Las muertes en accidente siniestro laboral se duplican y se ceban con el mundo rural
CCOO contabiliza 11 trabajadores fallecidos
durante 2015, frente a los seis del año precedente Los vuelcos de
tractores se convierten en la causa más frecuente de deceso
El Dia de Córdoba.
La consecuencia -sostuvo- es que ha disminuido hasta tal punto
la formación en prevención de riesgos laborales -los fondos se han
recortado hasta un 80%- que se está trabajando como hacía varias
décadas. En las fincas se utilizan, por ejemplo, tractores que no han
pasado la ITV y otros que carecen de sistema antivuelco, como ha quedado
en evidencia a raíz de los últimos accidentes mortales. A esto se suma
el conocimiento que los empresarios agrícolas tienen de los escasos
medios a disposición de la Inspección de Trabajo, por lo que la
prevención se relaja.
En este contexto surge, incluso, la picaresca, pues hay contratados que incluso se ven obligados a firmar un documento como si hubiesen recibido el material de prevención de riesgos sin que ello haya ocurrido. Para el sindicato, la responsabilidad principal es de los empresarios, que son quienes poseen la obligación de aplicar las medidas correctoras. Núñez lamenta, por ejemplo, que los empresarios nunca asisten a las concentraciones ante la Subdelegación del Gobierno que se convocan cada vez que ocurre un siniestro mortal.
En este contexto surge, incluso, la picaresca, pues hay contratados que incluso se ven obligados a firmar un documento como si hubiesen recibido el material de prevención de riesgos sin que ello haya ocurrido. Para el sindicato, la responsabilidad principal es de los empresarios, que son quienes poseen la obligación de aplicar las medidas correctoras. Núñez lamenta, por ejemplo, que los empresarios nunca asisten a las concentraciones ante la Subdelegación del Gobierno que se convocan cada vez que ocurre un siniestro mortal.
La consecuencia -sostuvo- es que ha disminuido hasta tal punto la
formación en prevención de riesgos laborales -los fondos se han
recortado hasta un 80%- que se está trabajando como hacía varias
décadas. En las fincas se utilizan, por ejemplo, tractores que no han
pasado la ITV y otros que carecen de sistema antivuelco, como ha quedado
en evidencia a raíz de los últimos accidentes mortales. A esto se suma
el conocimiento que los empresarios agrícolas tienen de los escasos
medios a disposición de la Inspección de Trabajo, por lo que la
prevención se relaja.
En este contexto surge, incluso, la picaresca, pues hay contratados que incluso se ven obligados a firmar un documento como si hubiesen recibido el material de prevención de riesgos sin que ello haya ocurrido. Para el sindicato, la responsabilidad principal es de los empresarios, que son quienes poseen la obligación de aplicar las medidas correctoras. Núñez lamenta, por ejemplo, que los empresarios nunca asisten a las concentraciones ante la Subdelegación del Gobierno que se convocan cada vez que ocurre un siniestro mortal.
Pero quien en última instancia vigila que todo transcurra conforme a la normativa son las administraciones públicas, que también las apunta como responsables de la situación. A esto se añade que la crisis económica ha incrementado la búsqueda de trabajo en el campo por parte de desempleados de otros sectores, con escasa formación del entorno laboral. El cóctel fatal está servido.
El primer accidente mortal de 2015 se produjo apenas empezado el año, el 7 de enero, cuando un trabajador del campo de 46 años falleció electrocutado mientras cambiaba unas tuberías de riego y recibió una descarga eléctrica de una línea de alta tensión en Posadas. Los sindicatos coincidieron en exigir más recursos humanos y técnicos para la Inspección de Trabajo, más formación, más responsabilidad de las administraciones, empresariado y trabajadores para "atajar la lacra que sigue segando vidas". De poco sirvieron estas súplicas.
