Segundo tripulante de un pesquero
de Galicia que muere en alta mar
por COVID
El “Playa de Galicia”, con más de una decena de gallegos a bordo,
regresó a tierra tras el fallecimiento del marinero |
Los capitanes insisten en vacunar a la tripulación extranjera
El COVID se vuelve a cobrar una víctima en un pesquero gallego. Uno de los tripulantes del Playa de Galicia, arrastrero de Marín que faena en aguas internacionales en el atlántico sudoccidental, falleció en las últimas horas a causa del coronavirus, del que también se han contagiado varios integrantes de la plantilla del buque, en la que hay más de una decena de gallegos. El barco, propiedad de la armadora de Pesmar (Pesquerías Marinenses), atracó el lunes en Montevideo (Uruguay), puerto al que se dirigió tan pronto se confirmó en alta mar el fallecimiento del tripulante.
El Playa de Galicia se encontraba faenando en la zona de aguas internacionales próxima a las islas de Malvinas. Se trata de un buque de 54 metros de eslora y 10 de manga construido en 1981 que habitualmente faena en la zona, como hacen otra veintena de barcos de bandera española con puerto base entre Vigo y Marín, como es el caso de la firma Pesmar.
La noticia del fallecimiento se confirmó con la llegada del arrastrero a Montevideo. “Aunque hace cuatro días ya estaban volviendo a tierra por este motivo”, explica a FARO uno de los miembros de la flota que trabaja en el caladero y que, como el resto, habitualmente mantiene contacto con este y otros barcos. “Cuando dejas el caladero es por una avería o porque un marinero está enfermo o sufrió un accidente laboral”, concretan las mismas fuentes.
Por el momento no ha trascendido ni la nacionalidad ni el puesto que ocupaba a bordo el fallecido. Tampoco el número de personas que se han podido contagiar al haber estado en contacto con esta persona. Lo que sí se sabe es que es el segundo marinero fallecido por coronavirus a bordo de un pesquero de la flota gallega. El primero fue, el pasado mayo, un marinero natural de Moaña pero vecino de Cangas. P.J., de unos 51 años, estaba embarcado en el Playa de Sartaxens, en este caso de la armadora Moradiña, cuando el virus empezó a dar los primeros positivos entre la tripulación.
En aquel caso el contramaestre llegó a ser ingresado en un hospital de Montevideo. El marinero, que llevaba 25 años trabajando en el arrastrero, se había empezado a encontrar mal 15 días antes.
Tras aquel suceso, los capitanes de la veintena de arrastreros gallegos que faenan dentro y fuera de aguas de Malvinas (en el Atlántico sudoccidental) se pusieron de acuerdo para realizar un comunicado en el que reclamaban ser considerados también prioritarios en el proceso de inmunización del sector pesquero gallego.
En aquel escrito recordaban que su puerto base está principalmente en Montevideo y que, debido a su operativa (descargas y avituallamientos), deberían recibir las vacunas necesarias allí. De hecho, incidían en la necesidad de que las dosis se administrasen “independientemente de la nacionalidad” de los marineros, para no coincidir en los buques tripulantes con vacuna (españoles) y otros sin ella. “La mayoría de los pesqueros de gran altura hacen el aprovisionamiento y los relevos vacacionales en puertos fuera de España”, recordaban los capitanes.
Con el segundo caso los capitanes insisten en que precisan inmunización para poder salir con seguridad al mar. De hecho, recuerdan que se han dado casos en que las PCR realizadas en los países de origen de los marineros pueden no ser del todo reglamentarias.
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