COMENTARIO DEL DIARISTA.
Víctimas laborales
Víctimas laborales
TRABAJADORES
MUERTOS.
TRABAJADORES
MUERTOS.
SANTIAGO / LA VOZ
Hay muertes silenciosas, asumidas como si de algo inevitable se tratara. Muertes a las que rara vez se les presta la atención debida. Que se despachan con poca tinta y sin grandes titulares pese a que esconden una tragedia que, por cotidiana, merecería más palabras, más estudios, más acciones para evitarlas. Las hemerotecas están llenas de accidentes de tractor mortales y, sin embargo, poco se habla de ellos. De sus causas, de las familias que segaron, de las historias que hay detrás. Y, sobre todo, poco se debate sobre cómo prevenirlos.
El último tractorista muerto en Galicia se llamaba Jesús Casas Blanco. El 29 de diciembre cumpliría 73 años y vivía en Barral, un lugar con apenas veinte casas en la parroquia de Niveiro, en el concello coruñés de Val do Dubra. Estaba jubilado, como su viuda, Dolores. Su mujer y él habían dejado de cultivar la tierra que heredaron y ya tan solo plantaban el maíz justo «para o cocho e nada máis», explica la señora. Aquella mañana de viernes, día 5, Jesús se levantó con ganas de buscar los marcos de una finca y agarró su tractor para ver si los encontraba. Era un Barreiros 5000, un modelo que la mítica carrocera -la misma de la que salieron los Simca- fabricó entre 1961 y 1980 y que aún cobijan los galpones de muchas explotaciones agrarias de la Galicia rural.
El Barreiros 5000 no tiene cabina ni el arco de seguridad que es ahora obligatorio. Es robusto, casi eterno, pero muy peligroso si vuelca, porque el conductor queda completamente expuesto y el accidente acaba frecuentemente de la peor manera. Eso fue justo lo que le pasó a Jesús Casas. Circulaba por una pista forestal del monte de A Devesa cuando, por razones que aún están sin determinar, volcó. Su mujer no se explica qué pudo pasarle. «O tractor tiña as rodas novas, non se lle puido escapar», reflexiona.
El caso es que llegó la hora de la comida y Jesús no regresaba. Además de buscar los marcos de esa finca que llevaba tiempo sin controlar, también tenía pensado ir a recoger unas flores para poner en la tumba de su hijo Jesús. Pero había pasado demasiado tiempo. Dolores le llamó al móvil y no respondió. Empezó a ponerse nerviosa y le dio una llamada a su hijo José para que lo fuera a buscar. Eran las 15.15 horas cuando un sobrino lo encontró tendido sin vida en la cuneta de la pista. El tractor estaba junto a él, volcado, una escena tristemente común en este tipo de siniestros. Una secuencia que ha azotado a muchas familias de esa Galicia en la que hay tractores aparcados en las calles, circulando por sus carreteras y en la que no hay que mirar mucho para encontrar un comercio en el que se venden este tipo de vehículos de segunda mano y de ocasión.
Cuentan los vecinos de Niveiro, en cuyo cementerio reposan desde el pasado domingo los restos de Jesús, que el tractor no pasó por encima de él y que, a tenor del relato de los que hallaron el cadáver, parecía haberse golpeado gravemente en la cabeza. Su viuda no sabe qué pudo pasarle. «Non se sabe se doulle un mareo ou que foi», señala.
Jesús, como muchos de los tractoristas que fallecen, era mayor, pero no un anciano. Estaba activo, pero sus reflejos ya no eran los mismos. Y el tractor que manejaba, ese Barreiros 5000, funcionaba sin problemas, pero era, como su conductor, un veterano sin las medidas de seguridad de los que se fabrican hoy en día. Todas estas variables componen una ecuación en la que la incógnita despejada es a menudo la muerte.
La Guardia Civil ha catalogado el accidente de este dubrés como una muerte judicial. Será el Juzgado de Instrucción número 1 de Ordes el que trate de poner luz entre tanto silencio y esclarecer las causas del siniestro. Saber exactamente qué pasó podría ayudar a frenar una sangría que cada año se lleva por delante muchas vidas en Galicia.
La edad media de los tractoristas accidentados en Galicia supera los 65 años
J. M. PAN
En el primer semestre del año el Instituto de Seguridade e Saúde Laboral de Galicia (ISSGA) ya había contabilizado 22 accidentes en los que se vieron implicados tractores. En esos siniestros hubo 11 muertos y 11 heridos de diversa consideración. Se da la circunstancia de que ninguno de esos accidentes fue considerado como laboral. Esto es debido a que en los siniestros mortales de tractor, el 95 % de las víctimas no están afiliadas al régimen especial agrario. Son, por lo tanto, accidentes no laborales, pese a que la mayoría de ellos se producen en el momento en el que el conductor está realizando tareas agrarias o cuando se desplaza entre su domicilio y la finca en la que va a trabajar. La edad media de los conductores de tractor accidentados en Galicia supera los 65 años
Un tractorista de 36 años
Al menos cuatro de los tractoristas muertos este año en Galicia podrían tener la consideración de víctimas de accidentes de tráfico. El 8 de febrero, un tractorista de 78 años murió en una carretera del municipio coruñés de Zas al ser alcanzado su tractor por otro vehículo. El 7 de julio murió otro tractorista, este de 67 años, en Vila de Cruces (Pontevedra) al salirse de la vía. El conductor cayó y fue arrollado por su propio tractor. El 1 de agosto, en Coles, perdió la vida el conductor de un tractor que volcó en una pista vecinal. El conductor tenía 36 años. Y el 11 de septiembre murió un tractorista de 62 años. Su tractor con remolque, al que iban atados cuatro caballos, volcó en una pista forestal de A Laracha.
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