamientos de pequeños grupos que se ubicaron en el lugar durante el Paleolítico Superior, autores de las manifestaciones rupestres encontradas en el interior de la cueva. Continúa la secuencia en los dos lugares con la presencia de un posible hábitat calcolítico de los que han quedado restos de cerámica campaniforme y alguna estructura de habitación en la ladera.
Ya en época histórica, del final de la dominación romana se han localizado algunas cerámicas de tradición indígena decoradas con motivos geométricos, con fragmentos de tierra sigillata de cronología tardía (Bajo Imperio).
Sin embargo, el auge de la ladera y en parte, de la propia caverna tuvo lugar, durante el periodo comprendido entre finales del S. IX y un momento indeterminado del S. XII, con un claro apogeo en época califal durante el cual se construye un poblado.
El último periodo es ya claramente de cronología bajomedieval y se puede corresponder con un hábitat cristiano de pequeñas dimensiones que reaprovechó las estructuras de habitación preexistentes. Este poblado aún perviviría a mediados del S. XIII tal y como denota el hallazgo de un pequeño tesorillo de maravedíes prietos de Alfonso X, fechado entre 1.252 y 1.284.
La presencia humana estable en la ladera no se cree que perviviera más allá de los primeros años del S. XIV.
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