3.870 muertos, y no es Ni un virus ni un puto mosquito.
JUAN SALGADO
FUENTE "EL CORREOGALLEGO"
Romper tabúes sobre los suicidios
LA próxima convocatoria de Oferta Pública de Empleo del Sergas y la supuesta marginación de plazas para psicólogos clínicos ha propiciado la denuncia, el jueves día 18, del Colegio Oficial de Psicología de Galicia por lo que entienden abandono de la Xunta en relación con la salud mental de la ciudadanía gallega. Y en apoyo de su demanda aluden al incremento, de 2000 a 2013, de un 200 % en el consumo de antidepresivos y una considerable subida de las tasas de suicidio, con dos concellos de A Coruña en el top cinco de entre los de España.
A la espera de los datos del INE para 2014, los que resumen 2013 son preocupantes tanto para el conjunto de España –3.870 suicidios– como en Galicia –333–. Es decir, son diez veces más frecuentes que los homicidios, sesenta veces más que la violencia de género y el doble que los accidentes de circulación.
Unas cifras que no hacen sino poner de manifiesto lo incomprensible de esa suerte de silencioso tabú que se cierne sobre el suicidio a la hora de ser tratado por la sociedad. Y porque es notorio el negligente abandono en que las autoridades sanitarias han tenido esta lacra, si se compara con los medios y dineros invertidos en combatir los accidentes de tráfico o la violencia de género, dentro de ese mismo capítulo de muertes por causa externa. La preocupación de la OMS por el tema tuvo una significada respuesta con la creación en 1999 de la Supre, como iniciativa mundial para la prevención del suicidio, y más recientemente, en la 66 asamblea general del organismo, en mayo de 2013, con la adopción del primer Plan de acción sobre Salud Mental en la historia de la institución.
Pero no es, reconoce la OMS, un problema sencillo ni unidireccional en su tratamiento. De ahí que el organismo mundial plantee para su erradicación una serie de acciones que van desde la disposición de las mejores condiciones para criar a nuestros niños y jóvenes hasta el control ambiental de los factores de riesgo pasando por el tratamiento eficaz de los trastornos mentales. Además de la difusión adecuada de información y la concienciación social como elementos esenciales en la prevención.
Esta vez, sin embargo, no se ha alimentado la polémica que hace un año sí aventó el Movemento Galego da Saúde Mental al achacar a la crisis económica un peso desmesurado en el aumento de los suicidios en Galicia, tesis que, aun teniendo adeptos, choca frontalmente con el criterio de muchos otros especialistas y aun de la propia OMS, que reconocen una casuística más plural y diversa y en la que la enfermedad mental está presente, al menos en un 90 % de los casos.
Por decirlo de otra manera, no parece que apuntalar los argumentos de razón en contradictorias causas que, además, rozan una suerte de intencionalidad política, sea la mejor forma de aplicar los principios de rigor respecto de un lamentable fenómeno como es el del suicidio
–incluidos los familiares, condenados a la estigmatización social– y en el que no sólo los psicólogos clínicos o los profesionales de la salud, sino también los medios de comunicación y la sociedad en su conjunto están llamados a tan relevante responsabilidad de ayuda y serena concienciación.
jsalgado@telefonica.net
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