Roberto mangas Morales, periodista y escritor.
Lo primero, amigo Eduardo, felicitarte por esta propuesta divulgativa de ámbito cultural, que no suele ser muy frecuente en redes sociales no específicas de literatura.
Me presento. Nací en Fuentesaúco (Zamora, 1964). Llegué a Guadalajara en 1983, donde compaginé la carrera de Periodismo con diferentes trabajos y la preparación de oposiciones. Di mis primeros pasos en el periodismo escribiendo artículos para una revista del ministerio de Agricultura y para el semanario alcarreño Flores y Abejas, además de realizar varios programas en Radio Guadalajara Rueda Rato (hoy Onda Cero). Uno de ellos era un programa semanal de debate jurídico-político y el otro creo recordar que de promoción turística de la provincia guadalajareña.
Unos años después, en 1988, el Ayuntamiento de Azuqueca buscaba un responsable de prensa y comunicación para poner en marcha su emisora municipal, a la vez que reactivar la revista municipal Azucahica. Nos presentamos varios candidatos, uno de ellos Félix Rodríguez, que he visto, Eduardo, que ya ha pasado por esta sección. Finalmente, me asignaron a mí la plaza y me vine a vivir a esta localidad, que tan solo conocía a través de la ventanilla del tren de Cercanías.
Formé entonces a mi alrededor, con Rodríguez de número 2, un numeroso grupo de colaboradores, algunos estudiantes de Periodismo, otros de bachillerato y la mayoría de FP, que se involucraron en el proyecto con un gran empuje e ilusión. En tan solo dos meses sacamos el primer número de la nueva época de la revista Azucahica y poco más de un año después, tras concluir las obras de los despachos y la instalación de los equipos, pusimos en marcha la emisora municipal. Nuestra primera emisión se produjo el 4 de agosto de 1990. Era una época en la que no existía Internet, por lo que tanto la revista como, sobre todo, la emisora municipal, se convirtieron en el primer punto de atención informativa local de los azudenses: música, deportes, información, concursos, entrevistas, debates… Fue tal la repercusión que adquirió la radio como nexo de unión entre los vecinos de Azuqueca que, en 1991, tan solo un año después de ponerla en marcha, las Peñas la votaron como Popular de Fiestas.
Desde entonces, han sido miles los artículos redactados y publicados en los diferentes medios para los que he dirigido o colaborado en estos años: revista Azucahica; diario El Independiente (hasta su cierre en papel en el verano de 1991); diario El Mundo, como corresponsal en Guadalajara; Agencia EFE, como corresponsal en Azuqueca; semanario Flores y Abejas, luego denominado El Decano; revista Por Cuenta Propia; diario El Heraldo del Henares, que fundé con el apoyo de su entonces primer editor, José Vicente García Sánchez, en 2009, y al que años después sustituyó en el cargo el actual editor, David Recio Gil… Eso sin olvidar mis colaboraciones en emisoras como esRadio, Alcarria TV o en la antigua y plural Canal Guadalajara Media TV También han sido cientos las charlas y conferencias que en estos años he impartido en colegios e institutos de varias provincias sobre diferentes aspectos culturales y medioambientales. Muchas de ellas en Alovera, gracias a la iniciativa de la directora de la biblioteca municipal, Mercedes García Granizo.
En cuanto a los libros, te diré que he publicado de forma individual un total de cinco: tres guías medioambientales y dos novelas.
Las primeras, ‘Guía de aves de la Vega del Henares y la Campiña’ (Aache, 2005) y ‘Guía de vertebrados de la Vega del Henares y la Campiña’ (Aache 2006), versan sobre las
cinco diferentes especies de vertebrados que viven en libertad en las citadas comarcas alcarreñas, desde la Zepa Estepas Cerealistas de la Campiña, que integra a los municipios de Alovera, Villanueva de la Torre, Quer, Cabanillas del Campo y Valdeaveruelo, hasta el nacimiento del río Henares, en la pedanía seguntina de Horna. Estos libros cuentan además con fotografías originales de Carlos Sanz, biólogo y fotógrafo de la serie de TVE ‘El hombre y la Tierra’, de Félix Rodríguez de la Fuente; y las ilustraciones, también originales, de Nacho Zubelzu, Félix Sánchez Baranda, Miguel Ángel Calvo, Santiago García Clairac, Úrsula Peñafiel, Irvis Manul y Luis R. González Echeverría.
