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viernes, 6 de marzo de 2020

Recuerdos del 2017. Infartos...

Infartos y derrames, primera causa de siniestro laboral.

LOS ACCIDENTES EN EL TRABAJO VUELVEN A CRECER DESDE 2013

Infartos y derrames: nadie hace caso a la primera causa de muerte laboral

REPRESENTAN YA UN TERCIO DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL POR EL RITMO DE TRABAJO Y LA FALTA DE PREVENCIÓN DE LAS EMPRESAS EN ESTE TIPO DE RIESGOSFoto: Un paciente se somete a una prueba de tensión. (EFE)


Un paciente se somete a una prueba de tensión. (EFE)


Fuente "El Confidencial"

Durante el año 2016 murieron en España 607 personas mientras estaban trabajando o se dirigían a su puesto de trabajo. De ellas, más de un tercio sufrieron un infarto o un derrame cerebral, el único accidente de tipo no traumático que contemplan las estadísticas. Son los grandes olvidados de la siniestralidad laboral.

En total, 219 personas fallecieron debido a esta circunstancia, ligada al estrés y la organización de trabajo: “La relación entre el estrés y las enfermedades coronarias está ampliamente demostrada, y ya es una de las principales causas de baja y problemas laborales”, señala Carmen Marroquí, médica especialista en medicina del trabajo.

A diferencia de los accidentes traumáticos, las psicosociales no han disminuido en los últimos 10 años
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Infartos
Traumáticos

A diferencia de los variables datos de siniestralidad laboral traumática, el porcentaje de fallecimientos por motivos psicosociales se ha manteniendo estable durante los últimos años. De hecho, en los años de menor siniestralidad, relacionados con el paro y el descenso de actividad en la construcción, este tipo de muertes llegó a representar casi la mitad de las fallecimientos laborales.

La razón es que las empresas les dedican peor prevención, comparados con los accidentes más aparatosos y visibles. “Los riesgos psicosociales siempre han estado en un segundo plano porque las empresas se han centrado más en la seguridad para prevenir los accidentes traumáticos”, apunta la doctora, que estima que en 2020 la primera causa de baja laboral será el estrés.

Están muy infradiagnosticados porque es más difícil demostrar la exposición a estos riesgos

Además, la dificultad de valorar cuándo un infarto o derrame es consecuencia de un problema laboral, unida a que este puede no producirse en el sitio de trabajo, aunque sea su causa, hace que la cifra pueda ser mucho mayor. “Están muy infradiagnosticados porque es más difícil demostrar la exposición a estos riesgos. Además, el estrés no está contemplado como enfermedad laboral y depende de la interpretación que haga cada persona; para mí puede ser estresante algo que para otra persona no lo es”, señala Marroquí. A la hora de sufrir este tipo de desenlace fatal, pueden influir factores como el ambiente de trabajo, su objetivo, las condiciones o cuestiones más personales como la capacidad de cada empleado o la sensibilidad.

El sistema es perverso, es la misma empresa la que estima si la baja es por motivos laborales

El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo considera que la siniestralidad laboral es un “reflejo de las condiciones de trabajo” y que todos los accidentes son evitables: “En algunos casos, las estrategias necesarias para evitarlos serían puramente organizativas, en otras circunstancias intervendrían estrategias de coordinación o técnicas”.

Infartos y derrames cerebrales
219
Accidente de tráfico
86
Quedar atrapado, ser aplastado, sufrir una amputación
63
Como resultado de una caída
50
Otras causas
29
Choque o golpe contra un objeto en movimiento, colisión
24
Ahogamiento (en agua)
El 96,1% de los trabajadores españoles considera que perciben riesgo físico en su entorno laboral, una cifra con la que España lidera el 'ranking' europeo junto a Finlandia. Sin embargo, solo un 70,4% aseguró apreciar riesgos psicosociales, por debajo de la media europea.

Aumento desde la reforma laboral

Los accidentes mortales son los únicos siniestros que han disminuido respecto al año anterior, sobre todo porque el año pasado la cifra se elevó debido a los 45 españoles fallecidos en el accidente de Germanwings, muchos de ellos en viaje de trabajo.

