Cierran la zona del accidente mortal de la depuradora de Ibiza hasta saber qué pasó
Y es que 24 horas después del trágico suceso aún no había recibido ninguna información. Ni de la empresa para la que trabajaba su hijo ni del Ministerio de Transición Ecológica, del que dependen las instalaciones, que en estos momentos se encuentran en pruebas y que está previsto que entren a funcionar en el mes de agosto, momento en el que pasarán a depender del
.«24 horas después de la muerte de mi hijo no he podido saber nada, lo que ocurrió. Nadie me ha dicho nada. No sé ni dónde está el cuerpo de mi hijo», denunciaba ayer a última hora de la mañana, rota por el dolor, la madre. «Nadie me ha llamado, ni para darme las condolencias ni para informarme», continuaba Lucía, que se confesaba temerosa de que ese silencio se debiera a que estuvieran tratando «de esconder» detalles respecto al accidente.
Pedro Pasanissi estuvo trabajando en la construcción de la depuradora, según el relato de la madre, y hace unos meses, cuando las instalaciones comenzaron a funcionar en periodo de pruebas, le volvieron a contratar como operario electromecánico para encargarse de labores de mantenimiento. «Estaba muy contento con el trabajo, se estaba sacando el carné de coche y le daba vueltas a comprarse un piso», explica la madre. Ella vive en Valencia, pero los veranos los pasa aquí, en la isla, con su hijo y trabajando en un hotel de Portinatx. «Así estaba un poco con él», indica sobre el joven, que estaba soltero: «Le rompieron el corazón y dijo que no se enamoraba más».
La única llamada oficial que hasta ese momento había recibido la mujer desde el fallecimiento de su hijo fue una, a las siete de la tarde del miércoles, de la Guardia Civil para comunicarle la muerte. «Nada más», critica la mujer. «Lo único que sé es lo que ha publicado la prensa», insistía Lucía Vives, que esperaba la llegada de su hermano a la isla para acompañarla en este duro trance.
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