Un pacto regional para prevenir los riesgos laborales
Los accidentes de trabajo, las enfermedades profesionales, el estrés y otras patologías psíquicas: síntomas todos ellos de un malestar general en el mundo del trabajo
24.07.2016 | 04:00
ANDRÉS PEDREÑO DIPUTADO DEL PODEMOS EN LA ASAMBLEA REGIONAL
Los accidentes de trabajo, las enfermedades profesionales, el estrés y otras patologías psíquicas: síntomas todos ellos de un malestar general en el mundo del trabajo que tiene que ver con lo que el psicoanalista francés Christophe Dejours ha denominado sin complacencias «la extensión del sufrimiento en el trabajo».
En España se ha abierto desde 2012 un nuevo ciclo de sufrimiento en el trabajo. Las sucesivas reformas laborales de Rodríguez Zapatero (2011) y Rajoy (2012) han supuesto un auténtico mazazo al mercado laboral en términos de mayor arbitrariedad, abaratamiento del despido, ruptura de la negociación colectiva, extensión de la precariedad en los contratos y fragilización de la cultura preventiva. Todo esto responde a una concepción falaz de la competitividad según la cual rebajando los salarios (´devaluación interna´) atraeremos más inversores y afianzaremos las exportaciones. Esta senda es desastrosa en términos de debilitamiento de la demanda y del consumo interno y en términos de cohesión y equidad social.
El Gobierno de la Región de Murcia, por supuesto, se ha apuntado a este fundamentalismo de la devaluación interna. A la Región le va bien, nos dicen basándose en unos cuantos indicadores estadísticos mal traídos y peor interpretados, y sin que por supuesto se quiera ver la fractura que se ha abierto de trabajadores pobres y expulsados. Tal óptica fundamentalista también sirve para justificar el accidente de trabajo, pues se explica su trágico incremento por la mayor creación de puestos de trabajo. Pero esto no es cierto, pues hay múltiples formas de crear puestos de trabajo. Y el problema radica en que desde 2012 los puestos de trabajo que se están creando son de una ínfima calidad y con derechos devaluados. Por ello desde 2012 los riesgos laborales no cesan de incrementarse.
Los accidentes de trabajo, las enfermedades profesionales, el estrés y otras patologías psíquicas: síntomas todos ellos de un malestar general en el mundo del trabajo que tiene que ver con lo que el psicoanalista francés Christophe Dejours ha denominado sin complacencias «la extensión del sufrimiento en el trabajo».
En España se ha abierto desde 2012 un nuevo ciclo de sufrimiento en el trabajo. Las sucesivas reformas laborales de Rodríguez Zapatero (2011) y Rajoy (2012) han supuesto un auténtico mazazo al mercado laboral en términos de mayor arbitrariedad, abaratamiento del despido, ruptura de la negociación colectiva, extensión de la precariedad en los contratos y fragilización de la cultura preventiva. Todo esto responde a una concepción falaz de la competitividad según la cual rebajando los salarios (´devaluación interna´) atraeremos más inversores y afianzaremos las exportaciones. Esta senda es desastrosa en términos de debilitamiento de la demanda y del consumo interno y en términos de cohesión y equidad social.
El Gobierno de la Región de Murcia, por supuesto, se ha apuntado a este fundamentalismo de la devaluación interna. A la Región le va bien, nos dicen basándose en unos cuantos indicadores estadísticos mal traídos y peor interpretados, y sin que por supuesto se quiera ver la fractura que se ha abierto de trabajadores pobres y expulsados. Tal óptica fundamentalista también sirve para justificar el accidente de trabajo, pues se explica su trágico incremento por la mayor creación de puestos de trabajo. Pero esto no es cierto, pues hay múltiples formas de crear puestos de trabajo. Y el problema radica en que desde 2012 los puestos de trabajo que se están creando son de una ínfima calidad y con derechos devaluados. Por ello desde 2012 los riesgos laborales no cesan de incrementarse.
Las
estadísticas sobre accidentes en todas las fuentes oficiales
(ministerio de Trabajo e Instituto de Seguridad y Salud Laboral de la
Región de Murcia), y concretamente el Índice de Incidencia de los
Accidentes de Trabajo, sitúa a la Región de Murcia por encima del índice
estatal para el total de accidentes de trabajo con baja: un índice del
3.276 frente a la media estatal del 3.189,5 en 2015. Nuestra Región es
la octava entre aquellas Comunidades autónomas que están por encima de
la media estatal. Más graves aún son los datos de accidentes laborales
mortales. En 2015, el Índice de Incidencia de los Accidentes Mortales en
la Región de Murcia fue del 4,49, muy por encima de la media estatal,
que fue del 3,55. La Región de Murcia ocupa la posición sexta entre las
Comunidades autónomas con mayor índice de accidentes de trabajo
mortales. En lo que llevamos de 2016 ha habido diecinueve accidentes
mortales. Todo apunta a lo peor para este año...
Mientras tanto, desde la consejería de Desarrollo Económico se viene anunciando un acuerdo regional para prevenir los accidentes de trabajo firmado en abril con sindicatos y empresariado. Los sindicatos desmienten la existencia de tal acuerdo. De hecho, la consejería ya tuvo que retirar una infame campaña publicitaria por las críticas sindicales a tal campaña que responsabilizaba a los trabajadores de sus propios accidentes.
Las enfermedades profesionales siguen infradeclaradas. En España, las estimaciones más recientes y fiables sobre el cáncer ocupacional o profesional indican que al menos una de cada diez muertes por cáncer tiene un origen laboral. Recientemente se ha estimado 9.807 muertes por cáncer laboral en España en 2011. Todo esto se oculta y no se vincula al manejo de determinados agentes cancerígenos en el trabajo. Y lo que se desconoce no se puede prevenir.
