“Lo llaman privatización pero es una brutalidad con más gasto y menos salud”
Mercedes Pérez Fernández y Juan Gérvas.
MADRID// Son una pareja de optimistas que llevan más de 40 años
dedicados a la medicina. Como matrimonio curioso que son, han
investigado la “aureola exageradamente positiva que tiene la prevención,
a pesar de que no deja de ser una intervención médica”. Y sus
conclusiones las han plasmado en un libro con el que, una vez más, nadan
a contracorriente. Los médicos Juan Gérvas (Lorca,1948) y Mercedes
Pérez Fernández son los autores del libro Sano y salvo (y libre de intervenciones médicas innecesarias), editado por Los Libros del Lince.
En su obra, alertan de los peligros de la “prevención sin límites”
que se está practicando en este momento en nuestro sistema sanitario e
invitan a replantearse la salud y la enfermedad. “Prevenir es sufrir hoy
para no sufrir mañana”, asegura el doctor que insiste en que se está
haciendo un sobreuso irracional de esta práctica. Esto, en última
instancia, genera que se esté practicando “un exceso de prevención en
quienes no lo necesitan, principalmente clases medias y altas. Se
transfiere recursos de pobres a ricos, de viejos a jóvenes, de enfermos a
sanos y de analfabetos a universitarios”, explica este promotor del
equipo de investigación multidisciplinar CESCA.
“Las mamografías pueden llegar a diagonisticar el 47% de cánceres de
mama en determinadas edades que no hubieran acabado reproduciéndose. La
gente anda demasiado preocupada por el cáncer. Solo el 3% de las muertas
españolas son por cáncer de mama. La principal causa de muerte sigue
siendo problemas cardíacos e ictus”, asegura.
Pero, entonces ¿a quién le interesa ese exceso de prevención? “A todo
el mundo. A la industria farmacéutica, a la tecnológica (que construyen
mamógrofos y colonoscopios), a la alimentaria, a los políticos –que
ofrecen seguridad sanitaria-, a la academia y al público en general.
Queremos que nos lo curen todo, ¡aspiramos a no morirnos!”, asegura el
profesor de la Universidad Autónoma de Madrid.
No se puede exculpar a los pacientes, explica. “Porque yo conozco…”,
se escucha apostillar a Mercedes Pérez por detrás. Y Gérvas amplia: “Eso
es, ‘porque yo conozco’ es una de las frases con las que las familias
hacen una tremenda presión al médico y prácticamente le obligan a
realizar numerosas pruebas ‘para salir de dudas’. Pruebas perjudiciales
que el sentido común indica que no son para nada necesarias. Pero el
médico no siempre puede lidiar con el familiar. Si no hoy, mañana lo
consiguen”.
Aseguran que se está “llevando a cabo un cumplimiento estricto de la
ley de cuidados inversos, es decir, cuantos más cuidados necesitas,
menos recibes” y pone como estricto ejemplo de puesta en práctica de
esta modelo al sistema sanitario de EEUU.
“Sea feliz”
Para este matrimonio, la mejor prevención no tiene
lugar dentro de las paredes de los centros sanitarios. “Para prevenir
sea feliz, disfrute de lo que le da la vida. Practique la dieta
mediterránea, entendida como una reunión social y afectiva alrededor de
platos sanos y equilibrados. Si tiene una artrosis, por lo menos ve. Y
si no ve, sí que escucha. Sobreviva con sus variaciones de la
normalidad”.
El mejor consejo que se da en las consultas en materia de prevención
es el de no fumar, pues según este médico multiplica por 100 las
probabilidades de desarrollar un cáncer. Además, se debe controlar el
exceso de trabajo. “¡Sea optimista, porque si lo optimiza puede llegar a
vivir 8 años más!”, invita el médico entre carcajadas.
Alimentos como medicamentos
Reconoce que el juego de la industria farmacéutica es el de crear
enfermedades e introducir el miedo al sufrimiento y a la complicación.
Pero advierte que no se debe caer en la trampa de crear la imagen de
monstruo alrededor de las farmacéuticas, dejando de lado la industria
alimenticia. “Alimentos que se están transformando en medicamentos, que
te bajan el colesterol, te fortalecen los huesos, te dan más defensas.
Es irreal”. Gérvas ha publicado hoy un artículo titulado Alimentos funcionales: ¿funqué?… pero… ¿funcionan? en
‘Acta sanitaria’ en el que desmonta los supuestos beneficios de este
tipo de alimentos que tratan de parecer medicamentos sin ningún ensayo
clínico.
Privatización, sinónimo de corrupción
Reconoce que el sistema público sanitario español “es de los mejores
del mundo, aunque manifiestamente mejorable”. En su opinión se debe
mejorar la atención a pacientes pluripatológicos, reducir el consumo de
ciertas vacunas y facilitar el procedimiento de una muerte digna en el
hogar. “Se debe hacer una renovación, pero no por derribo, que es lo que
quieren hacer ahora. Lo llaman privatización pero es una brutalidad con
más gasto y menos salud”, sentencia.
Asegura que la privatización es sinónimo de corrupción y es una
ideología en la que se prima al sano, joven y rico, acabando con el
principio sobre el que se debe fundamentar el sistema sanitario, que es
la solidaridad y la equidad.
Juntos hacen una llamada a la recuperación de la “cordura y
sensatez”. Aun así, hay motivos para celebrar: “Estoy orgullosísimo de
una marea blanca que se está oponiendo al hundimiento del barco, en el
que pereceríamos todos, por cierto. Debemos remar todos juntos. Hace 40
años cuando yo acabé de estudiar, todo estaba peor. La sociedad avanza,
lentamente, pero avanza. Acabemos con este momento de irracionalidad
desde la unión y la felicidad”, concluye el médico.
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