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sábado, 8 de febrero de 2020

Año 7. Nºs. 060 y 061. --y -- años. Vertedero. Zalcibar. Bilbao

Suspendida la búsqueda de los dos trabajadores sepultados por la aparición de grandes cantidades de amianto



                                

                                     2020, día 39

 Trabajadores

 muertos

"060 y 061"


Los equipos de rescate de la Ertzaintza que buscan a los operarios entre la miles de toneladas de vertidos en la A-8 han sido precintados por temor a que se encuentren contaminados

DAVID OLABARRI
La aparición de grandes cantidades de amianto han obligado a suspender la búsqueda de los dos trabajadores desaparecidos entre las miles de toneladas que taponaron ayer la AP-8 a su paso por Zaldibar. La indumentaria y todos los aparatos empleados por los equipos de rescate de la Ertzaintza han sido precintados. Las labores se reemprenderán cuando los técnicos realicen un estudio de los productos tóxicos que allí se han encontrado.
El desprendimiento de la ladera comenzó cuando un trabajador del vertedero de Zaldibar estaba montado en una grúa y el suelo empezó a moverse bajo sus pies. Ocurrió ayer sobre las cuatro de la tarde. La escombrera comenzó a deslizarse ladera abajo. Arrastró árboles y toda la tierra que encontró a su paso. Lo hizo durante prácticamente dos minutos, hasta que la grúa se detuvo sobre una gran montaña de escombros. Parecía increíble, pero estaba ileso. Pero pronto descubrió que dos de sus compañeros habían desaparecido bajo toneladas de rocas. Una avalancha que la Diputación calcula que puede haber desplazado medio millón de metros cúbicos de terreno desde el vertedero hasta la AP-8 y la N-634, que quedaron cortadas.




Horas después, los perros de la Unidad de Vigilancia y Rescate de la Ertzaintza marcaron dos rastros humanos en dos zonas concretas. Pero la búsqueda, condicionada por la inestabilidad del terreno, todavía no ha dado sus frutos.
El corrimiento fue de tal magnitud que llegó a inutilizar por completo los cuatro carriles de la AP-8, una de las principales arterias de la red viaria vasca, en un tramo por el que circulan a diario unos 23.500 vehículos. El corte provocó retenciones kilométricas en ambos sentidos y afectó a miles de conductores, aunque en estos momentos ya se ha logrado liberar un carril en cada dirección.
La avalancha se originó en las instalaciones de Verter Recycling y sus dimensiones carecen de precedentes en Euskadi, según señaló un agente de la Unidad de Rescate con más de tres décadas de experiencia. Se trata de miles de toneladas de tierra y roca en una ladera de unos 400 metros de longitud, equiparable a que se viniese abajo una buena parte del monte Artxanda en Bilbao y llegara a la Universidad de Deusto, señalaron desde la Ertzaintza. De hecho, los tres metros de altura de tierra, piedras y árboles que colapsaron la AP-8, sobre todo en sentido San Sebastián -entre 3.000 y 4.000 metros cúbicos en total-, es menos del 5% de los escombros que se desprendieron desde el vertedero, que gestionaba residuos industriales.



Según las fuentes consultadas por este diario, los trabajadores de la empresa advirtieron poco antes del desplome del surgimiento de unas «visibles grietas» en los 'escalones' construidos con los residuos acumulados. Los mismos medios apuntan que, al parecer, los empleados trataron de rellenar los huecos, pero la ladera empezó a moverse bajo sus pies. El desprendimiento semienterró al menos dos coches que estaban en el vertedero. Uno de los vehículos pertenece, de hecho, a uno de los dos trabajadores desaparecidos. Los servicios de emergencia también creen que hay al menos un camión bajo los escombros.
La lengua de la avalancha se dividió en dos direcciones. La más visible llegó hasta la autopista en sentido San Sebastián. La otra fue hacia unos caseríos, a los que no llegó a afectar. El desprendimiento se llevó por delante unas torres de alta tensión, lo que dejó sin electricidad a numerosas casas entre Ermua, Zaldibar y Eibar.

Gran cantidad de recursos

La Ertzaintza movilizó numerosos recursos en cuanto se empezó a intuir la gravedad de lo que acababa de ocurrir. La Policía vasca llevó hasta allí un helicóptero, drones y efectivos de las unidades de Rescate y Tráfico, entre otras. La Diputación de Bizkaia desplazó a efectivos de los parques de bomberos de Iurreta, Artaza y Basauri, que se sumaron a los desplegados desde Eibar y Oñati por la institución foral guipuzcoana. También se sumaron varias excavadoras y operarios de diversas empresa privadas.



Todos ellos iniciaron los trabajos para despejar el material acumulado sobre la autopista y, en menor medida, sobre la N-634, que anoche estaba ya libre de escombros. Sin embargo, la noticia de que había dos trabajadores desaparecidos condicionó, como es lógico, las labores para remover la tierra. Los perros de rescate de la Ertzaintza marcaron dos puntos concretos donde podrían encontrarse los empleados. Una de las zonas señaladas se encontraba en las inmediaciones del coche de uno de los desaparecidos. Aunque se buscó con detenimiento durante horas, no se encontró nada. Fuentes de la Ertzaintza precisaron que el grado de «precisión» de los perros de rescate decae cuando trabajan en un vertedero.
Otro factor que condiciona la búsqueda es la inestabilidad del terreno. Ayer nadie se atrevía a utilizar excavadoras en las zonas más sensibles por temor a nuevos desprendimientos. Durante horas el rastreo se realizó de forma manual, con palas y carretillas. Y anoche, los equipos trabajaban codo con codo con los especialistas que deben certificar la seguridad del suelo para continuar inspeccionando cada metro de la motal avalancha.

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