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martes, 22 de enero de 2019

Año 6, Nº 020, 25 años, 21/01/2019, asesinato laboral, Barranquete de Níjar, Almería

asesinatos laborales




"020"


Trabajadores muertos

Protesta por la muerte de un trabajador de un invernadero por un posible envenenamiento





Su familia y un centenar de compañeros reclaman «justicia» ante las administraciones y piden «más seguridad» en el campo




Alicia Amate

ALICIA AMATEAlmería
Un centenar de personas, la mayoría trabajadores de invernaderos de origen magrebí y subsahariano, han protagonizado sendas protestas esta mañana a las puertas de la Subdelegación del Gobierno y de la Delegación de Gobierno de la Junta de Andalucía en Almería. Una movilización con la que pretenden reclamar «justicia para Mohammed».
Este hombre al que se refieren es Mohammed El Bouhaled, un empleado de un invernadero de Níjar que habría fallecido el pasado viernes a causa de un envenenamiento que desde el Sindicato Andaluz de Trabajadores relacionan con la falta de elementos de protección para el uso de productos químicos. «Nos dan mascarillas de mala calidad y guantes para fregar», ha criticado Hakim, uno de los compañeros de trabajo del fallecido y que se encontraban con él durante su última jornada laboral.

Fue el martes, según declaró su esposa, Nadia Sahel, cuando este varón de 25 años comenzó a manifestar «que le dolía el estómago mucho» por lo que acudió al centro de salud donde le «mandaron medicamentos pero no le dieron la baja» por lo que continuó trabajando hasta el viernes. Fue ese día a las 13.09 horas, recuerda su mujer, cuando llegó a casa. «No se duchó como hace siempre y se metió en la cama. Al rato, dijo que estaba malo» por lo que llamó a su hermana -ambas familias residen en El Barranquete de Níjar- y lo llevaron al Hospital de El Toyo. Allí, «diez minutos después de llegar nos dijeron que había muerto», ha narrado su esposa, embarazada de siete meses. «La autopsia decía que había muerto envenenado», ha asegurado el hermano de esta, Yousef Sahel.
Ante estas circunstancias, el colectivo de trabajadores inmigrantes ha decidido alzar la voz para reclamar «más seguridad» a la hora de desempeñar su trabajo. «No tenemos zonas para comer fuera de los invernaderos y nos obligan a entrar después de sulfatar para seguir trabajando», ha lamentado Hakim quien, junto a decenas de compañeros en la misma situación, pretenden continuar luchando para reivindicar sus derechos laborales.

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