Otro libro guía medioambiental fue el que hice por encargo del Ayuntamiento de Yebes-Valdeluz, ‘Guía natural del bosque de Valdenazar’ (2014) y que escribí con la colaboración del farmacéutico y experto en biología, Pablo Chiloeches Fernández. Aquí también incluí las bellísimas fotografías naturaleza del biólogo Carlos Sanz. También conté con la colaboración de Carmen Fernández, Isabel Fernández Hernández y Rafa, miembro de la asociación Micorriza. Un inciso: recomiendo este libro-guía a todas las personas que quieran visitar este magnífico bosque en mitad de la campiña alcarreña, porque estoy seguro de que se van a sorprender cuando descubran que, a pocos kilómetros de una gran ciudad como Guadalajara, existe este pequeño paraíso natural que acoge decenas de especies de fauna salvaje y otras tantas de plantas.
En cuanto a mis dos novelas, la primera, cronológicamente hablando, es ‘El incendio de Guadalajara’ (Sepha, 2006), un relato periodístico de las 48 horas que van desde que el sábado 16 de julio de 2005 se declara un incendio a los pies de la barbacoa sita en las estribaciones de la Cueva de Casares, en Riba de Saelices, a la muerte, un día después, de los 11 integrantes del retén de Cogolludo mientras trataban de extinguir las llamas, para concluir el lunes 18 de julio cuando, finalmente, son rescatados los cuerpos. Con el apoyo de la mayoría de las familias de los fallecidos, la lectura de los miles de folios del sumario y la escucha de las cientos, quizá miles llamadas grabadas en el teléfono de emergencias 112 de Castilla La Mancha entre el 16 y el 18 de julio de 2005, ‘El incendio de Guadalajara’ literaturiza todo ese material para ofrecer un relato fiel y minucioso de lo que ocurrió en esas 48 horas, desde el punto de vista de algunos miembros de los retenes de extinción, pilotos de helicópteros o aviones, políticos, bomberos, alcaldes, voluntarios y vecinos de los municipios afectados… Mi recuerdo y afecto son para todas estas personas, que me ayudaron a documentar la novela, y, sobre todo, para los familiares de los fallecidos, con muchos de los cuales aún guardo una buena relación.
La segunda novela está dentro del género de literatura juvenil y aborda un problema muy duro y, desgraciadamente, cada vez de más actualidad: ‘A la salida te espero’ (Rasche, 2014), es un libro que relata un caso real de acoso escolar, pero cambiando localizaciones, personajes y circunstancias. Tengo que agradecer al psicólogo y escritor Javier Urra que escribiera el prólogo y que me acompañara en la presentación nacional del libro en la FNAC de Madrid.
Además de las anteriores obras individuales, he colaborado con sendos relatos en dos libros corales.
El primero de ellos, publicado por la Academia de Humor de España, ‘Antología del humorismo mundial, 2000-2003’ (Biblioteca de la Golondriz, 2002), en el que tuve el honor de compartir páginas con escritores o ilustradores de la talla de Antonio Mingote, Chumy Chúmez, Quique, Reboredo y Sañudo, Serafín, Moncho Alpuente, Oscar Pin, Madrigal, El
Gran Wyoming, Kalikatres, Ubaldo o PGarcía, entre otros… y el segundo de ellos, otra antología, esta vez editada por la Dirección General de Tráfico, DGT, ‘Tráfico de cuentos’ (2010), en el que participé junto a escritores como Medardo Fraile, José María Merino, Manuel Moyano, Carmela Greciet, Anabel Cornago, Angelina Lamelas, José Cruz Cabrerizo, Angélica Lafuente, José Vicente Pascual, Carolina Molina, Félix Jesús Palma, Ángel Olgoso, Norberto Luis Romero, y otros muchos más.
Al margen, son varios los libros de compañeros o amigos que me pidieron prólogos o introducciones para sus obras y que escribí con mucho cariño, como para ‘Papila’; de Ubaldo; ‘Con vida, cualquier reto’, de José Manuel Belmonte; ‘Los cuatro lados del triángulo, y otras historias’, de Jesús Palacios Grisolía; ‘10 años de relatos en Alovera. 2008-2017’, del Ayuntamiento de Alovera; o ‘Antropofauna. Poemas desde el asfalto’, del entonces sacerdote de la parroquia azudense de San Javier y ahora de san Antonio de Padua, en Guadalajara, Jesús E. Recuero Alcolea.
Recuerdo que escribí algunos prólogos más, pero nunca se me llegó a enviar ningún ejemplar de la obra, por lo que no les pongo nombre en este momento.
Concluyo. A día de hoy sigo enfrascado en la escritura de dos nuevos libros, que no sé cuándo concluiré porque ambos tienen vida propia.
Pero eso, amigo Eduardo, ya formará parte de otra historia.
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