La segunda víctima mortal se produjo sólo un mes después, el 6 de febrero. Un hombre de 52 años falleció en Baena cuando trabajaba en unas obras en el parque municipal Ramón Santaella consistentes en la ampliación de la zona infantil. Una fuente de obra, voluminosa y de gran peso, se volcó cuando los trabajadores realizaban tareas de vaciado en su base con el fin de desprenderla del suelo para ser trasladada a un nuevo enclave. Al no estar anclada a cimentación alguna, la frontal, que alzaba más de un metro sobre la altura del aljibe, tiró hacia atrás del conjunto monumental, se quebró y cayó encima del trabajador.
El 18 de mayo tenía lugar otro suceso, esta vez en Puente Genil, donde un trabajador de 31 años falleció al caer desde un andamio de una obra a unos nueve metros de altura. La lista continúa hasta los 11 casos, todos de ellos en municipios de la provincia.
El último deceso se produjo en Posadas el 9 de diciembre, también relacionado con el campo, cuando un operario de 59 años perdió la vida tras volcar el tractor con el que trabajaba. CCOO confirmó que se trató del tercer accidente mortal por vuelco de tractor que se produjo en la provincia en 2015, una muerte que "podría haberse evitado si el trabajador fallecido hubiera recibido la formación necesaria que tantas veces han reclamado los sindicatos", reflexionó el sindicato.
En este contexto surge, incluso, la picaresca, pues hay contratados que incluso se ven obligados a firmar un documento como si hubiesen recibido el material de prevención de riesgos sin que ello haya ocurrido. Para el sindicato, la responsabilidad principal es de los empresarios, que son quienes poseen la obligación de aplicar las medidas correctoras. Núñez lamenta, por ejemplo, que los empresarios nunca asisten a las concentraciones ante la Subdelegación del Gobierno que se convocan cada vez que ocurre un siniestro mortal.
Pero quien en última instancia vigila que todo transcurra conforme a la normativa son las administraciones públicas, que también las apunta como responsables de la situación. A esto se añade que la crisis económica ha incrementado la búsqueda de trabajo en el campo por parte de desempleados de otros sectores, con escasa formación del entorno laboral. El cóctel fatal está servido.
El primer accidente mortal de 2015 se produjo apenas empezado el año, el 7 de enero, cuando un trabajador del campo de 46 años falleció electrocutado mientras cambiaba unas tuberías de riego y recibió una descarga eléctrica de una línea de alta tensión en Posadas. Los sindicatos coincidieron en exigir más recursos humanos y técnicos para la Inspección de Trabajo, más formación, más responsabilidad de las administraciones, empresariado y trabajadores para "atajar la lacra que sigue segando vidas". De poco sirvieron estas súplicas.
La segunda víctima mortal se produjo sólo un mes después, el 6 de febrero. Un hombre de 52 años falleció en Baena cuando trabajaba en unas obras en el parque municipal Ramón Santaella consistentes en la ampliación de la zona infantil. Una fuente de obra, voluminosa y de gran peso, se volcó cuando los trabajadores realizaban tareas de vaciado en su base con el fin de desprenderla del suelo para ser trasladada a un nuevo enclave. Al no estar anclada a cimentación alguna, la frontal, que alzaba más de un metro sobre la altura del aljibe, tiró hacia atrás del conjunto monumental, se quebró y cayó encima del trabajador.
El 18 de mayo tenía lugar otro suceso, esta vez en Puente Genil, donde un trabajador de 31 años falleció al caer desde un andamio de una obra a unos nueve metros de altura. La lista continúa hasta los 11 casos, todos de ellos en municipios de la provincia.
El último deceso se produjo en Posadas el 9 de diciembre, también relacionado con el campo, cuando un operario de 59 años perdió la vida tras volcar el tractor con el que trabajaba. CCOO confirmó que se trató del tercer accidente mortal por vuelco de tractor que se produjo en la provincia en 2015, una muerte que "podría haberse evitado si el trabajador fallecido hubiera recibido la formación necesaria que tantas veces han reclamado los sindicatos", reflexionó el sindicato.
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