Cuando las elecciones no te dejan pensar en política
Vivimos en una sociedad muy poco crítica, donde
muchas veces se entiende la política como lo que hacen “los políticos” y
la contribución del ciudadano se limita casi en su totalidad a las
elecciones donde puede votar por un partido u otro cada cuatro años en
esta “fiesta de la democracia”.
Precisamente dentro
de dos meses vuelve a tocar ese momento en el que la gente tendrá que
expresar su afinidad con uno u otro partido, y esto se repetirá a
finales de año con las elecciones generales.
En este contexto las propuestas políticas, los programas
electorales y la ideología no tienen la atención que merecen, porque
los factores más importantes que llevan a las personas a tomar cualquier
decisión son las emociones que puedan tener por identificarse por un
candidato o la supuesta conveniencia de que gobierne tal persona.
Bueno, pues al margen de esta orgía democrática, todas las decisiones
políticas durante los siguientes cuatro años estarán otra vez
supeditadas a los intereses de los partidos que estén representados y la
opinión del ciudadano en cualquier tema que le afecte importará muy
poco, aunque también sea político todo aquello que las personas opinen,
debatan y reflexionen al margen de los partidos.
En
cuanto a política partidista, en IUC le damos mucha importancia al
programa electoral, porque entendemos que lo importante no es quienes
nos representan, sino para qué. Y en “este modelo de democracia
representativa donde de momento no estamos representados”, nuestra labor
de oposición durante cuatro años se ha basado en la elaboración de
propuestas y críticas a la gestión local. Ahora nos vemos desbordados
porque tenemos que sintetizar estas propuestas de la legislatura y
recoger aportaciones de movimientos sociales para sintetizarlo todo y
explicarlo durante dos cortas e intensas semanas de campaña electoral.
Por ejemplo tenemos mucho que decir en cuanto a elaborar un modelo de
desarrollo sostenible a escala insular, es decir, planificación
turística, diversificación agrícola, aplicación de la propuesta de
empleo garantizado, disminuir la dependencia energética y alimentaria...
etc.
También queremos explicar las repercusiones que
tendría la privatización de servicios públicos como el alumbrado
público o del suministro de agua, a las que además con el Tratado de
libre comercio con Estados Unidos (si se aprueba en el Parlamento
Europeo), podrán pujar las multinacionales americanas, y lo podemos
sufrir en nuestras carnes durante los próximos años.
Y
hacemos una apuesta firme por la transparencia y la democracia
participativa. Queremos que el pueblo se empodere y sea partícipe de las
decisiones que le atañen. ¿Por qué no destinar una partida de
presupuestos a lo que los vecinos crean más oportuno? Nosotros creemos
que es necesario, pero otros hablan de participación con la boca
pequeña, porque saben que cuando el pueblo adquiere capacidad de
decisión los partidos políticos pierden poder.
El
equipo humano que formamos IUC en La Palma tenemos que hacernos el hueco
entre tanto “culebrón político” de elección de candidatos y tejemanejes
de los otros partidos políticos, para explicarle a las personas que nos
quieren oír ciertas cuestiones políticas que le afectarán y mucho y que
probablemente, durante tres años si no hay ningún tipo de elecciones,
(locales, generales o europeas) no tendrá posibilidades de sancionar a
los partidos que nos gobiernen en la próxima legislatura. Porque hay un
dicho que dice que “a veces los árboles no te dejan ver el bosque” y en
este caso podríamos decir que “las elecciones no te dejan pensar en
política”.
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