Hace poco desde el Grupo Parlamentario de Podemos en la Asamblea Regional murciana le hemos pedido a la consejería de Sanidad la «relación de trabajadores que han fallecido en la Región de Murcia por su exposición al amianto, desglosado por años y código CNAE de la empresa en la que trabajaba, desde el primer caso hasta el último fallecido que conste en la estadística anual». Se nos ha contestado que no disponen de tal información. ¿Es esto serio y responsable? ¿Por qué todas las direcciones generales de Salud Pública de las Comunidades autónomas, excepto la de la Región de Murcia, colaboran con el Programa PIVISTEA de Evaluación del Programa de Vigilancia de la Salud de los Trabajadores Expuestos al Amianto? Mientras siguen muriendo trabajadores que estuvieron expuestos en el pasado al amianto.
El accidente in itinere sigue también incrementándose. Este año ha sido especialmente trágico en la agricultura, con los cinco jornaleros muertos en Lorca. Las Empresas de Trabajo Temporal han proliferado de forma desproporcionada, pues en el campo murciano el 86% de los contratos se hacen a través de ETT, mientras en el resto del país no alcanza el 18%. En muchas de estas ETT se están produciendo violaciones de los derechos laborales.
Además, están las los prestamistas de mano de obra informales o sumergidos. Son las ETT las que están afrontando la intensa movilidad territorial de los trabajadores del campo mediante furgonetas. A menudo los horarios atípicos junto con los largos desplazamientos repercuten en el cansancio de los conductores. Además, si el conductor también es trabajador en las fincas, su cansancio se multiplica y más aún si el ritmo es a destajo (los destajos han proliferado ilegalmente en el campo). De tal forma que la precarización de las relaciones laborales en el campo murciano mediante el recurso a las ETT está detrás del accidente in itinere.
La sociedad debe protegerse ante tanta dejación institucional. Necesitamos un gran Pacto Regional para Contener los Accidentes de Trabajo. En el mismo deben estar presentes representantes de la Administración autonómica y estatal, asociaciones empresariales, sindicatos, asociaciones profesionales y científicas, universidades y partidos políticos. Solamente así podremos protegernos del daño al cuerpo en el trabajo a la espera de poder abolir las Reformas Laborales de 2011 y 2012 que tantos estragos han ocasionado al mercado laboral.
Mientras tanto, desde la consejería de Desarrollo Económico se viene anunciando un acuerdo regional para prevenir los accidentes de trabajo firmado en abril con sindicatos y empresariado. Los sindicatos desmienten la existencia de tal acuerdo. De hecho, la consejería ya tuvo que retirar una infame campaña publicitaria por las críticas sindicales a tal campaña que responsabilizaba a los trabajadores de sus propios accidentes.
Las enfermedades profesionales siguen infradeclaradas. En España, las estimaciones más recientes y fiables sobre el cáncer ocupacional o profesional indican que al menos una de cada diez muertes por cáncer tiene un origen laboral. Recientemente se ha estimado 9.807 muertes por cáncer laboral en España en 2011. Todo esto se oculta y no se vincula al manejo de determinados agentes cancerígenos en el trabajo. Y lo que se desconoce no se puede prevenir.
Hace poco desde el Grupo Parlamentario de Podemos en la Asamblea Regional murciana le hemos pedido a la consejería de Sanidad la «relación de trabajadores que han fallecido en la Región de Murcia por su exposición al amianto, desglosado por años y código CNAE de la empresa en la que trabajaba, desde el primer caso hasta el último fallecido que conste en la estadística anual». Se nos ha contestado que no disponen de tal información. ¿Es esto serio y responsable? ¿Por qué todas las direcciones generales de Salud Pública de las Comunidades autónomas, excepto la de la Región de Murcia, colaboran con el Programa PIVISTEA de Evaluación del Programa de Vigilancia de la Salud de los Trabajadores Expuestos al Amianto? Mientras siguen muriendo trabajadores que estuvieron expuestos en el pasado al amianto.
El accidente in itinere sigue también incrementándose. Este año ha sido especialmente trágico en la agricultura, con los cinco jornaleros muertos en Lorca. Las Empresas de Trabajo Temporal han proliferado de forma desproporcionada, pues en el campo murciano el 86% de los contratos se hacen a través de ETT, mientras en el resto del país no alcanza el 18%. En muchas de estas ETT se están produciendo violaciones de los derechos laborales.
Además, están las los prestamistas de mano de obra informales o sumergidos. Son las ETT las que están afrontando la intensa movilidad territorial de los trabajadores del campo mediante furgonetas. A menudo los horarios atípicos junto con los largos desplazamientos repercuten en el cansancio de los conductores. Además, si el conductor también es trabajador en las fincas, su cansancio se multiplica y más aún si el ritmo es a destajo (los destajos han proliferado ilegalmente en el campo). De tal forma que la precarización de las relaciones laborales en el campo murciano mediante el recurso a las ETT está detrás del accidente in itinere.
La sociedad debe protegerse ante tanta dejación institucional. Necesitamos un gran Pacto Regional para Contener los Accidentes de Trabajo. En el mismo deben estar presentes representantes de la Administración autonómica y estatal, asociaciones empresariales, sindicatos, asociaciones profesionales y científicas, universidades y partidos políticos. Solamente así podremos protegernos del daño al cuerpo en el trabajo a la espera de poder abolir las Reformas Laborales de 2011 y 2012 que tantos estragos han ocasionado al mercado laboral.
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