Suicidio
“Badaladas pola prevención do suicidio”
Cada día se suicida, al menos, una persona en Galicia
"El problema del suicidio no se aborda en serio"
Xaquín Campo Freire, 03 de julio de 2016 a las 11:35
El miedo. Otro sentimiento o emoción que no queremos verbalizar
(Xaquín Campo Freire).- El jueves pasado no me fue posible ir a la Plaza de Armas de Ferrol a unirme a las "Badaladas pola prevención do suicidio".
Como trabajador de la sanidad pública,
muchas veces me tocó acercarme a ese triste y real escenario y ser
testigo directo de este drama personal, familiar, social y comunitario.
Luego, todo se sume en el silencio y el tiempo aparentemente sigue como
si nada. Y de eso ya está prohibido hablar.
En mi condición de sacerdote y experto en relación de ayuda en
los grandes ratos de dolor también tuve que acompañar a personas y
familias que sufrieron la pérdida de seres muy queridos en esas
circunstancias.
¡Qué difícil curar y sanar esas heridas hondas, metidas en lo más profundo del alma
y de la vida! Y que dolor el no tener ya nunca una respuesta
mínimamente explicativa para esa pregunta que allá en lo íntimo de cada
uno estará continuamente martilleando en las médulas de los persistentes
sentimientos y pensamientos. ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?
Y además, no se quiere o no se puede hablar. ¿Con quién? ¿Para
qué? ¿Qué te van a aportar? ¡Si no te entienden! "Del dolor y del
sufrimiento nos hablan siempre los que no han pasado por él. Y,
entonces, ¿de qué sirve?" ¡Que nunca te toque en la familia!
Se añade además la maldita auto culpabilización de la que es tan difícil liberarse: ¿En qué fallé? ¿Qué hice de malo? ¿Por qué a nosotros, a él, a mí?
¿Y si no dijera aquella frase aquel día o hiciera aquello otro? ¿Si
no la dejara sola o sólo? Si yo fuera menos exigente, ... ¿cambiaría la
situación? Y si, y si, ... , etc.? Los infinitos "y si", que me
revientan la cabeza y no me dejan calmar la conciencia por más que me
aconsejen o me intente auto convencer que no fui yo quien determinó esa
decisión. Y ya no digamos cuando algún imprudente habla, deja caer o
incluso insinúa: ¡Ya se veía venir!
Fuera de las consabidas frases fatalistas que repetimos como
diagnósticos dogmáticos para ahorrarnos así el trabajo de enfrentarnos
con algo eminentemente doloroso y desagradable, el problema del suicidio no se aborda en serio. La verdad es que le tenemos miedo.
El miedo. Otro sentimiento o emoción que no queremos verbalizar. Preferimos sumir todo en la oscura sombra junguiana, y en ese subconsciente personal o colectivo ya ahogamos ese problema para siempre jamás. Pero por ese camino iremos siempre a ninguna parte.
He aquí un llamamiento que nos interpela a todos nosotros para apoyar una causa e ir en la búsqueda de soluciones estructurales
en las que nadie queda de la parte de fuera, ni personal, ni familiar,
ni socialmente. Abarca a personas e instituciones, a grupos y
colectividades.
Los consejos de la OMS afirman que el suicidio puede
prevenirse eficazmente y, por eso, apuestan por el objetivo de reducir
en cada país en un 10% el número de muertes por esta causa para el año
2020.
Llama imperativamente a los Gobiernos a liderar y a desarrollar Planes de Prevención del Suicidio.
Los datos siguientes, relativos a Galicia, están recogidos literalmente de diversos periódicos nuestros en estos días pasados:
"Galiza padeció desde siempre elevadas tasas de suicidio y sitúa nuestro país en el marco de un "grave problema de salud pública".
"Cada día se suicida por lo menos una persona en la comunidad
autónoma, registrándose 394 muertes de este tipo en el 2014. Una cifra
que no dejó de crecer desde 2010 pasando de 275 a 371 en apenas cuatro
años. La tasa de suicidios en Galicia se sitúa en 11,85 por cada 100 mil
habitantes".
"Lugo está a la cabeza del ránking de suicidios con una tasa en 2015 de 17,08 por cada 100 mil habitantes, frente a los 11,85 de la media gallega".
"O Movemento Galego de Saúde Mental, (MGSM), advierte: "Las
políticas desarrolladas por el Gobierno Central y A Xunta de Galiza
frente a la crisis económica desprotegieron a sectores sociales ya
vulnerables incrementando el riesgo de suicidio en la sociedad" " Son
especialmente importantes:
la carencia de políticas activas de empleo,
un elevadísimo paro prolongado,
la reducción de la protección social,
o deterioro de la sanidad pública,
el debilitamiento de la Atención Primaria de Salud en particular,
la tolerancia gubernamental con la banca,
su agresividad respeto al cobro de los préstamos hipotecarios
la consiguiente ola de desahucios".
Etc
El MGS inició el pasado 3 de mayo la campaña"Campanadas por la prevención del suicidio"con
la finalidad de sensibilizar a la sociedad frente a esta cuestión y
para reclamar el cumplimiento de los deberes que los gobernantes tienen
con la protección de la salud y la vida de la población.
"Badaladas pola prevención do suicidio"concluyó este jueves con concentraciones simultáneas en
Ferrol, A Coruña, Lugo, Compostela, Ribeira, Pontevedra, Cangas, Vigo y
Ourense donde se escuchó una campanada con la que recordar a las
personas muertas.
Urge un Plan de prevención. Cáritas, Pastoral de la Salud y
Pastoral Penitenciaria de forma muy documentada, seria y adecuadamente
se vienen acercando desde hace muchos años a esta problemática. Pero se
encuentran francamente desbordados porque alcanza globalmente a todos
los sistemas implicados. Como dijo A. R.Castelao: Nadie sobra. Venid
todos a trabajar a la obra.
El Papa Francisco habló varias veces de este asunto con motivo
del Año Santo de la Misericordia. E incluso actuó con mucha empatía en
algún caso del personal del Vaticano.
Si este problema es grave en la sociedad, ya no digamos en la cárcel,
en las cárceles del mundo, donde los gritos traspasan todas las
alambradas y concertinas. ¿No se escuchan? El 80 % de los presos, dicen
las estadísticas, sufren trastornos psíquicos y ese no es el lugar para
tratarlos adecuadamente. Mayoritariamente son enfermos y no
delincuentes, por más que cometieran actos delictivos. De ello hablaré
más específicamente en otra ocasión.
El jueves pasado no pude ir a la Plaza de Armas de Ferrol a unirme a esas"Badaladas pola prevención do suicidio".
Esta pretende ser mi campanada de adhesión y solidaridad personal con esta causa que tan fuertemente nos está urgiendo a todos.
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