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sábado, 27 de junio de 2015

In memoriam, Silvio Rojo.

 


In Memoriam

Fallece Silvio Rojo, ex portavoz socialista en el Ayuntamiento de Azuqueca de Henares 

 28-06-09
Concejal entre 1987-1995 
roberto mangas.
    Silvio Rojo Solana, ex portavoz socialista en el Ayuntamiento de Azuqueca de Henares, falleció en la tarde de ayer sábado en Madrid como consecuencia de un cáncer de pulmón, según informaron fuentes cercanas a la familia.

    Rojo Solana, maestro de Primaria, fue concejal del Ayuntamiento azudense en los periodos corporativos de 1987 a 1991 y de 1991 a 1995. Miembro de la asamblea local del PSOE, fue expulsado del partido en la purga que la ejecutiva provincial hizo en el 2003 para eliminar cualquier disidencia interna frente a la candidatura de Florentino García Bonilla, impuesta por Jesús Alique.

    Silvio Rojo, que se consideró “socialista” hasta la muerte, inició junto al resto de expulsados, en total 14, entre los que también se encontraban su mujer, Justi Redondo, entonces miembro de la Ejecutiva regional de su partido, y su hija, Leticia Rojo, una larga lucha judicial para recuperar “su dignidad como socialista”. Esta batalla concluyó el pasado mes de enero, cuando el Tribunal Constitucional no admitió el recurso de amparo de los expulsados.

    Casualmente, esta resolución la hizo pública EL HERALDO DEL HENARES esta misma semana, sin que desde enero Silvio Rojo tuviera conocimiento de ella por expreso deseo de la familia.

    Rojo era muy crítico con las nuevas generaciones de políticos en general y de socialistas en particular. No entendía muy bien que todo el mundo, recién arribado al cargo de concejal, lo primero que hacía era ponerse un sueldo. Él siempre recordaba los años que pasó en el Ayuntamiento “trabajando en mis horas libres y pidiendo muchos permisos en el colegio para poder sacar adelante los asuntos del pueblo sin cobrar nunca un duro”.

    Según informó a EL HERALDO DEL HENARES su hija Leticia Rojo, su padre "murió con el estigma de haber sido expulsado del partido socialista por gente "que no era socialista", algo que él sí se sintió hasta la muerte".

    Su esposa, Justi Redondo, dijo de él que "era un hombre bueno y honrado al que he querido y seguiré queriendo muchísimo".

    Militante hasta el final de UGT, sobre su féretro han sido depositadas dos rosas rojas.





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