Recuerdos del 16 CCLXXXIX
Etimologías de los meses del año
Acabamos de comenzar un nuevo año, en este caso bisiesto, así que quiero aprovechar para compartir las etimologías de los nombres de los meses del año.
Enero: quizá sea el más lejano en nuestra lengua, pero el primer mes debe su nombre al dios romano Jano (Ianus), del que nace el adjetivo Ianuarius. Jano era el dios de las puertas (ianua en latín significa “puerta”) y de los cambios, por eso abre y cierra el año, se le representa con dos caras, una mirando al pasado y otra al futuro. En castellano hemos perdido, en la evolución, la relación con esta divinidad: Ianuarius > enero pues desapareció la I inicial, pero se conserva en inglés january o en francés janvier. Hasta en valenciano o catalán se mantiene bajo la forma gener.
Febrero: hace referencia a la fiebre. En Fastosdel poeta latino Ovidio se lee, en II, 20 que los padres romanos llamaron februa a los instrumentos de purificación. En latín la fiebre se designa con la palabra febris, en la que se aprecia la raíz *febr-, que da origen al nombre del segundo mes. Era, precisamente, éste un momento de purificación con algunos rituales para tal fin. Además, la fiebre siempre ha tenido un valor purificador, sobre todo para curar los resfriados.
Marzo: Marzo es el mes consagrado al dios de la guerra, a Marte. En latín se le conoce como Mars, Martis, y su adjetivo correspondiente es Martialis o Martius, en nuestra lengua, marcial. Lo conservamos, por ejemplo, en las artes marciales o las marchas marciales. Por tanto Marzo es el mes de Marte y es así porque la campaña militar se iniciaba en este mes, con la llegada del buen tiempo de primavera tras la parada invernal.
Abril: Es un mes de etimología dudosa. En latín se llama a este mes aprilis y hay quienes lo hacen derivar del verbo aprire (“abrir”) porque en estas fechas las flores abren con la llegada de la primavera. Estudiosos posteriores lo relacionan con el término etrusco apru- que quieren relacionarlo con el nombre de la diosa Afrodita (Afro – apru). Es verdad que era un mes consagrado a Venus, la Afrodita romana.
Mayo: No es nuestro quinto mes más fácil de nominar que el cuarto. La tradición más extendida lo asocia con la diosa Maya (en realidad es una Pléyade), de donde maius, el nombre latino del mes. Maya pasa por ser la madre de Mercurio. Se relaciona el vocablo maiuscon la misma raíz de maiestas (“majestad”), maiores (“mayores, antepasados”) y magnus (“magno, grande”). Pero no sabemos la relación que guarda esta divinidad con la época del año.
Junio: Este mes estaba consagrado a la diosa Juno, Iuno en la lengua de Ovidio. Hay quienes lo hacen relacionar con iuniores (“los jóvenes”) por oposición con los del mes pasado, maiores. También el poeta antes mencionado tiene dudas sobre si proviene el nombre del mes del verbo iungere (“unir”). Al fin y al cabo, Juno era la diosa de los matrimonios, la unión por excelencia.
Julio: Toma su nombre de Julio César, pues nació en este mes y antes del cambio se llamaba Quintilis, pues era el quinto mes en el antiguo calendario romano cuando el año comenzaba en marzo.
Agosto: Si Julio es así por César, Agosto lo es por Octaviano Augusto, su heredero y conocido como el primer emperador de Roma, el Princeps. Quiso el azar que Augusto naciera en el mes Sextilis, el sexto; pero fue el Senado, quien a su muerte, lo honró cambiando el nombre del mes de su natalicio por el suyo propio.
Septiembre: ¿Por qué septiembre, que remonta a séptimo, es nuestro noveno mes? Pues como ya se ha dicho porque antes el año comenzaba en Marzo y por eso toda la serie desde septiembre a diciembre tienen el nombre “desviado” dos unidades respecto al calendario moderno.
Octubre: era el octavo, de donde toma su nombre.
Noviembre: el primitivo noveno mes.
Diciembre: Cerraba el año el décimo mes pero al añadir enero y febrero al principio, pues ya sabemos, todos se movieron dos posiciones.
Io, Io Saturnalia et Felix Dies Natalis Solis Invicti!!!!!
( del bolg Discendo Vivimus)
Un año más por estas fechas volvemos a celebrar la Navidad, del latín nativitas (nacimiento), refiriéndose al nacimiento de Jesucristo. Sin embargo, todos sabemos que no fue en estas fechas cuando realmente se produjo tal acontecimiento (no hay testimonio alguno que así lo determine) y es de nuevo la cultura romana y sus celebraciones paganas, las que determinan que se establezca siglos después en estas fechas la Navidad. Por eso nos remontaremos al origen romano de estas fiestas y celebraremos aquellos divertidos festivales.
Las Saturnales o Saturnalia eran unas importantes festividades romanas, un antiguo festival romano en honor de la deidad de Saturno, que se celebraba desde el 17 de diciembre y se extendían durante 7 días con motivo del fin del período de progresivo oscurecimiento de los días que culmina en el solsticio de invierno. La fiesta se celebraba con un sacrificio en el Templo de Saturno y un banquete público en el Foro Romano, seguido de una especie de carnaval que anulaba las normas sociales romanas: los esclavos pasaban a ser señores y estos a ser esclavos y tenían derecho a hablar y actuar con total libertad, comían y bebían en exceso, se hacían regalos, intercambiaban parejas, cantaban y danzaban en las calles y elegían al rey de la Saturnalia, antiguo señor del desorden. Saturno era una deidad agrícola que se decía que había reinado sobre el mundo en la Edad de Oro, cuando los humanos disfrutaban de la generosidad espontánea de la tierra y sin trabajo en un estado de igualitarismo social. Se suponía que las juergas de Saturnalia reflejaban las condiciones de la época mítica perdida.
Saturnalia es un festival de la luz, y a la luz de velas y antorchas, conduce al solsticio de invierno y con él a la llegada del nuevo año, cuando los días van teniendo cada vez más luz. Este día lo celebraban en el Imperio Romano en el Dies Natalis Solis Invicti, aproximadamente el 25 de Diciembre.
Colaboración de Rubén Ríos Longares
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