Las cifras de siniestralidad, aunque lejanas al millón que rondaban hace una década, están recuperando las cifras anteriores a la crisis desde 2013, en parte porque ha aumentado la ocupación. Sin embargo, desde los sindicatos culpan también a la calidad de empleo que caracteriza el panorama laboral. “El aumento de la siniestralidad está directamente relacionado con la reforma laboral de 2012, porque hay más contratos temporales, donde la formación es peor”, señala Marcos Romero, coordinador de Salud Laboral de UGT. En 2015, casi 170.000 personas con régimen de trabajo temporal tuvieron un accidente.

Sobreesfuerzo físico, trauma psíquico, radiaciones, ruido, luz presión
195.136
Choque o golpe contra objeto inmóvil (trabajador en movimiento)
134.445
Choque o golpe contra un objeto en movimiento, colisión
71.198
Accidentes de tráfico
63.497
Contacto con agente material cortante, punzante, duro
45.866
Contacto con corriente eléctrica, fuego, temperatura, sustancias peligrosas
15.478
Quedar atrapado, ser aplastado, sufrir una amputación
15.024
Mordeduras, patadas, etc. (de animales o personas)
7.367
Otra forma o contacto no incluido en los anteriores apartados
5.792
Infartos, derrames cerebrales y otras causas estrictamente naturales
1.071
Ahogamiento, quedar sepultado, quedar envuelto
848
Detrás de ese dato se encuentran historias como la de Floreal Sánchez, un plegador que trabajaba desde hacía tres meses en una empresa de perfiles metálicos para puertas cuando un compañero le pilló la mano con la máquina. El sistema de seguridad estaba roto y le machacó dos dedos y el tendón de la mano. Tenía un contrato temporal y ninguna formación en ese puesto. “Fue una negligencia porque no saltó el mecanismo de seguridad, pero aun así me despidieron”, asegura.

Peor suerte corrió Joaquín Romero, un eventador al que se le cayó encima un molde de rueda de acero de cinco toneladas. Trabajaba subcontratado desde hacía ocho meses en una planta de Michelin en Vitoria y no se pudo hacer nada por salvarle la vida. “Se veía venir, los trabajadores de la subcontrata no tienen la misma formación que los que trabajan directamente para Michelin y los mueven de un puesto a otro sin ninguna formación; les sueltan en la máquina y que se busquen la vida”, explica Jon Corso, presidente del comité de empresa de la planta.

Desde UGT, señalan también una relación entre la precariedad y los accidentes 'in itinere', aquellos que se producen de camino o vuelta del trabajo: “Mucha gente compagina varios trabajos, lo que aumenta el riesgo de sufrir un accidente cuando se va de uno a otro”.

En jornada
Itinere
2016
480,051
75,671
2015
458,023
71,225
2014
424,625
66,474
2013
404,284
63,746
2012
408,537
62,686
2011
512,584
68,566
2010
569,523
76,441
2009
617,440
79,137
2008
804,959
90,720
2007
924,981
97,086
La industria que presenta mayor cantidad de accidentes es la manufacturera, especialmente la alimentaria, seguida de producción de productos metálicos. Sin embargo, en cuanto a sectores, son los servicios los que suman más siniestros, especialmente los carteros, los cuidadores de residencias de ancianos, transportistas y limpiadores. En general, las partes más afectadas suelen ser las extremidades superiores, con las que se manipulan herramientas y máquinas de trabajo.

Cifras cuestionables

Para los sindicatos, la cifra del medio millón de accidentes al año puede quedarse corta, debido a la limitación en lo que se considera enfermedad laboral. “Según la Universidad de Granada, hay 9.500 muertes de cáncer por motivos laborales, pero no se reconocen como enfermedad laboral, igual que ha pasado con el amianto”, explica Romero.

Además, desde CCOO denuncian que la valoración de lo que es enfermedad común o laboral es partidista. “El sistema es perverso, es la misma empresa la que estima si la baja es por motivos laborales o por una enfermedad común, y prefieren esta última porque no tienen que tomar medidas de prevención”, denuncia José Manuel Murcia, secretario federal de Salud Laboral de CCOO.

Como solución, proponen que sean agentes neutrales los que establezcan cuándo una baja tiene una motivación laboral, ya sea por los médicos de familia o por equipos multidisciplinares con especialistas en medicina laboral. “Nos queda mucho por hacer”, reconoce Marroquí.

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