justificar la privatización de la Casa de la Cultura de Arucas
El PSOE opta por contar verdades a medias para justificar su errónea y pésima decisión de privatizar un bien público de uso cultural
El alcalde de Arucas y su partido dicen
que los concejales de NC quisieron vender el antiguo Cine Díaz cuando
tenían responsabilidades de gobierno, asunto que muy bien saben que fue
una propuesta de otras personas, que nunca tuvo el apoyo de los
concejales de NC y que de hecho nunca prosperó.
A Nueva Canarias le parece una actitud penosa tener que recurrir al
pasado y a las verdades a medias para justificar, a través del
desprestigio de los demás, aquellas decisiones que se toman porque no
tienen argumentos sólidos para sustentarlas. Por mucho que se empeñen en
utilizar un eufemismo para decir lo contrario, SÍ van a privatizar la
Casa de la Cultura, porque privatizar es poner en manos privadas una
actividad pública que es lo que va resultar del concurso público que
está abierto. Y por mucho que hablen del pasado de otros sin contar la
verdad, no pueden ocultar que ya es una realidad que han decidido,
respondiendo a intereses que desconocemos, poner en manos de una empresa
un edificio tan emblemático como la Casa de la Cultura, en vez de
firmar con los artesanos del municipio un convenio de cesión de espacios
públicos donde puedan promocionar sus productos al igual que se ceden
actualmente otros a diferentes colectivos que ayudan a potenciar y
dinamizar el tejido cultural, deportivo y social del municipio. Po
tanto, ¿por qué esta privatización desde el argumento de promocionar los
productos artesanos locales y atraer actividad económica si ya existen
tiendas en el casco de Arucas que de dedican a esto? Un despropósito más
aprobar iniciativas públicas para competir con empresas locales que ya
se dedican a esta actividad.
NC no va a entrar en el juego de hablar del pasado de otros, aunque
sea una práctica habitual de algunos, porque esto no resuelve los
problemas de nuestra ciudadanía y porque desde el inicio del mandato ha
entendido que los y las aruquenses quieren que sus concejales estén
ocupados en buscar soluciones y proponer alternativas a cuestiones
promovidas y protagonizadas por el gobierno municipal como la subida del
recibo del agua, la privatización y nefasta gestión del alumbrado
público, la falta de inversiones en los barrios y pueblos del municipio,
la incapacidad para generar empleo y desarrollo económico, el ineficaz
control de las empresas privadas que trabajan para el ayuntamiento o el
pago millonario a la empresa de limpieza, que saldrá del bolsillo de
todos los aruquenses sin pelear lo más mínimo para no tener que hacerlo.
Además, desde NC se sugiere al Alcalde y su partido que más que estar
recordando el pasado se centre en cuestiones como no gobernar de
espaldas al mar, sin potenciar el gran atractivo turístico que tiene la
costa de Arucas, limitándose a una bandera azul en los tres meses de
verano, en las playas de Bañaderos y El Puertilllo, playas que siguen
sufriendo vertidos de aguas fecales, en las zonas de Bocabarranco, el
Molino y El Puertilllo; en resolver los graves problemas de servicios
públicos del Parque de Hoya Aríñez con la zona de aseos inutilizada,
agrietada y en un estado ruinoso, y en promover un plan de dinamización y
fortalecimiento de la actividad turística, puesto que espacios públicos
como el Museo, Los Jardines de la casa Gourié, el Centro de
Interpretación del Labrante, la Oficina de Turismo y la misma Casa de la
Cultura, infraestructuras claves en la promoción turística del
municipio, permanecen cerrados partir de las tres de la tarde entre
semana; los sábados, domingos y festivos.
En definitiva, la única realidad es que en unos meses el 40% de un
edificio de uso cultural estará en manos privadas, hecho sin precedentes
en Arucas y que después de cuatro años de gobierno nada han hecho por
la producción de la artesanía local sino más bien todo lo contrario. De
ahí que Nueva Canarias haya tenido que llegar a solicitar en un pleno
que los artesanos de Arucas tuvieran prioridad a la hora de ser ubicados
en los mercadillos y ferias ya que habitualmente se les ponían en los
peores lugares.