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lunes, 21 de enero de 2019

Cosas Mías, don Emilio Alvarado.

COMENTARIO DEL DIARISTA:

Siempre he dicho que conocer bien a un político no es bueno, a veces incluso partiendo de esa misma premisa he mantenido una distancia prudencial con gente que admiraba y admiro, son contadisimos esos casos , pero guardo el convencimiento de que cuando admiras a un político es mejor no conocerle demasiado.

A veces encambio por avatares de la vida no tienes mas remedio que profundizar en una persona, tratar con ella, negociar derechos laborales y enfrentarte, ahí muchas veces conoces quien es quien y o bien le pierdes el respeto por que no se lo merece, como ha sido en muchas ocasiones o bien se gana el respeto , a veces un detalle, una interacción, un comentario o una sutil intervención te ayuda a visualizar a quien tienes delante.

Valga decir que Don Emilio se gano muy pronto mi respeto y este se ha mantenido en el tiempo,  era y es una isla en un mar enfanganoso de políticos muy mediocres e ineptos, le escuche en plenos decirles cosas durisimas directamente en la cara, verdades sin paliativos a esos mediocres, que por supuesto o no sabían lo que se les estaba diciendo o  en un alarde de soberbia les daba igual.

Por supuesto guardo memoria de buenos y malos momentos, como no, la privatización de la piscina o mejor dicho la votación en pleno, eso fue un mal trago, después lo mismo con el alumbrado público, pero en especial recuerdo un momento, fue a la salida de un pleno en el cual yo andaba enfrascado con la ampliación del aeropuerto y la entrada y futura salida de aviones por los cielos de Azuqueca, decía yo que en los pueblos de Madrid por menos cobraban indemnizaciones del estado por las molestias de los aviones y que aquí sin ser pasillo  pasaban a diario varios aviones algunos produciendo un ruido muy por encima de lo legal, "negoséme" tal idea y fue don Emilio quien defendió una postura contraria creo recordar. Pues bien a la salida nos encontramos y volvimos a hablar del tema,(imposible de rebatir en el pleno, no se admiten replicas a la respuesta a la pregunta de un ciudadano) pero... terrible situación que nos hizo mirarnos y dejar el tema a ambos... mientras discutíamos  ya entrada la noche un avión paso sobre nosotros con un ruido ensordecedor que nos obligo a callar y a que cesara el ruido, ya estuvo todo dicho.

Richar Dawkins, en su obra, El espejismo de Dios, viene a decir (con otras palabras) que todos aspiramos a lo mismo, mas cuando son políticos o religiosos. Dado que lo primero tiene mucho también de lo segundo y aunque a veces tendamos que matar a quien piensa de otra forma, añado yo:

"Siempre intenté ponerme en el lugar del que piensa diferente, para entender mejor sus opiniones, lo que me ha permitido comprobar que la inmensa mayoría de las personas albergan bondad. Soy de la opinión de que, a pesar de las diferencias falsamente agigantadas, casi todos aspiramos a lo mismo: a la paz, el bienestar, la felicidad y a sentirnos moralmente bien con nosotros mismos y con nuestros semejantes."

Lo que ocurre es que miramos desde cristales de colores muy diferentes , para unos lo mejor es privatizar los servicios públicos  y para otros, los menos visto lo visto,  es defenderlo a ultranza como algo comun que nos pertenece a todos y que tiene por fuerza que ser cuidado en extremo y no entregado al capitalismo salvaje para mayor gloria y beneficio de empresas que como buitres planean por los cadáveres de lo publico que los políticos van creando.

Poco mas, quizás decir que las nuevas listas electorales me han causado una tremenda preocupación  y el tiempo me dará la razón, conocer bien a alguien ya lo dije es un problema tremendo mas cuando sabes la maldad que arrastra  y su forma de hacer camas y acuchille o cuando en otro caso amigos te describen a otra  persona  perfectamente y encima en poco tiempo se puede comprobar que la descripción se adaptaba perfectamente a la realidad, hay gente que en un pueblo resta mas que suma, máxime cuando se le ha visto el plumero incluso por sus mas acérrimos defensores pero por "suerte" para quien los presenta, solo entre quienes conocen el percal... algunas decenas de votos al garete. Poca cosa.

Dicen que ser político hoy día en España y a cualquier nivel supone desayunarse un sapo cada día, creo firmemente que  seguramente don Emilio sea uno de los que menos sapos se ha tragado en este pueblo y eso es mucho.

Termina Don Emilio con una gran frase y acaba dicha frase con una sentencia:

"porque si se deja contaminar por alguna de estas tentaciones se corrompe irremediablemente."

Pues  por mucho que todos insistan en que son los mas altos valores los que les mantienen en política y juren y prometan ser trasparentes y honestos, la verdad la triste verdad es que la corrupción es pandemia y asoma como irremediable en todos los niveles desde arriba hasta abajo.

