por YTM
Fuente : Yo me tiro al monte, lo mejor de lo peor.
OSAKA,
Japón—En una especie de revolución contra las empresas de servicios públicos
tradicionales, miles de japoneses han comenzado a generar su propia energía
con células de combustible de hidrógeno y paneles solares, convirtiendo al país
en el principal laboratorio del mundo en este frente.
Dos años y
medio después de que un tsunami inhabilitara una gran planta nuclear, una
fuente primaria de electricidad, constructoras de viviendas están incorporando
tecnologías alternativas como una característica estándar en las casas nuevas. La
mayor constructora japonesa de viviendas, Sekisui House Ltd., señala que 80% de
las unidades que produce tienen energía solar y la mitad poseen células de
combustible, una tecnología emergente que no es muy conocida en otros países.
“Si va a
usar electricidad, quizás sea mejor que usted mismo la genere”, indicó, Kenichi
Ishida, ejecutivo de Sekisui, al describir la perspectiva nacional. La decisión
de estos japoneses de desconectarse de la energía centralizada plantea una
situación inquietante para las empresas de servicios públicos.
Las
principales compañías eléctricas de Japón están perdiendo miles de millones de
dólares al año, en gran parte debido a que todas las 50 plantas de energía
nuclear del país fueron cerradas durante los 14 meses subsiguientes al
terremoto y el tsunami de marzo de 2011. Recientemente, Tokyo Electric Power
Co., que fue nacionalizada el año pasado, ha estado batallando con el peor
derrame de agua radioactiva desde el accidente, provocado por un tanque con
filtraciones en la planta de Fukushima.
Los aumentos
en las facturas y el frecuente caos durante el proceso para limpiar Fukushima
han generado interés en las nuevas fuentes de energía. Las encuestas muestran
que la mayoría de los japoneses quieren eliminar gradualmente los reactores
nucleares. Al mismo tiempo, la recuperación económica bajo el primer ministro
Shinzo Abe socava los argumentos de que la energía nuclear es crucial para la
economía.
“Ya que
Japón es un país con muchos terremotos, no podemos depender de la energía
nuclear”, dijo
Tomoko Hagihara, un trabajador administrativo de Osaka, que planea construir
una vivienda con energía solar y una célula de combustible.
Esta
tendencia está ayudando a algunas empresas de tecnología. Kyocera Corp.,
reportó un incremento de casi tres veces en su ganancia entre abril y junio
sobre un alza en las ventas en su división solar de 44%.
Entre las
constructoras de viviendas, Sekisui House dijo que las ganancias del período
entre mayo y julio se duplicaron frente al año anterior, impulsadas por el
interés en nueva energía, además de una fuerte demanda del consumidor en
general.
Hasta fines
de marzo, unos 40.000 propietarios de viviendas en Japón habían instalado
células de combustible, según la Asociación de Gas de Japón. Aunque se trata de
un porcentaje pequeño, la demanda está creciendo rápido. Tokyo Gas, el mayor
vendedor de células, dice que recibió pedidos de unas 10.000 células entre
abril y septiembre.
Una ley
japonesa aprobada después del desastre nuclear ha consolidado la línea
divisoria entre ganadores y perdedores. Para incentivar las energías
alternativas, la ley obliga a las empresas eléctricas a comprar toda la energía
excedente que un hogar o negocio genere.
Los
escépticos dicen que el alza en la autogeneración eléctrica está siendo
impulsada por los subsidios en lugar de las fuerzas naturales del mercado, y
agregan que no es sostenible. Además de garantizar tarifas favorables en la
energía solar con la ley aprobada después del tsunami, el gobierno también ha
ofrecido subsidios desde antes del desastre para cubrir un tercio o más del
costo de una célula de combustible, que cuesta entre US$15.000 y US$20.000.
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