Fuenlabrada inspira a Gabilondo
El candidato regional, respaldado de nuevo por Pedro Sánchez, elige la principal ciudad gobernada por el PSOE para defender que la gestión pública "es más rentable y sostenible"
Fuenlabrada no es un lugar cualquiera para el PSOE. La ciudad de casi 200.000 habitantes, la mayor que los socialistas gobiernan en la región, se ganó la condición de hebilla del otrora cinturón rojo
del sur de Madrid en las elecciones de 2011, en las que el PP se acercó
a los 140 alcaldes en una región con 179 ayuntamientos. En este tiempo,
“pese a estar muy solo”, su alcalde, Manuel Robles,
se ha convertido en el guardián de las esencias de la izquierda
madrileña, con las políticas sociales por bandera, que el candidato
autonómico, Ángel Gabilondo, espera “trasladar” al Gobierno regional.
Si Parla es la cruz del PSM,Fuenlabrada
es la cara. Un Shangri-La donde Robles ha reforzado las ayudas “desde
los cero años hasta la formación profesional”. Creando, además, un banco
municipal de libros pionero en España. Por no hablar de los 750 niños
que “al menos pueden hacer una comida importante al día” gracias al
programa de comedor escolar: el Consistorio ya extendió a los meses de
vacaciones del pasado verano las ayudas económicas otorgadas durante el
curso escolar a aquellos hijos de familias por debajo de un determinado
nivel de renta (Fuenlabrada destinó en 2013 más de 300.000 euros a
ayudas de comedor y desayuno escolar). Quizás el mejor resumen es el
reconocimiento, siempre en privado, del Gobierno regional y numerosos
alcaldes del PP a la gestión del regidor. "Hemos tenido que suplir en la
ciudad a un Gobierno regional insensible con los que peor lo pasan",
expresó Robles.
Consciente del significado de Fuenlabrada en el imaginario socialista, Gabilondo y el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez,
la escogieron para celebrar el Día de la Rosa. Y, sobre todo, para
explicar el proyecto con el que pretenden acabar con los 20 años que el
PP lleva gobernando, y aplicando sus políticas en solitario, la
Comunidad. “Durante estos últimos 20 años la derecha madrileña ha
fracturado con sus contrarreformas a la sociedad. Con sus recortes y
políticas, han aumentado la desigualdad entre las clases medias
trabajadoras”, subrayó Sánchez, que por segundo vez en tres días arropó a
Gabilondo con su presencia, tras el inicio de la campaña el jueves en
la plaza de la Villa. Un síntoma más de lo cerca que ven en Ferraz
recuperar el Gobierno de Madrid.
Frente al "neoliberalismo, que confunden con libertad, del PP",
Fuenlabrada inspira a Gabilondo. “Tenemos que interiorizar que lo
público es más rentable, más sostenible, más eficiente y más barato. ¿No
creen que quienes privatizan los servicios públicos lo hacen porque
esconden alguna rentabilidad? Fuenlabrada ha marcado el camino, es un
referente nacional. ¡Quiero las políticas sociales de Fuenlabrada para
la Comunidad!”, afirmó el exministro de Educación y profesor de
Metafísica ante unos 5.000 simpatizantes ajenos al calor.
En su intervención, Gabilondo volvió a dar una clase de por qué es el
candidato mejor valorado, según las encuestas, como la de Metroscopia
del Dos de Mayo para EL PAÍS. O el único que aprueba, como reflejó la de
este viernes del CIS. Para empezar, porque Gabilondo no promete nada.
Se compromete. "Les pido que lean el programa electoral de más de 100
páginas del PSOE", animó al auditorio. "Lo tienen en nuestra página web
para cuando quieran, y yo pongo ese programa ante ustedes. Les doy mi
palabra con ese programa. Yo soy mi palabra. Lo mejor que tengo. Lo
único que tengo. Tengan claro que no pactaremos con nadie si no es en la
dirección de ese programa por lo público y el deber cívico".
La oposición a embarrar la política, de entrar en el cuerpo a cuerpo y
descalificar a otros candidatos, es otra de las características que
definen a Gabilondo. El candidato del PSOE se mantuvo fiel a su estilo
en Fuenlabrada. “Yo respeto a las otras formaciones, y lo hago diciendo
en que no estoy de acuerdo con ellas. Eso de hablar de los otros
candidatos… Que se olviden conmigo. Una posición íntegra es no utilizar
el miedo ni para gobernar ni para intimidar. El PSOE va de propuestas y
de pensar en los ciudadanos, no pienso descalificar a nadie. Aunque lo
merezcan”.
“Determinación, toda la que haga falta. Pero creerse que uno es más
enérgico por insultar a los demás me parece una debilidad. Yo quiero ser
el presidente de todos. Conviene que la persona elegida tenga capacidad
de lograr consensos y acuerdos. Si damos brochazos a los demás, será
más difícil lograr acuerdos”, resumió Gabilondo. Fue su respuesta, la
última semana, al endurecimiento del discurso de Cristina Cifuentes. La
candidata del PP se ha referido a él estos días como "un paracaidista"
-este lunes se cumplen tres meses de la destitución de Tomás Gómez- que
nada tiene que ver con Madrid mientras destacaba su labor durante más de
dos décadas en el Parlamento regional. Cifuentes también ha recordado
que Gabilondo fue ministro con Zapatero, "en el peor gobierno de la
democracia".
Ante las críticas del PP, Sánchez ya resaltó en el arranque de la
campaña que estaba "de acuerdo" con Cifuentes "en una cosa: que en vez
de manzanas tenían melones podridos", en alusión al protagonismo de
cargos del PP en escándalos como Gürtel y Púnica (al PSOE le afectó en
el caso de Parla). El líder del PSOE incidió esta mañana en las
"dificultades" del PP: “La Comunidad necesita regenerarse, y el PP no ha
sido capaz de hacerlo cuando presenta a Esperanza Aguirre al
Ayuntamiento de Madrid".
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