Desde este modesto blog un Saludo Fraternal (yo ese saludo ya no se lo doy a cualquiera) y los mejores deseos para usted Señor Alvarado, no es que deje el listón alto, no.

Posdata: El que no opina no se equivoca y hay quien jamas opina por miedo a equivocarse, no es mi caso ni en uno ni en el otro en esta ocasión.



En política, tan importante es saber estar como saber marcharse





Saber estar, cuando la vocación de servicio, que es una voz de la conciencia, llama a la noble tarea de combatir la injusticia y mejorar las condiciones de vida de las personas en sociedad, tanto de las presentes como de las futuras, sin discriminaciones, prejuicios y sectarismos.
Y saber marcharse, con humildad y agradecimiento, cuando ha pasado un tiempo prudencial de ejercicio de la política y les corresponde a otros la misión de defender las conquistas realizadas, que nunca son seguras, y coronar las siguientes, porque hemos de suponer que los afanes humanos y la sucesión de las generaciones no tienen fin.
Creo llegado el tiempo de dejar la política en las instituciones. Lo hago con alegría y con agradecimiento infinito a mis compañeras y compañeros de partido (afiliados o no), así como a los ciudadanos y ciudadanas de Azuqueca de Henares que me han dispensado la bondad de aguantarme. Tampoco quiero olvidarme de los trabajadores municipales y del resto de servidores públicos que, con su profesionalidad y tesón, permiten que la maquinaria administrativa funcione, sin la cual las posibilidades de la sociedad serían suplantadas por un salvajismo insoportable.
A todos les pido disculpas por mis errores y defectos. A todos les digo que me han completado como persona, porque de todos he intentado aprender las lecciones que generosamente me han dado. 
He tenido la suerte de ejercer mi actividad política en Azuqueca de Henares, una ciudad amable y confiada que me acogió con los brazos abiertos hace más de veinte años. Lo que defendí y lo que hice como político en activo fue por su mejora y por sus gentes, sin sujetarme a otros mandatos ni jerarquías que un ideario plasmado en un programa electoral, las decisiones de mi asamblea local, el carácter sagrado de la palabra dada y mi conciencia.
También he sido muy afortunado al haber ejercido la actividad política de la mano de una organización honrada y defensora de convicciones ideológicas basadas en tres principios que estimo fundamentales para la convivencia humana: la justicia social, la democracia y la libertad, sin que pueda faltar ninguno y sin que cada uno de ellos pueda existir en detrimento de los demás. Las personas de mi organización política (porque cualquier grupo social es la suma acrecentada de sus individualidades) me han demostrado que no hay compromiso sin abnegación y que la política, entendida de manera correcta, exige humanidad, bondad, trabajo y una ética elevada.
Siempre intenté ponerme en el lugar del que piensa diferente, para entender mejor sus opiniones, lo que me ha permitido comprobar que la inmensa mayoría de las personas albergan bondad. Soy de la opinión de que, a pesar de las diferencias falsamente agigantadas, casi todos aspiramos a lo mismo: a la paz, el bienestar, la felicidad y a sentirnos moralmente bien con nosotros mismos y con nuestros semejantes.
Creo que la política es acordar el camino que nos conduce a estos fines comunes que anhelamos, sin falsos atajos, demagogias, engaños, odios, fanatismos, miedos inducidos, fracturas artificiosas y exclusiones. Creo que la política trata sobre la determinación de los buenos fines colectivos y de las reglas que permiten alcanzarlos, sin las cuales no serían posibles ni el perfeccionamiento de las sociedades ni el de las gentes que las forman. Entiendo la política no sólo como praxis sino como enseñanza y ejercicio intelectual, al estilo de la paideia griega. Por eso le tengo tanto respeto a la discusión razonada y sincera, y por lo misma razón combato frontalmente los discursos viscerales y a sus profetas.
IU de Azuqueca de Henares está ahora en las mejores manos, con una portavoz y candidata, María José Pérez Salazar, que es un ejemplo de entrega, compromiso, integridad y buenos sentimientos, asistida por compañeros y compañeras, entre los que tengo el privilegio de encontrarme, dispuestos a dar lo mejor de sí mismos por defender unos ideales de justicia y de democracia plenos, en una circunstancia difícil plagada de grandes desafíos y en la que la política, desgraciadamente, está muy desprestigiada.
El desempeño de un cargo público nunca ha de ser una razón en sí misma. Ha de estar limitado en el tiempo, empieza y termina, no es una profesión, no debe aspirar a convertirse en un modo permanente de ganarse la vida, de alcanzar una jubilación, ni de medrar, prosperar o alcanzar honores y privilegios, porque si se deja contaminar por alguna de estas tentaciones se corrompe irremediablemente.
Emilio Alvarado Pérez


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